José
Antonio: hombre y mito.
La
construcción de una imaginería laica.
Exuberancias.
retóricas
José Antonio en la
F.E.N.
En los libros de texto
de hoy:
Teide,
Editex,
Akal,
Santillana,
Ecir,
Edebé,
Proyecto
Ariadna,
Anaya,
Vicens
Vives.
|
|
En
la madrugada
del 20 de Noviembre de 1936 un pelotón acababa con la vida de José
Antonio Primo de Rivera en Alicante. Su muerte, tras un juicio en el que
de antemano se conocía la sentencia, produjo, con enorme probabilidad, más
beneficios políticos al bando de los rebeldes que al de los que lo
mataron. Y de ello ya se percataron hombres inteligentes de entre los
adictos a la República. No se trataba de argumentos de sensibilidad
humana para salvar una vida en medio de la vorágine trágica que estaba
ocurriendo, el mantener vivo a Primo de Rivera pudo haber supuesto
ventajas a la República.
No
nos interesa ahora que en la zona nacional se produjera el despeje de
opciones de liderazgo o la anulación de competencias, lo más
determinante de aquel fusilamiento de Noviembre fue la creación de un
mito, de una idea-fuerza, mucho más decisiva para el ánimo combatiente
(alimento de los sueños) que la figura de un jefe político por más que
poseyera enormes virtudes. En el mito se confunden la realidad con el sueño
y la sustancia resultante resulta de mucha mayor resistencia que la que
pueda crear la realidad sola, la imperfecta realidad del ser humano.
La
muerte de José Antonio fue conocida inmediatamente en la zona nacional,
sin embargo se prefirió ocultarla. Junto a la posibilidad de la
desaparición del líder falangista se imponía el deseo de mantenerlo con
vida lo que dio lugar al mito de El Ausente (ver artículo de Álvaro de
Diego en Rastro de la Historia).
Y al hablar de mito entramos en un terreno confluyente con el fenómeno
religioso, al que Marcel Mauss definió como "el
producto de cierta masa social dotada de determinado estado de ánimo y
estimulada por ciertos movimientos". Resultaba evidente que el
estado anímico de la masa social estaba más que dado y para la
estimulación de movimientos contribuirían, primero, la incertidumbre y
luego la seguridad del sacrificio del líder falangista. Se resaltó a
menudo la coincidencia entre la edad que el fusilado en Alicante tenía
con la de Alejandro de Macedonia -el héroe- o con la de Jesucristo - el
Dios-.
La
renuncia, el sacrificio y el triunfo habían sido predicados por José
Antonio en la difícil singladura de su proyecto político. La idea de la
renuncia y del sacrificio con evidente raíz cristiana, se había colocado
como exigencia para la militancia falangista con un sentimiento cuasi
religioso. ¿No era pues el entregar la vida la culminación del
sacrificio por la construcción ideal que se predicaba? Disponemos de
palabras precisas del mismo sacrificado poco antes de su muerte, de
senequista resignación: "En
cuanto a mi próxima muerte, la espero sin jactancia, porque nunca es
alegre morir a mi edad, pero sin protesta".
Y
justo aquel 20 de Noviembre se producía (y volvemos a citar a Mauss) que
"…el sacrificio determina una exaltación de las víctimas que las
diviniza directamente". Eso casi iba a ocurrir ahora.
Finalizada
la guerra, en el más impresionante despliegue de un cadáver por las
tierras de España, José Antonio era trasladado desde Alicante hasta El
Escorial. De entre el paroxismo de aquella marcha señalamos las palabras
de Agustín de Foxá: "Los
cielos de estos campos, que pudieron ser de Asia, vuelven a ser católicos;
caminas entre la empolvada Falange de la tierra y la luminosa Falange de
tus luceros; y diez amaneceres campesinos han rosado el ataúd de aquel
que presintió el amanecer de España".
A
la aurora, ya el Ángel
derribado,
/
Cedía el vencedor su propio
nombre.
/
Y José Antonio se llamaba España.
Eugenio D´Ors
En
el proceso de mitificación se trabajó en la plasmación estética más
conveniente al mito y una imaginería laica iba a campar a sus anchas.
Lienzos como el de Pancho Cossío, bustos como el de Santiago de Santiago.
Iconografía muy del tiempo, muy "imperial", con unos modelos
estéticos que entonces servían de exaltación En aquella impregnación
de joseantonianismo las principales calles de las ciudades españolas iban
a llevar por nombre el de José Antonio e incluso (¿por qué?) algún
cine creado en el Año de la Victoria, llevaría por nombre el de Azul.
Por
otra parte, se produciría un curioso fenómeno de dualismo: la
existencia, también con reminiscencias religiosas, de un ser con dos
naturalezas. Un fenómeno frecuente en la ficción (Don Quijote-Sancho
Panza), en la realidad histórica (Fernando e Isabel ) y en la realidad próxima
(Ernesto Guevara- Fidel Castro). De un Jefe nacional vivo, el general
Franco y de un Jefe Nacional muerto, José Antonio; en donde el primero se
convertía, por Generalísimo, por Caudillo y por Jefe Nacional, en intérprete
único de la doctrina que esbozó el segundo. Para muchos ese bifrontismo
producto del avatar histórico, esta reedición del dios Jano surgiendo de
las hogueras de una España en llamas, se prolongaría hasta los finales
estertores del franquismo. Buena prueba estaba en las palabras (discursos
finales del Consejo Nacional), en los testeros de las escuelas, en los
edificios oficiales o en las estaciones del Metropolitano de Madrid donde
aparecían los retratos de ambos, tan ya a última hora que más de un
turista poco informado pensaba que, junto al anciano Jefe del Estado, el
retratado acompañante debía ser algún joven directivo del Metro madrileño.
Naturalmente esa forzada construcción de siameses llevaría a intentos
separadores entre los que se incluyen el de cirujanos de la pluma con quirúrgicos
deseos de separarlos, de conseguir que tuvieran vidas independientes. Y así
por ejemplo, Eduardo Haro Tecglen, tan obsesionado por el General
-"el viejo asesino"-,tanto en sus tiempos de devoción como en
los de su odio, marcaba las profundas diferencias. Si bien antes, el uno
era epígono del otro, pasado el tiempo una nítida frontera, la que
distingue al perdedor del ganador, separaba a ambos personajes. Y con ese
afán fronterizo, movidos por otras voluntades y con otros juicios históricos
se movilizaron quienes reivindicaron la Falange de José Antonio en el
intento de marcar distancias con la otra.
En
los años de la construcción del mito se producía la regeneración
sucesiva a la que contribuían hermeneutas que iban interpretando, a veces
con desparpajo, la teoría joseantoniana, incluso allí donde no había más
que pinceladas; pero curiosamente siempre en la línea de la coyuntura política
que el régimen adoptaba. José Antonio servía para un roto y para un
descosido. Servía para la negativa de los partidos políticos,
("Como decía José Antonio"), en los intentos creativos de una
neofalange conquistadora del poder ("Como decía José
Antonio"); en el nostálgico recuerdo de los legitimistas,
insatisfechos pero situados, ("Como decía José Antonio"); en
los puntos de inflexión del régimen personal del Caudillo ("Como
decía José Antonio")… y hasta en el contrasentido como, por
ejemplo, en la devolución de tierras expropiadas a los terratenientes se
utilizaba, aunque parezca mentira, por parte del gran intérprete el
"Como decía José Antonio".
Improvisados
vates honrarían la memoria del Fundador. Redacciones escolares acerca del
significado del sacrificio se convertían en ejercicio en las escuelas de
España. Premios Literarios para consagrados o promesas Junto a textos
procedentes de la intelectualidad del régimen, una poesía popular
reivindicaba también a José Antonio. Mediante la transmutación de términos
y utilizando tonadillas populares se introducía al héroe muerto, en una
orfandad que rechazaba en la lírica al padre putativo porque el
sentimiento era otro: "Échale
amargura al vino y tristeza a la guitarra, camarada nos mataron al mejor
hombre de España. Camarada nos mataron a José Antonio, el Ausente; desde
el año treinta y seis la Falange está sin jefe"
La
idealización del campo, como crisol de los valores del sindicalismo
nacional de la Falange, se ofertaba en poemas. La Iglesia como fundamental
edificio del pueblo portaba en sus muros la lápida de los caídos de la
localidad, grabado a cincel en placas pétreas o caligráficamente
pintados, que se relacionaban en lista presidida por José Antonio Primo
de Rivera. Se hacía pues un hermanamiento, una peculiar "danza de
muerte" del siglo XX, en donde a los fallecidos del pueblo se les
igualaba, por el común denominador del sacrificio, con el líder
falangista. Y en esa fusión se regocijaba la elegía, formando un cuerpo
místico, un todo - los caídos- con José Antonio de cabeza visible
rodeado de los otros muertos. En una España de sabor rural se hacia con
relato escrito la estampa del horror -necesario- de la guerra. Podía ser
la herramienta del segador el objeto idealizado, pervertida por el
comunismo (Cuando la hoz en amorosas
manos no es símbolo soviético del odio…), o el comienzo material
imprescindible para la eucarística (Cuando el fruto en sazón es eucarístico, comunión del sudor y de la
tierra ) o el sacrificio del duro trabajo, ahora vacante por la
dedicación guerrera (Flores de pan
latiendo en el milagro del esfuerzo callado del labriego, pero ¿quién
cortará los altos oros que protege el rumor de la amapola si los hombres
marcharon a la guerra a empapar las trincheras con su sangre?) o el
trabajo de la mujer campesina, sustituta del marido soldado (
No importa, ya los mares amarillos olas de paja con espumas de heno
invadieron las vírgenes azules de Falange imperiales y artesanas Las
manos que crecieron como lirios para guardar la rosa entre los libros,
para envolver el llanto de los niños y arrancar al marfil un ritmo lánguido,
ahora empuñan las riendas de los trillos y los rústicos mangos de las
hoces y amontonan los haces en las eras por el triunfo del yugo y de las
flechas, mujeres del desnudo brazo en alto. Vosotras llevaréis a los
hogares hecha pan de los molinos que grita sin cesar ¡arriba el campo¡)
o la imagen de la novia - "viuda" -que seguro, además, en la mística
del falangismo, había bordado el yugo y las flechas rojas sobre el fondo
azul de la camisa. (Cuidaba a los niños que iban vestidos de negro las tres cubiertas de
azul como tres aves en vuelo, las tres como tres hermanas de la Virgen del
Consuelo y las tres enamoradas de tres falangistas muertos…)
LA
F.E.N.
La
España rural daba paso a machas agigantadas a una España urbana,
industrial en donde se imponía modelos y costumbres novedosos. A las
segundas enseñanza acudían cada vez mayor número de españolitos. En la
década de los sesenta, con la tecnocracia llevando el timón del régimen,
la Formación del Espíritu Nacional ("Política") asignatura
del Bachillerato del grupo de "las marías" utilizaba como
manuales de texto unos excelentes libros de la Editorial Doncel. A partir
de los once años, que era la edad de entrada en el Bachillerato
elemental, comenzaban los estudiantes masculinos con aquella preparación
doctrinal, ya más ritual que adoctrinante, muy en dependencia de la
voluntad del profesor encargado. Las referencias que se hacían ya a Primo
de Rivera eran parcas. Vela y Ancla
con lecturas seleccionadas y comentadas por Eugenio de Bustos utilizaba en
la entradilla un trocito del texto joseantoniano de "Estudiar
es ya servir a España…y un texto clásico del repertorio "La
gaita y la lira" (p.172) barruntando quizás el futuro de ese grave y
secular problema que es articular la cohesión nacional española. Ese
tema, recurrente en la historia de España y que forma parte de su esencia
misma, volvía a aparecer en Convivencia humana de Eugenio de Frutos con la transcripción del
artículo "Lo espontáneo y lo
difícil (Ensayo sobre nacionalismo)" y sobre el publicado en La
Nación ¿"Euzkadi libre? " (p. 192).
Otra
vez se recurría al tema en las Cartas
a mi hijo de Gaspar Gómez de la Serna, el manual del 3º de
Bachillerato de entonces y dirigido a alumnos de 13-14 años con "La
gaita y la lira"..
Una
de las piezas maestras escrita con la serenidad del estoicismo de raíz
española, el Testamento (p.199), aparecía recopilado por Gonzalo
Torrente Ballester en el manual Aprendiz
de hombre y presidiendo la lectura con el acertado título de "Dignidad
ante la muerte".
Si
la entradilla referida del libro correspondiente al primer curso de
bachillerato relacionaba, aprovechando la coyuntura, la situación del
estudiante con el papel que asignaba José Antonio a tal condición se
volvía a ello con el de Gómez de la Serna : "Nosotros, estudiantes no os llamamos…"
El
repertorio joseantoniano finalizaba en el Bachiller elemental con el
pretexto justificativo del cauce orgánico de participación defendido por
el fundador de la Falange. Flaco favor para él porque la justificación
de aquella forma distinta de democracia caía por su propia base en un régimen
donde la participación no dejaba de ser un simulacro, justo lo contrario
de lo que los defensores de esa forma distinta y más natural de
representación pretendieron siempre al contraponerla a la mecánica
participativa de los partidos políticos.
Queda
pues reservado el pensamiento de Primo de Rivera en lo referido a la
defensa de la unidad nacional, a la templada espera de una trágica
muerte, al papel de los estudiantes como servidores de España por su
tarea y a la forma de participación política preferida. El despliegue de
contenidos no era abusivo sino más bien lo contrario.
Este
conocimiento, unido al que una pequeña parte de la juventud obtenía en
los hogares de la OJE, en los campamentos y albergues y en reducidos
grupos de agitación política de signo falangista parecían tomar el
testigo de una nueva realidad a la puesta de manifiesto unos años antes:
el de que el líder falangista era la figura política de identificación
más valorada por los jóvenes españoles tal y como quedaba demostrado en
el primer estudio sociológico que sobre la juventud española se realizó
en nuestro país. ¿Pero realmente a finales de los sesenta y principio de
los setenta era esto ya así? No se disponen de datos "científicos"
que lo atestigüen, pero se tiene la impresión que ya en los sesenta la
fractura de voluntades identificativas se había produciendo. El estudio
de Gómez de Arboleya al que se ha hecho referencia era sobre generaciones
nacidas en los años cuarenta y el tiempo repasado a través de los
citados manuales pertenece a una generación con diez años más. Tenemos
la impresión de que ya no era lo mismo.
De
obligado cumplimiento eran las citas que al fundador de la Falange se le
hacían en debates de Cortes o en el Consejo Nacional, cada uno se afanaba
por interpretar aquello que iba a acometer recurriendo al sempiterno
argumento de autoridad. Corría paralelo tal estado de cosas con la
institucionalización del régimen, una especie de apoliticismo
institucional en un Movimiento cada vez más inmóvil y que buscaba
salidas momentáneas dándolas por inalterables y por duraderas. No se
quería ver que era aquello una dictadura personal con los días contados
a la muerte de su Caudillo.
Circulaba
en los ambientes del falangismo disidente un soneto (Si
ya no quedan yunques ni cinceles para el clamor del fuego y las espadas.
Si están las flechas del honor dobladas por la traición y secos los
laureles…) de dudosa atribución y que finalizaba con un "José
Solís prepara a José Antonio definitiva tumba en el olvido ".
¡Solís traidor! Era uno de los gritos preferidos de los falangistas
disidentes
El
enterramiento de símbolos, referentes y personajes unidos al franquismo
fue una tarea esencial con el nuevo régimen de democracia capitalista. De
los cuatro presidentes de Gobierno que España ha tenido en la etapa
democrática, dos fueron convencidos joseantonianos (Adolfo Suárez y José
María Aznar) sin embargo a ninguno se le ha ocurrido nunca ya mentarle, más
bien y saliéndose por la tangente hay quien encontró en Manuel Azaña a
su referente político. "La bicha" del fascismo resultaba
insoportable. Graciano Palomo lo dejaba claro en el libro que realizó
sobre Aznar antes de su llegada a Presidencia.
El
lote cuatrocientos noventa de la subasta que Cajamadrid presentó en el
mes de Abril de este 2002, preparaba para la puja unas obras completas de
José Antonio Primo de Rivera en rústica, buena conservación y al precio
de salida de dieciocho euros. Junto a la orfebrería fina y hortera
expuesta en las vitrinas llamaba la atención aquel objeto descuadrado, de
cronología pareja a algunos de los broches o relojes ofertados. ¿Es algo
más que objeto de recuerdo, elemento de almoneda?
El
único curso académico donde los jóvenes españoles pueden hoy conocer a
Primo de Rivera es el segundo de Bachillerato en la asignatura Historia
(de España) común a cualquiera de las especialidades.
En
estos tiempos, donde el defensor del Pueblo tilda sin nombrar a José
Antonio Primo de Rivera de "aspirante a dictador", se ha realizado un recorrido acerca de cómo
se presenta a esa figura histórica a través de una muestra sobre las
publicaciones de las editoriales Teide,
VV.AA. Barna. 1998 379 pp. Editex,
Sánchez Ortega, Daniel.- Madrid 1999, 473 pp. Akal,
Hernández, José Antonio y otros, Madrid 2000, 400 pp; Akal libro de materiales Madrid 2000 248 pp Santillana, Villares, Ramón y otros, Madrid 2000, 400 pp. Ecir,
Grupo Edetania, Valencia 2000, 413 pp. Edebé,
VV.AA. Barcelona 1999, 399 pp.
Proyecto Ariadna, VV.AA. Huesca 1999 389 pp. Anaya,
García de Cortázar, Fernando y otros, 2001 407 pp. y Vicens Vives,
Fernández,
A. y otros, Barcelona, 2000, 401 pp.
En
el apartado Documentos y Actividades se puede leer: "3. FALANGE ESPAÑOLA Y DE LAS JONS. En 1933 José Antonio Primo de
Rivera fundó Falange Española (FE), grupo de extrema derecha con muchas
influencias del fascismo italiano. En 1934, Falange Española se unió con
una organización de ideología similar, las Juntas de Ofensiva Nacional
Sindicalista (JONS) dando lugar a Falange Española y de las JONS".
A continuación se trasladan de las normas programáticas la 1ª (suprema
realidad de España), la 2ª (España como unidad de destino, exigencia de
anulación de la Constitución), la 6ª (Estado como instrumento
totalitario al servicio de la integridad patria) y la 9ª (Concebimos a
España en lo económico como un gigantesco sindicato de productores).
En
el apartado titulado Las
Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalistas (las JONS) y Falange Española.
Falange
Española es,
tal vez, el conjunto de pensamiento político más original de la derecha
española.
Aunque
no cuente con un bagaje teórico voluminoso, no posea una fundamentación
teórica muy elaborada y sin ser del todo original, sino afecto de un
cierto eclecticismo, no por ello ha dejado de tener importancia y
capacidad de convocatoria. De su ideario no cabe excluir un proyecto
regeneracionista para España, aunque visto desde otra perspectiva
distinta. El falangismo se adhiere también a bastantes postulados del
movimiento fascista europeo, aunque
adaptándolos a la realidad española, lo que evitó que este derivara
hacia el totalitarismo, a diferencia del fascismo continental. Las
características fundamentales del falangismo eran las siguientes:
a)
Falange Española era profundamente
nacionalista entendido este nacionalismo en un sentido español total,
y aun iberista, y no exclusivametne castellanista. El nacionalismo
falangista era beligerante frente al proceso de disolución de España que
representaba el separatismo: "España es una unidad de destino en lo
universal. Todo lo que conspire contra esta unidad es repulsivo; todo
separatismo un crimen que no perdonaremos", decían. El antídoto contra el separatismo y la decadencia eran una
nueva concepción de España desde su pasado imperial, entendido este
como la tarea común que había unido a los españoles en una unidad de
acción con proyección universal. La idea de reconstruir el Estado desde
la idea imperial, del imperio americano en este caso, se emparentaba con
la idea de Mussolini de reconstruir el suyo desde la idea imperial romana.
b)
El
antiliberalismo y el antiparlamentarismo
eran otras dos caracterísitcas destacadas del falangismo, comunes también
con el fascismo europeo. Al liberalismo achacaban su carácter
excesivamente individualista, manifestando frente a él un rechazo
absoluto a los partidos políticos, cuya tarea, según afirmaban, era
principalmente "…hacer propaganda electoral, dormitar en los escaños
del Congreso, adular a los electores, aguantar sus impertinencias, porque
de los electores iban a recibir el poder…" la democracia inorgánica,
por tanto cuyo soporte fundamental eran los partidos políticos, debía
ser abolida para sustituirla por la democracia orgánica, cuyos
fundamentos eran las -unidades naturales- la familia, el municipio y las
corporaciones locales (sindicatos).
c)
La Falange se manifestaba como anticapitalista
y antisocialista.
Anticapitalista porque hacían responsable al capitalismo de haber
generado las desigualdades sociales, en beneficio de los ricos,
enriquecidos a expensas de los pobre, y antisocialista por antimarxista.
Según el ideario falangista, el marxismo era internacionalista, lo que
chocaba con el nacionalismo extremo que profesaba la Falange. El marxismo,
además, con su dogma esencial de la lucha de clases, había sembrado el
odio en la sociedad, generando la división entre los hombres que la
forman.
En
principio Falange Española y de las JONS tuvo
escasa implantación entre los medios campesinos y obreros. En las
elecciones de 1933, José Antonio obtuvo escaño, aunque independiente por
la circunscripción de Cádiz. Su implantación era
mayor en la Universidad,
en donde el enfrentamiento con otras fuerzas políticas de izquierda llegó
a ser muy violento.
Los
falangistas se organizaron en cuerpos paramilitares uniformados, a imitación
de los "camisas negras" italianos o los "camisas
pardas" hitlerianos; adoptaron
el saludo romano y el símbolo del yugo y las flechas, que procedían
de los reyes católicos.
El
modelo de Estado falangista era fuertemente centralizado, jerarquizado
mediante el vínculo de la obediencia debida y la disciplina, y superador
de la lucha de clases, para lo cual trataba de organizar la producción en
estructuras verticales, es decir, en sindicatos organizados por ramas de
producción, en donde trabajasen conjuntamente patronos, técnicos y
obreros. El Estado sería el árbitro y garante en la solución de los
conflictos. Así pues nos encontraríamos ante un Estado paternalista y
fuertemente autoritario, que rozaba los límites del totalitarismo.
A
partir de 1936 la afiliación a Falange Española se hizo más intensa,
tendencia que se incrementó nada más iniciarse la Guerra Civil con
gentes procedentes de las antiguas organizaciones de derecha, disueltas o
desorganizadas hacia el final del Bienio radical-cedista.
"En
octubre del mismo año -1934- el hijo de Primo de Rivera, José Antonio,
funda Falange Española, grupo de tipo fascista que en febrero de 1934, ya
con la derecha en el poder se unirá a las JONS de Ledesma. Pronto se
convirtió en el grupo más activo de la ultraderecha, usando la violencia
como método para la conquista del Estado" (`p.282).
…En
la derecha se forman tres grupos básicos: Falange Española de las JONS,
con un millar de afiliados que campaban por sus respetos en las calles y
en la Universidad con provocaciones y violencia incluidos. P.283.
"La
Falange era un partido de elites, sin apenas respaldo popular"
(p.286)
Sobre
el Bloque nacional en las elecciones de Febrero de 1936 "El mismo José
Antonio Primo de Rivera criticó la falta de programa y mantuvo a la
Falange fuera de la coalición." (p.288)
(Sobre
la primavera del 36) "El
enfrentamiento fue especialmente duro en las calles y en las Universidades
entre grupos falangistas y milicias socialistas, comunistas y anarquistas,
pese a que Falange había sido declarada ilegal ya el 15 de marzo, a raíz
del atentado contra el socialistas Jiménez de Asúa" (p.290)
(Al
referirse a los preparativos de un golpe tras el triunfo del Frente
Popular) "Los principales líderes
políticos…y el mismo José Antonio Primo de Rivera, encarcelado en la cárcel
de Alicante por tenencia ilícita de armas" (p.291)
"En
Noviembre fue también ejecutado José Antonio Primo de Rivera, que estaba
preso en la cárcel de Alicante desde la primavera."
(p.302)
En
el libro de materiales (p. 165) que acompaña al manual aparecen
fragmentos del discurso de La Comedia, entre ellos el de los puños y las
pistolas, pero debe señalarse que el conjunto responde bastante bien a
los esbozado en el discurso fundacional,
En
extremo parca la información que suministra este texto En el apartado
Hacia la guerra civil hay un apartado que dice:-"Los grupos extremistas de derecha, desde la Falange Española (fundada
por José Antonio Primo de Rivera en 1933) al Bloque Nacional, confiaban
cada vez menos en las tácticas parlamentarias de la CEDA de Gil
Robles." (p. 254). Y una fotografía de José Antonio en un mitin
acompañado de Rafael Sánchez Mazas.
Un
tema más adelante, en La guerra civil 1936-1939, reconoce alguna
aportación positiva de la Falange: "En
el campo de la cultura, la España "nacional" contó con la
entusiasta colaboración de una serie de intelectuales que provenían de
las distintas corrientes ideológico-políticas que se habían unido al
alzamiento militar. Entre ellos destacaron los falangistas. Entres sus
nombres más destacados figuran Eugenio D´Ors, Laín Entralgo, Tovar,
Ridruejo, Agustín de Foxá, Torrente Ballester y Maravall" (p,269)
ECIR
En
el apartado "La caída de la República de Izquierdas" puede leerse:"La
extrema derecha, al calor del fascismo italiano y del nacional-socialismo
alemán, va a organizarse en torno a la figura de José
Antonio Primo de Rivera fundador de Falange Española"
(p.250). Aparece un recuadro con el título de José Antonio Primo de
Rivera. Biografía "Nacido en Madrid (1903) y muerto en la cárcel de Alicante (1936), era
hijo del Dictador general Miguel Primo de Rivera, estando impregnado su
pensamiento polìtico de la ideología paterna (corporativismo),
especialmente en la concepción de un estado ´nacionalsindicalista´,
donde la familia, el municipio y el sindicato vertical eran los pilares básicos.
Su
pensamiento tenía básicamente tres componentes: un antiliberalismo
visceral, un feroz nacionalismo y un totalitarismo antiliberal. Pretendió
una tercera vía entre el marxismo y el capitalismo. Una utopía, pero una
utopía violenta, reaccionaria y antidemocrática.
Su
carrera política fue rápida y corta, en octubre de 1933, en el teatro de
La Comedia de Madrid, funda su partido Falange Española; tres años más
tarde, tras ser detenido y encarcelado por el gobierno es fusilado en la cárcel
de Alicante. Intentó desestabilizar al gobierno de la República, con
discursos incendiarios y lo que es peor, con ataques de sus seguidores a
organizaciones políticas rivales "…Pero no hay más dialéctica
admisible que la dialéctica de los puños y de las pistolas cuando se
ofende a la justicia o a la patria".
Poco
antes habían surgido las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista)
de la mano de Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma, con una ideología y métodos
violentos de acción similares, lo que hizo posible la unificación de
ambas organizaciones: nace la Falange Española y de las JONS, máscara
política tras la cual se va a ocultar durante 40 años el
franquismo"
(p.251)
En
el apartado "Las conspiraciones. A.- La conspiración civil y religiosa" La
Falange, que sólo había conseguido en toda España 45.000 votos, había
crecido espectacularmente después de las elecciones de febrero; a ella se
sumaban jóvenes violentos desengañados de la CEDA y las llamadas
"gentes de orden" de las clases medias que temían a la palabra
revolución que defendían las izquierdas. Su líder, José Antonio, fue
detenido y encarcelado, y su periódico Arriba clausurado al ser halladas
armas en uno de los locales del partido" (262)
"En
los años treinta los fascismos
europeos habían ascendido al poder y se presentaban como una solución
a la crisis de las democracias liberales y un medio de contener el avance
del comunismo. Identificada con los fascismos triunfantes, la extrema
derecha española se fortaleció. El Bloque Nacional y Falange Española
de las JONS se opusieron a la política de la CEDA por considerarla
moderada, y la violencia se adueñó de sus organizaciones juveniles, que
pronto atrajeron a militantes de la CEDA" (p.213)
En
la primavera de1936 la confrontación política se intensificó en todos
los ámbitos y proliferaron los enfrentamientos callejeros y los atentados
tanto contra líderes de derechas como de izquierdas. La violencia partía
de ambos bandos, pero para el Bloque
Nacional y la Falange se
trataba de un medio para desestabilizar el régimen(p.215)..
(Se acompaña fragmento del discurso de José Antonio en el teatro de La
Comedia en donde ¡como no¡ se traslada el párrafo de la dialéctica de
los puños y las pistolas). Por si no se hubieran enterado todavía los
bachilleres se hace un apartado titulado "Terrorismo
fascista", en donde puede leerse "El terrorismo fascista estaba representado por las milicias de falange, financiadas por empresarios y personalidades
económicas destacadas como J. March. Fueron ilegalizadas por el gobierno
y sus líderes fueron encarcelados, con José Antonio a la cabeza. Los
carlistas también crearon sus milicias, los requetés, que se unieron a
la "dialéctica de las pistolas" de la que hablaba José
Antonio." (p.215)
PROYECTO
ARIADNA
En
el apartado grupos fascistas y junto con la JONS aparece FALANGE (sic),
pero aquí se les distancia de grupos de derecha como carlistas y Renovación
Española (éstos últimos "cuasifascistas")
ANAYA
En
el apartado dedicado al Fascismo español y junto a Renovación española
y a los carlistas aparece la Falange de José Antonio como "el
más existoso-sic- de todos ellos"…se manifestaba decididamente
contrario a la República democrática y defensora de un fuerte
nacionalismo -sic- español, compatible con la "dialéctica de los puños
y las pistolas"… A continuación traslada literalmente
fragmentos del discurso de La Comedia (el comienzo antirrousoniano, la
definición de antipartido, ni de derechas ni de izquierdas y, por
supuesto, el de la dialécticas de los puños y las pistolas) (p.235).
En
el apartado Los partidos de derecha :" Los
fascistas.
Imitaban, en gran parte, la ideología fascista italiana de Benito
Mussolini. Eran, por lo tanto, partidarios de gobiernos autoritarios, con
un partido único y sin elecciones ni parlamento. Proponían la intervención
del Estado en la economía, incluso la nacionalización de la banca, e
intentaban reavivar y despertaban viejas ideas imperiales. Eran la extrema
derecha.
En
España comparecieron dos grupos con esta mentalidad: las JONS
(Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista), el año 1931, y Falange Española, el año 1933.
El
líder de esta última fue José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador. Ambos grupos se
fusionaron el año 1934 (Falange Española y de las JONS). Sólo empezaron
a adquirir importancia, como fuerza de choque de la derecha, a partir de
las elecciones de 1936, cuando se opusieron al Frente Popular
(p. 166).
Por
implícita deducción aunque no se diga explícitamente, en el apartado Hacia
la guerra civil: "…Los
industriales y los terratenientes contestaron a estos desórdenes cerrando
fábricas, retirando capitales hacia el extranjero y provocando, mediante
discursos violentos en el Parlamento y la actuación de pistoleros
fascistas en la calle, un ambiente social muy tenso y de gran
inseguridad". (p. 178)
Dos
temas más adelante en Orígenes y consolidación del régimen franquista
(1939-1957) incluye como documento Ideas políticas de FE y de las JONS,
cuatro de los 27 puntos inciales: el uno, el dos, el seis y el siete y
justo en la siguiente página y también como documento La Falange de 1940
un texto sacado de la Historia de España de Max Gallo acerca del control
de Franco sobre la Falange.
Como
puede observarse hay diferencia en cuanto a la extensión dedicada y a la
exposición de qué era Falange Española. Desde descripciones
satanizadoras (violentos, pistoleros, pagados por los patronos, discursos
incendiarios de Primo de Rivera, enemigos de la República, emparentados
con nazis y fascistas italianos) a otras menos desajustadas (casos de
Editex- la más completa y acertada por más que pueda discutirse- y Akal
-crítica no descalificadora- porque intentan al menos mostrar un panorama
más rico que la caricatura histórica de otros. Es cuestión de corrección
política.
Cuando
un director de orquesta judío ha señalado la diferencia entre su
patriotismo y el nacionalismo segregador sionista se han multiplicado los
elogios por tan brillante diferenciación, y curiosamente esa diferenciación
entre el nacionalismo excluyente y el sentido patriótico fue ya expuesta
por el fundador de Falange Española. Su condena al nacionalismo
excluyente fue explícita. En el libro de Editex, aunque se habla de
nacionalismo español se matiza su capacidad integradora ("sentido
español total, y aun iberista,…") aproximándose al sentido
que para José Antonio tenía el ser patriota.
El
retrato robot de José Antonio según la mayoría de textos presentaría
los siguientes rasgos:
Hijo
del general Primo de Rivera y a veces confundido con él,
creador de la Falange, un partido fascista, enemigo de la República y de
la democracia y extremadamente violento. Partidario de la dialéctica de
los puños y las pistolas. Encuadrado en la extrema derecha recibía
financiación de los grandes empresarios.
Naturalmente
esta perversa simplificación se complementa con la benevolencia de trato
hacia lo que se considera opuesto y, por supuesto, es extraño encontrar
las matizaciones precisas que fijen en el contexto histórico, cuál era
la auténtica realidad: Se silencia que los fascismos significaban la
modernidad de aquel tiempo, que su apoyo popular fue determinante, que las
democracias estaban seriamente dañadas o que el comunismo estalinista era
la otra baza alternativa, en donde ponían sus ojos y su voluntad gran
parte de la izquierda. Que la Falange quedó desamparada y rechazada por
la derecha porque veían en ella una mordiente revolucionaria que no le
gustaba, que se la acusó de tibia o que las primeras represalias de la
Falange llegaron después de tener al menos seis militantes asesinados.
Son excepciones quienes incluyen las medidas radicales de reforma agraria
propuesta y casi nulos lo que hablan del proyecto de nacionalizar el crédito.
Nadie se acuerda de las extremas dificultades en que se movía aquella
opción fundada y dirigida por José Antonio Primo de Rivera ni sus
militantes. Son excepciones lo que recuerdan que a ella se iban sumando
destacados y novedosos literatos hasta convertirse en lo que José Carlos
Mainer ha definido como "…la
formulación más atractiva y violenta de una rebeldía que se venía
larvando desde tiempo atrás; en gran medida, fue una vocación juvenil
muy pura que, pese a la hipoteca burguesa que la lastró y acabó por
disolverla, planteó una primordial protesta contra lo más caduco del
derechismo contemporáneo".
Tampoco
por supuesto se dice que anulada la ilegalización de la Falange por el
Tribunal Supremo, el gobierno constitucional del Frente Popular mantuvo la
ilegalización de la Falange. Y además se establece una línea sin solución
de continuidad entre la Falange de época republicana, la neofalange o la
Falange sometida. Para nada se habla de enfrentamientos o de disidencias.
No existieron.
Resulta
llamativo que la descripción del líder de la Falange sea más negativa
por parte de estos contadores de historias que la que dieron adversarios
políticos como Abad de Santillán o Julián Zugazogoitia. Más negativa
que la de historiadores como Gil Pecharromán, Ricardo de la Cierva o
Gabriel Jackson. Y en cuanto a su creación política Pío Moa, Stanley
Payne o el Teniente coronel Tagüeña han sido mucho más benévolos. ¿A
qué escuela pertenecen estos caricaturistas?
En
el apartado icónico, de los tres o cuatro centenares de fotografías de
las que se pueden disponer son una decena aproximadamente las que se
utilizan. Normalmente las de " en traje de faena", en tarea
militante con el uniforme falangista. Nada que objetar porque así fue en
un tiempo normalizado por los uniformes, desfiles y correajes por parte de
casi todas las formaciones. Echamos de menos, eso sí, un documento gráfico
que presente a un José Antonio más intelectual y no es que no los haya,
es que no interesan porque se ajustarían con mayor dificultad a lo
expuesto en el texto.
Los
lectores de Rastro de la Historia pueden hacer su propio juicio acerca de
cómo se suministra la figura histórica de José Antonio Primo de Rivera.
Esta publicación ya ha mostrado evidencias suficientes para poder
considerar tergiversada y pobre la atención prestada al fundador de la
Falange en la mayoría de los libros de texto. En cualquier caso, no
intentamos adoctrinar a nadie, esa tarea por lo que se ve viene por otros
lado. Sencillamente sacamos a la luz lo que entendemos un imparcialidad
histórica flagrante y que cada uno extraiga sus propias conclusiones.
Llegando
el 20 de Noviembre del 2001, Carlos Herrera dedicó unos minutos al
desconocimiento -por supuesto dirigido- que sobre José Antonio tenía la
juventud española; sobre la absoluta asimetría, conductora a la
ignorancia, que el tiempo ha marcado para ese personaje político Tal
detalle le honra, como deshonra al autor de este artículo el no acordarse
del periodista que acompañando a Herrera guiaba el referido y excelente
reportaje.
Pero
dará lo mismo. José Antonio Primo de Rivera no es políticamente de
recibo y, en consecuencia, tampoco lo es en la divulgación histórica
para nuestros estudiantes. Y todo ello, para mayor escarnio, cuando los
pretendidos objetivos buscados en el área de Historia se suponen que son
el conocimiento científico, la comprensión de los hechos del pasado, la
tolerancia, la verdad, todos ellos de difícil reconocimiento en esta
historia que se sirve a los jóvenes españoles.
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