Ni
ganas quedan. a veces, de afanarse, de puro disparate en el que se vive,
de pura pesadilla. Que asequibles al desaliento somos todos. A veces más,
a veces menos. Como en un sueño de Samsa, con boxeadores
que bailen
ballet,
pintores que arreglen
motores y toreros que se entreguen
a las delicias del cálculo diferencial. Justicia es dar a cada uno lo
suyo, y que cada cual haga lo que le corresponde. Bien gobernada estará
España, dicen que decía la Reina Católica, cuando estén los
magistrados en los estrados; los
sacerdotes, en los altares; los capitanes, en el campo; y los asesinos, en
la horca. No así aquí, donde los sindicatos hacen política, los trabajadores
pasan de sindicatos, los políticos
bregan
en
complacer
a
los patronos y los obispos sermonean de lo que no saben, ni deben. Afán,
a pesar de todo. Afán de servir, contra viento y marea, porque sólo
servir justifica la vida, porque “no serviré” es el lema de satanás.
Y aunque el servicio sea sólo éste de ofrecer con la periodicidad y el
rigor de que somos capaces nuestro pequeño trabajo de seguir el rastro
de la historia.
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Julio,
caluroso julio: ocasión de traer a la luz, en este nuestro número 11, un
documentado estudio sobre la Falange pacense de preguerra, de la mano de
Don Ángel David Martín Rubio.
Trance también de evocar lo que fue la Falange en el siempre amado
México, tan lejos -mienten- de Dios, tan cerca -aciertan- de los Estados
Unidos, y tan unido -ignoran- a nuestro corazoncito; de recordar al Señor
Francisco, el chulo de Brunete, en un autorretrato que tiene de
fondo la durísima España rural de preguerra y de guerra; de hacer
memoria del congreso de la FET del 53, punto de inflexión en el
franquismo; de hacer memoria de cómo se presentó a José Antonio a los
jóvenes de otras épocas y tomar nota de cómo se le presenta hoy; de
conmemorar el aniversario del TEU; de dar noticia de la aparición del
excelente documental "La Falange en las trincheras", y de
algunos otros retales que se hilan en nuestra Miscelánea.
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