A
lo largo
del trabajo se ha venido utilizando el acrónimo FES para el estudio de
esta disidencia falangista. Presenta el nombre un doble sentido: en
estricto significado correspondería únicamente a la denominación de la
rama estudiantil del movimiento político; pero tales siglas supusieron,
desde muy pronto, el soporte para casi toda actividad. Posiblemente influyó
en ello el hecho de ser estudiantes la mayoría de sus miembros y el
temprano abandono de otros espacios como ocurrió con el frente obrero. El resultado fue que se llegó a confundir FES con
una "Falange Española Sindicalista" y que, al amparo de tal
etiqueta, el nombre, que había alcanzado un cierto prestigio o al menos
cierta resonancia, se utilizó en otros cometidos que los puramente
estudiantiles. Panfletos de la organización de claro contenido político
y sin referencia alguna al mundo de la enseñanza iban firmados
como FES; parecido hecho ocurría con las publicaciones periódicas,
e incluso esas siglas sirvieron en
otros menesteres, como sucedió con el intento editorial que este
grupo político realizó
y al que dio el nombre de Fondo de Estudios Sociales. Las distintas
formaciones que engloban el conglomerado del FES fueron las siguientes:
Las
Juventudes Falangistas
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Semana
Santa 1966 |
Su
creación fue anterior a la
del FES. Prácticamente desde el nacimiento del grupo en 1963
aparece ya este núcleo que se convertiría en una elite de dura
militancia y desde donde se marcaban las pautas de los otros grupos del
"Tinglado" (nombre éste dado familiarmente por sus miembros a
la organización) hasta el punto de registrarse, en ocasiones,
divergencias que conducirían a escisiones por el excesivo control
impuesto por las Juventudes Falangistas. Las Juventudes Falangistas hacían
las veces de un "comité central", regido, por período de un año,
por una persona o por un consejo -ello dependía de que al realizarse la
elección del futuro jefe, surgiera o no un porcentaje superior al 80% en
favor de un solo militante; de no ocurrir así se
recurría al consejo. En uno u otro caso, se dejaba sentir la
fuerte personalidad de Sigfredo Hillers, quien, aunque en algún período
no fue más que simple militante, gozaba de un carisma generalmente
aceptado y ejercía una notable autoridad moral, desde el ejercicio de una
dialéctica que no es exagerado tildar de apabullante.
Eran muy
frecuentes las reuniones; de allí salían los objetivos que habían de
desarrollar los otros grupos, principalmente el FES que actuaba de brazo
operativo. El periodo por el que se comprometían los miembros de las
Juventudes Falangistas con la organización era de un año y el compromiso
se abandonaba o se confirmaba cada 20 de Noviembre. Las convivencias de
varios días en la Semana Santa o Navidades servían de "reuniones
nacionales".
Acudían
los elementos más destacados de las organizaciones provinciales. Las
concentracion
es se solían realizar en zonas próximas a Madrid, frecuentemente en la
provincia de Segovia.
No
era vana la invocación a la disciplina como virtud que constituía el
quicio de la organización. Si el caso lo merecía, podía el militante
sufrir una bronca verdaderamente bíblica, caminar una larga marcha, o ser
sometido incluso a arresto domiciliario. Naturalmente, esa dureza en las
relaciones era libremente aceptada y asumida por quienes aceptaban ese
grado de compromiso.
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Abril
1968 |
La
Asociación Juvenil Octubre
El
acto de fundación se realizó el 12 de Octubre
de 1971 en locales de la Delegación Nacional de la Juventud, en
donde tras una misa se celebró un acto político. Quedaba pues la AJO
inserta en el marco del asociacionismo juvenil de la época y asumieron la
participación en aquel contexto asociativo anunciando que no se apartarían
de lo estatutariamente aprobado, es decir, que aceptaban los cauces
legales para desarrollar sus actividades y que dentro de esos márgenes se
moverían. Dejaban evidentemente para
el FES las actuaciones no sujetas a ley. Su creación respondió a la búsqueda
de un espacio legal posible que permitiera
la celebración de actividades encaminadas a la captación y
formación de jóvenes. Del nacimiento de Octubre
se hicieron eco periódicos como "YA", "Voz de
Asturias" o "Tele-Exprés", señalando el sucedáneo de
asociación política que aquello representaba.
La
asociación juvenil tomó el nombre de Octubre por considerar tal mes la
síntesis de lo hispano, de lo revolucionario y de lo falangista, tal y
como se afirma en el nº 1 del boletín de la AJO. Volvía a aparecer la
Agrupación de Antiguos Miembros del Frente de Juventudes como entidad que
apadrinaba el proyecto y ello era lógico si se tiene en cuenta la intención
de retomar con la AJO el espíritu falangista del Frente de Juventudes,
perdido en la transformación que había dado lugar a la OJE, lavada la
cara del contenido "totalitario" que aparentaba "la obra
predilecta del Régimen" y cuyo fracaso bien
puede buscarse más atrás en función de las contradicciones que
tal organización tenía con la realidad sociopolítica que el país iba
teniendo.
Para
el que fuera Presidente de Octubre, Jesús Ferrer Olmedo, era necesario
empalmar con el espíritu juvenil que había tenido la desaparecida
organización. Los tiempos de pujanza del Frente de Juventudes aparecían cubiertos de un velo de nostalgia. Se interpretaban como una
especie de "Edad de oro" que pudo haber significado el comienzo
de la transformación revolucionaria falangista de España. Para Ferrer,
los jóvenes de Octubre, hacían una proclamación de falangismo
revolucionario aunque no
tuvieron la suerte de conocer el Frente de Juventudes "sino una OJE
despolitizada y neutra" (2).
El
patrocinio de los AAMMFJJ fue aprovechado para disponer de una mínima
infraestructura, consistente en local, teléfono y un pequeño
"aparato de propaganda". En el piso que tenían los Antiguos
Miembros, en la calle de Fernanflor de Madrid, lateral derecho de las
Cortes, el FES disponía de forma más o menos encubierta de un soporte
material para realizar actividades, aprovechando, como era natural, mucho
más que el simple despacho cedido en su momento por la Agrupación.
En
el diseño de la Asociación Juvenil se preveía la creación de
departamentos de Cultura y Arte; Aire Libre y Deportes; Doctrina y Formación;
Información y Prensa; Relaciones interjuveniles; Admisión y promoción
de asociados y Tesorería. Las actividades e centraron en charlas,
coloquios, marchas de aire libre y tenderetes de venta de libros y
publicaciones en las zonas de afluencia de aquellas ciudades
en donde la AJO se había constituido,
es decir, en aquellas ciudades donde existía el FES.
Aprovechando
los intentos aperturistas de la Delegación Nacional de la Juventud, que
se disponía a hacer electivo el cargo de Presidente de la Asamblea
Nacional de Jóvenes en 1974, Jesús Ferrer, máximo dirigente de la AJO,
consiguió ser elegido democráticamente Presidente de ese
organismo. Se entendía que, de no ser falsificado el sistema, aquello
constituía un ensayo de participación de la juventud asociada, lo cual
era positivo si se tenía en cuenta que a los jóvenes se les había
"mantenido mudos" -en palabras de Ferrer- y eso era lo que se
trataba de evitar.
Pronto
comenzaron los problemas. Sin transcurrir un mes de la elección,
se le indicó desde la Delegación de la Juventud a Jesús Ferrer,
que debía participar en un "Homenaje de la juventud española al
generalísimo Franco", previsto para el 8 de Diciembre de 1974; el
Presidente intentó que el Pleno de la Asamblea fuera el que decidiera la
participación o no en el
homenaje, negando su asistencia mientras no se produjera la decisión del
Pleno. La Delegación Nacional de la Juventud, comprendiendo la actitud de
rechazo a participar en el acto, convocó a la Comisión Permanente
y destituyó a Ferrer por "incumplimiento notorio de sus
funciones". La destitución, a la que el FES dio el calificativo de
"purga", servía ahora para criticar acremente los estatutos de
la Asamblea Nacional, ya que su dependencia de la Delegación Nacional
de la Juventud hacia imposible la autonomía del asociacionismo juvenil.
De
alguna manera, no llegó Octubre a pasar de ser la filial del FES en donde
participaban principiantes o adheridos no deseosos de mayores compromisos.
Intentos de hacer una asociación juvenil más amplia aprovechando las múltiples
captaciones que la labor de zapa en campamentos juveniles procuraba
de vez
en cuando
y que rebasara
el marco de
puerta de entrada al
FES chocaron con la imposibilidad material de llevarlo
adelante.
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Noviembre
1968 |
El
Círculo "Ruiz de Alda"
Si
la AJO constituía la plataforma legal para la afiliación de los más jóvenes,
el Círculo "Ruiz de Alda" lo era para militantes más
veteranos. Se constituyó al amparo de la Ley de Asociaciones de 1964. Su
objetivo formal era una mezcla de fines políticos y de una pretendida
extensión cultural en torno
a lo que significaba la doctrina de la
Falange. Esa exigencia
doctrinal marcada, quedaba de
manifiesto en el nombre adoptado para el Círculo. La fidelidad a la
figura de José Antonio y el olvido al que se le tenía sometido,
sirvieron para bautizar esta asociación falangista, que descartaba tan
históricos nombres como el de Ramiro Ledesma o el de Onésimo Redondo. El
ámbito territorial quedaba fijado en Madrid, aunque se preveían posibles
extensiones a provincias. Sus actividades se reducían a esporádicas
charlas, apoyo en actividades del FES y en el ultimísimo tramo del
franquismo a la confección de un boletín informativo. Era
fundamentalmente una estructura carente de soporte, un nombre más con el
que presentarse los falangistas del FES cumpliendo los requisitos legales
exigidos y un intento, pocas
veces conseguido, de encuadrar falangistas veteranos que comulgaran con la
interpretación de esta alternativa.
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Semana
Santal 1970 |
Los
militantes del FES
En
su gran mayoría los miembros del conglomerado FES eran estudiantes
universitarios o del bachillerato, su extracción social procedía de las
clases medias y medias bajas, lo que
alguno podrá interpretar como semillero de búsqueda de los
"partidos fascistas". Fueron escasos los ejemplos de miembros
pertenecientes a clases sociales de posición acomodada. En cuanto a la
ideología familiar, normalmente se trataba de grupos que basculaban entre
el afecto a la Falange, o sea a
la "francofalange", o el indiferentismo hacia ello. Hay casos
puntuales de actitudes de rechazo hacia la ideología familiar con
significación izquierdista, desde luego en cantidades infinitamente
menores que las de hijos de falangistas pasados al PCE o aledaños.
Asimismo
escasa la incidencia de hijos de miembros comprometidos de la "francofalange"
con algún relieve político. En cuanto a los militantes más veteranos no
estudiantes había empleados, abogados, algún médico, funcionarios y
obreros sin cualificación.
La
formación doctrinal de sus militantes
era una exigencia de primer orden. Se necesitaba la preparación de
los futuros "oficiales" de una hipotética gran Falange. Como
textos base estaban los escritos de
José-Antonio Primo de Rivera, evitando siempre "refritos" e
interpretaciones realizadas por el Movimiento Nacional, a quien, en todo
caso había que acudir por ser la Sección Femenina la principal editora
del mensaje joseantoniano. Textos como Desarrollo Sindicalista,
y Europa como evasión, Iberoamérica como revolución ambos
de José Luis Rubio; Los monopolios en España de Ramón
Tamames y otros títulos principalmente de la Editorial ZYX
constituían el bagaje cultural de primera mano de estos falangistas.
En
una época donde la Universidad sobre todo se convertía en ocasiones en
una especie de "ágora", se hacía preciso afilar la dialéctica
contra presuntos contrincantes. De
ese sentimiento nacieron unos textos conocidos con el nombre de "pildorazos"
en donde se instruía a los jóvenes afiliados
cuál habrían de ser sus respuestas ante los espinosos temas que,
dada su condición de falangista, surgirían
en charlas o asambleas.
Utilizando
datos fiables del año 76 -"el final del viaje"- los militantes
del FES en Madrid rondaban las 70 personas en edades comprendidas entre
los 15 y los 24 años, por los mismos tiempos mil personas estaban
afiliadas al PCE de Moratalaz (3) y es que ocurría que la transición no
benefició al FES en cuanto a la captación de adeptos. Reuniones en la
Casa de Campo durante el año 67 lograron juntar a doscientas personas
vinculadas con diferente grado de compromiso al FES madrileño. Si
las minorías fueron
la tónica dominante de la lucha contra el franquismo, con datos del 1% de
jóvenes "radicalizados" entre universitarios (4) nos hallamos
aquí con una "minoría minoritaria". Nunca consiguió el FES la
atracción de una alta masa de seguidores. ¿Qué factores influyeron en
ello? Destacaríamos tres: el que se desprendía de la propia personalidad
de la organización, un discurso difícil y de complicada exposición,
que, de alguna manera, participaba del propio drama de la Falange. Por
otra parte, la intransigencia de la dirección de la organización,
concentrada en torno a la autoridad de Hillers, que depuraba cualquier
actitud de divergencia. Una y otra vez se producían escisiones en donde, si bien podían verse
luchas contra el desviacionismo, no dejaba de ser claro el deseo de ser
minoría que imponía el mando de la
organización. Así había ocurrido con dos escisiones históricas
conocidas como la de los "agapitos" -por el ágape que
disfrutaron tras abandonar la organización en 1967- y la de los "lupulinos"
-por su acusada ingestión de cerveza"- en 1971. De la primera de
ellas hubo ex-militantes que engrosarían el FSR y de la segunda saldrían
grupos que preludiaban la FE de las JONS (auténtica) o acabaron en
formaciones anarquistas. El último motivo era la penuria de medios: no es
comparable la ayuda recibida por los partidos de izquierdas con el
esfuerzo ímprobo de los miembros del FES para sacar adelante las
actividades de su organización: a título de ejemplo, baste decir que
hubo ocasiones en que algunos militantes llegaron a vender su sangre en el
Hospital clínico, para, con el producto obtenido, sufragar tinta y papel
para la multicopista.
Como
elementos más destacados de la organización a lo largo del periodo 1963-75
estarían los que a continuación se detallan, con la profesión que,
entonces o luego, ejercieron: Sigfredo Hillers de Luque, profesor
universitario; Antonio Hermoso Trigo, directivo de empresa farmacéutica;
Fernando Pérez Garijo, técnico de electrónica; Fernando García,
directivo de empresa; Rafael Millán, abogado; Luis Molleda, graduado social;
Ceferino-Luis Maestú Barrios: periodista, dirigente de la C.T.I.; Vicente
Murillo Ramos, titular de una librería especializada en Humanismo y
Librepensamiento; Jesús
Ferrer Olmedo, médico; José-Maria Aznar, líder del Partido Popular; José-Pedro
García Gil, administrativo; Javier Onrubia Revuelta, empleado; José-Ramón
López Créstar, abogado; Antonio Flores, ingeniero agrónomo al servicio
de la Administración; Narciso Perales Herrero, médico; José Cabanas
González–Nicolás, pequeño empresario; Nicolás Poveda Peña,
magistrado; Felicísimo Valbuena, catedrático de Universidad.
Y
además de los mencionados no es posible olvidar a un grupo de
militantes de "larga duración", cuasi incombustibles,
ya que todos ellos militaron en el conglomerado del FES-Juventudes
Falangistas por espacio superior a diez años. Incluso, de entre ellos,
los hubo pertinaces que continuaron una indefinida militancia en las
prolongaciones de aquéllo. No debe omitirse señalar a José-Alberto
Ojeda Pellejero, ingeniero de Telecomunicaciones, uno de los puntales máximos
en el adoctrinamiento de nuevos militantes, a Isaac Ferreiro, asesor de
empresas, que cumplió funciones de "infiltración" en
formaciones de la competencia, a Juan-Jacinto Higueras, ingeniero
topógrafo, hijo del
fundador del TEU, Modesto Higueras, a José-Francisco de la Arada
y a Longinos Heras, ambos "pertinaces". De parecida quinta, a
José-María Fernández Segura, a José-Luis Hevia, a Pilar Álvarez, a
José-Manuel Álvarez, a los hermanos Alvarado; y de posteriores, a Luis
Soler, a Luis Molleda, a Luis-Fernando Martínez Contreras, a Jesús Peña, a Carlos
García Labajos, y a un largo etcétera que no cabe completar, ya que no
pueden ni deben ser estas páginas catálogo ni nómina de quienes
vivieron en el FES su juventud militante.
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Semana
Santa 1971 |
Publicaciones.
Las
publicaciones periódicas del FES las constituyeron los periódicos Resurgir,
Misión y los boletines de la Asociación Juvenil Octubre y del
Círculo Ruiz de Alda. Anteriormente había hecho su aparición la
revista Sindicalismo, de la que se publicaron cinco números. Su
contenido era esencialmente obrerista y su principal promotor fue Ceferino
Maestú. Fue prohibida en época de Fraga como ministro de Información.
Ellwood quiere ver en
ella la labor de Maestú, alejada de contenido falangista
justificada en palabras del propio Ceferino que abandonó el mundo de la
Falange (5).
Tal
deducción no es aceptada por los miembros del FES, que vieron plasmadas
sus posturas sindicales, rotundamente expuestas, en la tal publicación.
La carencia de parafernalia falangista al uso no obstaba un neto contenido
sindicalista revolucionario, reivindicado siempre por la organización.
Además las colaboraciones de Maestú en el periódico Es Así de
los Círculos José Antonio (6), la
dirección de las charlas de La Ballena Alegre (7) referidas al tema del
sindicalismo falangista, o su sustancioso
aunque breve texto La Falange y los sindicatos obreros, alejan
cualquier sospecha de introducción de "mercancía de
contrabando".
Tardó
en aparecer la siguiente publicación periódica. Se trataba de una
revista que con el sugestivo nombre de Resurgir lanzó su primer
ejemplar en Julio de 1968, amparándose en un seminario de estudios que
con el nombre de Alejandro Salazar se había constituido en el
distrito de Mediodía de la FET de Madrid. De ahí que en el primer número
aparezca incluso un escrito del Jefe Político del citado distrito en
donde se hace apología de la raíz falangista
del Movimiento Nacional y de la necesidad de participación conforme a los
postulados de la Ley Orgánica del Estado. Junto a tamaño contrasentido,
frecuentaban la publicación acerbas críticas a la situación política,
social y económica. La paz de España, consigna entonces al uso, era
calificada como una "paz de cementerios". La confección de la
revista se hacía a multicopista y llaman la atención la artística
presentación de algunas de las portadas que más semejan una revista de
arte que de lucha política. El último número aparecería en Mayo de
1970.
A
la revista Resurgir continuó Misión, en donde volvía a
aparecer la sugestión del nombre; esta vez más centrado en el compromiso
personal que en el quehacer político. En un principio su publicación corrió paralela
a la
del Resurgir. Eran los tiempos de colaboración entre el FES
y los Círculos José Antonio. De aquella aventura en pro de la unidad,
las juventudes de lo que se pensaba iba a ser Falange Española, tomaron
el periódico Misión como portavoz. En los números 3, 4 y 5 se
presentaban como "portavoz nacional de las Juventudes de FE de las
JONS"; sin embargo en el número 6 aparece ya como "portavoz de
las Juventudes Falangistas". Se había pasado del intento de una
publicación de la proyectada Falange Española a ser órgano de un grupo,
de una de las múltiples caras del poliedro de la Falange.
Los
once números que aparecieron de la revista estaban fuertemente teñidos
de ideología. Los presupuestos mentales del FES se utilizaban tanto en
los artículos referidos al mundo de la Falange como en el análisis de
aspectos de la política española. Se hacía patente el afán de
demostrar que ellos eran la verdadera Falange, la Falange continuadora de
José Antonio; lo demás, burdas falsificaciones, revisiones de
oportunista. Resultaba curioso que a partir de los intentos de unidad del
73 en donde se establecía el diálogo con enemigos de siempre (el mejor
ejemplo lo constituía Raimundo Fernández Cuesta) dejaba de aparecer la
revista Misión; su hueco, en el apoyo a la nueva singladura, lo
van a realizar los boletines de los órganos legales, tanto de la AJO
como, y sobre todo, el del Círculo Ruiz de Alda.
Ambos
boletines, presentaban una menor virulencia crítica. La revista de la
Asociación Octubre junto a temas de ensayo y a la narración de sus
propias actividades, dedicaba bastante espacio al tema de Iberoamérica.
Naturalmente desde la perspectiva hispánica y falangista y como
alternativa al creciente europeismo que invadía la vida política española.
Podría
decirse que las publicaciones Resurgir y Misión se
dedicaron a hostigar al revisionismo derechista de la Falange,
fundamentalmente al Movimiento Nacional; mientras que los últimos
boletines de Octubre y del Círculo Ruiz de Alda acometían
contra la revisión izquierdista de la Falange -representada por los
"hedillistas"- lo que conllevaba un cierto acercamiento a los
francoalangistas vituperados hasta hacia muy poco.
Los
ejemplares de las publicaciones eran vendidos obteniéndose de esa forma
su autofinanciación. Las mayores tiradas, correspondientes a Misión
llegaron a alcanzar los cinco mil ejemplares, distribuidos en todas las
ciudades a donde llegaba el FES.
Como
publicaciones esporádicas estaba la emisión de panfletos, que constituía
el arma de propaganda más rápido a disposición de este grupo
falangista. Hemos conseguido reunir 167 diferentes panfletos. Del estudio
de sus contenido así como de los temas tratados en las publicaciones
"Misión" y "Resurgir" podemos agrupar los aspectos a
los que hacía referencia el FES en nueve grandes bloques:
-
Relato
de las actuaciones del FES en los distintos frentes de lucha.
-
Exposición
de las ideas que el FES tenía sobre grandes temas
(juventud, sindicalismo universitario, la Patria...etc.)
-
Opiniones
sobre temas de actualidad política general.
-
Relaciones
con otros grupos falangistas.
-
Pensamiento
del FES sobre la Falange.
-
Crítica
del FES al Movimiento Nacional y a la Organización sindical.
-
Ideas
acerca del Sindicalismo falangista
-
Ideas
acerca de la Iglesia católica y de sus organizaciones (A.C., Opus Dei).
-
Ideas
y comentario acerca de grupos de "extrema derecha".
|
Noviembre
1975 |
Relación
con los grupos de extrema derecha
Como
valedores fundamentales del régimen y buscando la pureza del mismo,
aparecieron en este periodo de estudio formaciones que se han englobado
con la etiqueta de "extrema derecha" o "derecha
nacional". Buscaron la permanencia y continuación del sistema
convirtiéndose en agentes de la represión, realizando maniobras de
contrainformación o formando núcleos de opinión en torno a
publicaciones -caso de "Fuerza Nueva"- que intentaban, como
mejor medida para la defensa del régimen, luchar contra la evolución que
desde dentro se estaba produciendo. El FES, a quien más de un tratadista
emparentó con estos grupos, mantuvo una actitud abiertamente crítica
contra ellos.
Durante
los años 60 funcionó en la Universidad una organización conocida como
Defensa Universitaria que, a las órdenes de la Secretaría General del
Movimiento, intentaba defender los postulados del régimen, utilizando métodos
represivos hacia el estudiantado rebelde, convirtiéndose en una especie
de fuerza parapolicial que se
definía fundamentalmente en su papel de antimarxista, desarrollando su
actuación con absoluta impunidad (8).
Resultaba
necesario, en la estrategia del FES, deslindar de forma nítida, su
actuación de la de los grupos de extrema derecha, por ello las relaciones
mantenidas resultaron tirantes produciéndose enfrentamientos verbales y
algunos físicos. Defensa Universitaria, acostumbrada a utilizar la
simbología falangista, chocaba con los miembros del FES que denunciaban
la apropiación indebida de símbolos tenidos como propios; pues resultaba
más dañino para el FES la utilización de los símbolos falangistas que
la propia tarea represiva que ejercían, al perpetuar con estos actos
la ceremonia de la confusión.
La
continuación de la Defensa Universitaria fue la Acción Universitaria
Nacional, controlada desde la Presidencia de Gobierno y plagada, en opinión
del FES, de mercenarios lo que no cerraba la posibilidad de algún
"militante despistado"
dentro de sus filas. AUN iniciaba una estrategia distinta. No iban a ser
meros guardias de la porra. Procuraban mantener una línea de desprestigio
a base de parodiar la contestación universitaria mediante las octavillas
de PUCLASA (Publicaciones clandestinas SA)
e intentaban una somera edificación teórica que hacia agua por
todas partes. El FES criticaba las
contradicciones del AUN motivadas fundamentalmente
por su defensa irracional
de la figura del general Franco y el tratamiento frívolo que hacían
sobre graves cuestiones sociales como la emigración y el paro.
Determinado reclamo social, con intentos de radicalismo verbal para acabar
defendiendo la situación presente, fueron estratagemas utilizadas por la
Acción Universitaria Nacional para potenciar su imagen de sensibilidad
ante el tema social y quedaban en contradicción con su postura
regiminista; pero nuevamente, lo más grave para el FES era el
confusionismo al que se prestaba AUN cuando por ejemplo reivindicaba la
figura del falangista Matías Montero, en clara maniobra de distracción,
dirigida y financiadas por Presidencia de Gobierno contra el FES, quien se
negaba repetidamente a integrarse en cualquier tipo de frente antimarxista
universitario.
En
opinión de Fuerza Nueva esta postura de independencia del FES era hacer
el juego al marxismo. Cuando en la
publicación integrista apareció
tal acusación un militante
del FES (9), amparándose en la "Sección Universitaria de la
Agrupación de Antiguos Miembros del Frente de Juventudes" pretendió
poner las cosas en su sitio.
Naturalmente su réplica no fue publicada por la revista.
Fuerza
Nueva, que contaba con una especie de patente de corso para funcionar como
partido político en un sistema donde no había partidos reconocidos, sí
que era para el FES quien hacía el caldo gordo a los comunistas a base de
defender las injusticias. El líder de
aquel entramado, Blas Piñar, procedente de la Acción Católica, era
tildado de advenedizo y soberbio, no se le regateaba su capacidad de
trabajo, pero representaba algo próximo a un "neoalbiñalismo"
de nuevo cuño.
En
cualquier caso
no eran
posturas personales las que diferenciaban a las organizaciones.
Cuestiones doctrinales básicas (el concepto del patriotismo, la función
del ejército, el sentido de la justicia, la postura ante el régimen...etc.)
y la parcialización de la ideología de José Antonio, que volvía a
sembrar la confusión en opinión del FES, constituían
profundas diferencias.
Incidentes
entre ambas formaciones, como el ocurrido en la Facultad de Derecho en
1973 hicieron que el FES llegara a tildar de "gangster" a los
miembros de Fuerza Nueva. Adjetivo que se hacía público en un momento de
acaloramiento, pues si bien el pensamiento de los militantes del FES
acerca de algunos integrantes de aquella organización era más o menos
ese, llegar a la rotundidad de hacerlo público en propaganda escrita
tampoco fue frecuente.
Miembros
de grupos próximos a Fuerza Nueva como los Guerrilleros de Cristo Rey,
despertaron en el FES un sentimiento de desprecio que cuajaba en el
calificativo de "jovenes japistas" (lo que representa en el léxico
falangista uno de los mayores insultos) para quienes se dedicaban a actuar
contra curas, con o sin sotana, próximos a formaciones de izquierda.
Desde luego no se trataba de defender actitudes de un clero al que el FES consideraba equivocado y desviado de su
cometido sacerdotal, mas los métodos violentos utilizados y el portar
simbología falangista en
aquellos "raid" exigían la denuncia.
Por
utilizar aquellas vestiduras, indignas para quienes las llevaban en opinión
del FES, orgullosos de su ortodoxia
del falangismo, fueron criticadas las concentraciones de la Plaza de
Oriente de 1971 donde volvía a repetirse una vez más el "acompañamiento
coreográfico de nuestras camisas azules".
A
pesar de las fricciones producidas con estos grupos, lo que supone una línea
continua en la trayectoria del FES desde su fundación, y de las
disparidad de criterios en cuanto a soluciones políticas o análisis históricos,
son mayoría los estudiosos del fenómeno histórico-político que
han metido en un cajón de sastre al FES junto a las otras
opciones de la llamada "extrema derecha" sin matizar las
grandes diferencias que separaban tan distintas posturas.
NOTAS
1.
Sigfredo Hillers de Luque fue cofundador del FES -junto a Ceferino L.
Maestú Barrios- en el año 1963. Provenía de Frente de Juventudes. Ideólogo
de la primera organización falangista al margen del Movimiento,
despertaba fiel admiración entre sus seguidores y profunda animadversión
entre sus contrincantes políticos. De talante imperioso y poco amigo de
la transigencia, no fueron pocos los militantes que le retiraron la
confianza y el crédito que le habían otorgado. Su ácida crítica contra
el franquismo en los años 60 se tornó al final del período en
establecer puentes de unión con sectores azulados del régimen que, aun
no olvidando la raíz crítica, procuraba suavizar los juicios contra los
falangistas-franquistas. Más tarde, con la Constitución del 78 vigente,
este Profesor universitario de la Facultad de Derecho de la Complutense
madrileña, llegaría a una comprensiva defensa del general Franco en
escrito publicado en el diario ABC.
2.
Conferencia de Jesús Ferrer Olmedo en el X aniversario de la fundación
de AAMMFJ. Madrid 10 de Marzo de 1972
3.
Datos suministrado por Ismael García Romeu, responsable en aquella época
del PCE de la barriada madrileña de Moratalaz.
4.
ANUE, art.cit.
5.
ELLWOOD, Ob.cit., p.224
6.
Es Así nº1., 01.01.63
7.
Con el nombre de "Charlas de la Ballena Alegre" se conocen
aquellas que convocadas en el café Lyon de Madrid -a imitación de
las mantenidas por José Antonio- por Ceferino Maestú y Sigfredo
Hillers se celebraban los sábados por la noche tratándose de temas
relacionados con el mundo de la Falange o del sindicalismo falangista.
8.
Ver Apéndice documental. Documento nº 4
9.
Ver Apéndice documental. Documento
nº 5
HACIA
UNA HISTORIA DEL F.E.S.
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SUMARIO
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