José Ruiz Bravo, Antonio Rovira y
algún otro fundaron en la primavera del 36 un embrión pro-falangista en
Argentina. De finales de Junio o primeros de Agosto data la fundación de
la Falange, sin intervención directa de la organización española. Las
noticias al respecto indican un estado de opinión, en determinados
elementos de la colonia española, favorables a las nuevas tedencias
políticas surgidas en España. De aquella nación se habían recibido con
bastante anterioridad fondos para sufragar la publicación jonsista La
Conquista del Estado, según informaba el jonsista José Ignacio Ramos
(1).
Se había iniciado una etapa en el
1936 que concluiría con la desaparición del Servicio Exterior en 1945.
Sujeta a momentos de pujanza, de desaparición y de ocultamiento. Ese tramo
de tiempo presenció distintos responsables al frente de la Jefatura
falangista, desempeñada por Nicolás Quintana, Juan Martín Cotano, Rafael
Duyos , Pedro Ara y José Ignacio Ramos (2).
La situación de la Falange
argentina en relación con los poderes de esa República se vio sujeta al
variado componente ideológico de los detentadores del poder público. Se
mantuvo excelente apoyo en políticos de marcado signo autoritario y hubo
problemas serios con otros vinculados a opciones políticas distintas que,
siguiendo una costumbre harto frecuente en aquellas repúblicas de
Hispanoamérica, propondrían medidas restrictivas contra agrupaciones
"nazi-fascistas".
A raíz de la Unificación, el
Secretariado Político de la FET tomaba las riendas del núcleo argentino
que se convertía en agrupación política única del bando nacional lo que
provocaba tensiones con miembros de Acción Española y de Tradicionalistas
que se negaban a disolver sus respectivas agrupaciones políticas. La nueva
organización movía a algunos de los antiguos cabecillas falangistas a
solicitar su confirmación, intercediendo ante el nuevo Jefe Nacional para
conseguir sus nombramientos (3).
Trasplantados los esquemas de
funcionamiento a las organizaciones de exterior e intentando hacer lo
mismo con la doctrina, se iba a reproducir en Argentina un hecho frecuente
en las filas del falangismo: las bajas por atentado o enfrentamiento.
El 20 de Junio del 37 era asesinado
en la localidad de Mendoza Antonio Ribes, tras un enfrentamiento en una
taberna de esa localidad. Se convertía en el primer caído de la Falange
Exterior
Como ya se ha expuesto, la
situación creada en torno a la Falange argentina determinó un viaje de
inspección encomendado por el Secretariado Político a Augusto Atalaya para
poner en orden aquella dependencia. Comenzaba la época de mando de Rafael
Duyos. Este tiempo coincide aparentemente con una explosión de las
actividades de la Falange. Confraternizaciones, Platos únicos o creación
de jefaturas locales eran algunas de las actividades más frecuentes.
Se asistía a un interesante
despliegue propagandístico. La Sección Cinematográfica de la Falange
argentina proyectaba los films de propaganda realizados por el bando
nacional y ponía a disposición de otras Falanges de la zona aquel valioso
soporte contando para ello con el Laboratorio automático Tecnofilms que
trabajaba para la Delegación Cinematográfica Iberoamericana
Desde Buenos Aires se confeccionaba
el Arriba, una buena Revista Semanal ilustrada en donde noticias de
la guerra española, informes de las Falanges del mundo al lado de textos
doctrinales y legales, llenaban sus páginas, extendiendo su radio de
acción a Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay.
Estas formas de divulgación se
completaban con producciones poéticas o con la puesta en escena de obras
de teatro como el Tríptico de la Falange del polifacético jefe
regional Duyos. No había problemas para encontrar actores: la mayoría de
los miembros de la farándula (según la Falange argentina) allí residentes
pertenecían a la Sección de Espectáculos Públicos de la FET. Lola
Membrives, Aurora Redondo o Consuelo Nieva participaban en la
representación de un patriótico repertorio.
En España, en el otoño del 38, se
tenía la sensación de una notable mejoría de aquella extensión y de su
actuación pública aun cuando todavía careciese de reconocimiento legal. Se
había gestado una dependencia que disponía de Delegaciones de Prensa y
Propaganda, Sección Femenina, OOJJ, Auxilio Social y hasta unas Milicias
falangistas que completaban la organización. Se habían conseguido
delegaciones locales o comarcales en 60 localidades argentinas durante
este año de 1938.Daba la impresión de ser una de las extensiones de mayor
pujanza y su Jefe, obtenía el nombramiento de Inspector para Sudamérica.
Este fenómeno, que manifestaba
aparentemente una excelente y vertiginosa expansión ha sido minimizado por
algunos investigadores al comparar las cantidades con los apoyos que tenía
el bando republicano. Así M. Quijada, afirma que en un país con millón y
medio de inmigrantes y con 1000 comités de ayudas a la España republicana
la importancia de esa expansión resultaba relativa. A pesar de todo, si se
tiene en cuenta la cortísima vida política de la Falange, no resultaba
nada despreciable el aparente crecimiento falangista.
Queda la duda, por las posteriores
noticias acerca de esta época, de si las informaciones dadas a través del
Arriba no contenían mucho fuego de artificio. Acostumbrados a un
engrandecimiento de las realizaciones, en donde a la necesaria fe en la
victoria, se sumaba un gusto barroco por adornar actos y nombres, se
magnificaba en hechos y en dichos. A la llegada de la Misión Española en
Octubre del 38 con Samuel Ros y Eugenio Montes, se presentaba a este
último, con el pomposo título de "Caballero de la Gran Cruz de la Orden
Imperial de las Flechas Escarlatas".
De la trilogía clásica de la España
rebelde en el exterior (representantes de Estado, Falange, grupos
nacionalistas) ya se han indicados las reticencias entre ellos, pero
además las tensiones con elementos de la diplomacia franquista comenzaban
a poner al descubierto puntos oscuros en la etapa Duyos, con dificultad
para discernir entre la verdad de las acusaciones que se iban a hacer y
los deseos de enfangar el tiempo de su jefatura. Se ponía en cuestión el
activismo desplegado por el descrédito al que fue sometido a partir de
1939 por doble partida. De una parte por la representación diplomática
española, algo ya acostumbrado en la dinámica de las agrupaciones
falangistas; pero resultaba más demoledora la acusación realizada por otro
falangista, José Ignacio Ramos, procedente de las JONS de Ledesma.
La pugna entre el autonomismo
deseado por la Falange y el afán controlador de la representación
diplomática de España encontraban su eco también en la Argentina. Desde la
embajada, dirigida por Lojendio, y con el apoyo de falangistas enfrentados
con el jefe Regional Duyos, se lanzó una maniobra de descrédito contra
éste y contra el Delegado de Prensa y Propaganda Juan Potous. La
argumentación de "vicios degradantes" adjudicada a ambos, sin mayor
fundamento que la repulsa segura que aquel bulo iba a tener en la colonia
española y entre los falangistas, resultaba un arma demoledora.
Detrás de aquellas intrigas, para
algunos falangistas aparecía la mano del embajador Lojendio como claro
inductor. Quienes se ponían del lado de Duyos no entendían que la embajada
se sumara complaciente al cumplimiento en la aplicación del Decreto del
Gobierno argentino, sobre Asociaciones Extranjeras y que, además,
desamparara a la Falange con su desidia cuando el archivo de esta fue
trasladado a la embajada.
Sin embargo, más demoledor que las
acusaciones referidas resultaba el informe de José Ignacio Ramos emitido
en 1940. A la caída de Duyos se iniciaba una revisión de su mandato desde
el interior de la FET. Sus partidarios caían en desgracia y aquellos otros
que mantuvieron distancias con su jefatura (caso de Carmen Ponce de León)
eran ensalzados en esta nueva etapa.
El 3 de Abril de 1940, José Ignacio
Ramos, enviado por el Delegado Jiménez Arnau a la Argentina para realizar
una investigación de carácter administrativo sobre la actuación de la
Falange, remitía un informe que contenía los más negros trazos de lo que
había sido la corrupción generalizada de quienes pasaron por puestos de
mando en aquella organización hasta el cese de Rafael Duyos (4).
Un descarnado relato, en donde el
aporte técnico lo habían dado falangistas expertos en temas de
contabilidad (5), ponía al descubierto una continuidad en la corrupción de
las que se libraban tan solo la Sección Femenina, dirigida por Carmen
Ponce de León, la Sección de Espectáculos con Jesús Gabaldón al frente y
quienes desempeñaron las funciones de administración en el periodo que
abarcaba desde el 20 de Julio al 12 de Octubre del 38. Desidia
administrativa, malversación, estafa, soborno, sustracción de efectos,
venta del fichero de la Falange y hasta prácticas de homosexualidad
encubierta (argumento de descalificación frecuente en aquella época)
denunciaba Ramos en su informe. Se llegaba a la conclusión de la
inexistencia de un registro de afiliados y de la falta de libros de
contabilidad junto a irregularidades contables como la falta de asiento de
ingresos o cuotas que quedaban en poder de los cobradores.
Se ponía en entredicho la
militancia falangista en Argentina y se denunciaba la existencia de
afiliados con varios números, realizado con el objeto de dar una
pretendida antigüedad a afiliaciones recientes, lograda mediante la
recepción de favores personales o primas. Incluso se daba el peregrino
caso de que la cotorra mascota de la Falange se hallaba también inscrita
con su correspondiente número de afiliado, ficha rellena y
convenientemente firmada por el Jefe Provincial tras ser presentada, tal y
como era preceptivo, por varios falangistas.
La cantidad y variedad de las
irregularidades llegaba a tal grado que la transcripción de las palabras
de Ramos son la muestra más elocuente:
"Es muy difícil hacer un informe
político de la actuación de la Falange, pero yo, solemnemente, al
denunciar estas irregularidades a la Delegación Nacional del Servicio
Exterior, añado por mi parte, que bajo mi palabra de honor, de camarada,
de camisa vieja y de español, aseguro que el descrédito de la Falange ha
sido tal en la Argentina, que su conducta ha sido más nociva para nosotros
que la misma propaganda roja sostenida con muchos millones, declaro
solemnemente que numerosas personas honestas se han apartado del
Movimiento y otras ni siquiera ingresaron en él debido a su conducta, e
igualmente declaro, y me hago responsable de estas afirmaciones, que todos
los Jefes, son solidariamente responsables del estado de descrédito que
para España ha traído la actuación de la Falange, responsabilidad que
alcanza a todos los que han ocupado cargos directivos en mayor o menor
grado, haciendo únicamente exclusión de Jesús Gabaldón y Carmen Ponce de
León y los camaradas que desempeñaron la administración durante el periodo
del 20 de Julio al 12 de Octubre de 1938".
Al caótico estado en que se hallaba
sumida la Falange argentina se unían los problemas que acarreaba la guerra
mundial y el boicoteo que realizaba la representación diplomática
española. Decidida la disolución de la Jefatura Regional de la Argentina,
y con una Junta Liquidadora de la misma, se intentó la creación de una
Hermandad Hispano Argentina y posteriormente, de un Hogar Español, como
nuevas entidades que relevasen a la Falange manteniendo sus contingentes.
La apatía y la falta de comunicación hicieron que aquel intento apenas
fuera conocido por los propios interesados. La Casa de España, creada en
el mes de Junio del 40, intentó integrar en ella los restos humanos del
naufragio falangista acometiendo tareas de divulgación política dirigidas
a la colonia española.
Al comenzar el verano del 41
recibían instrucciones como otras Falanges para formar las Escuelas de
Propagandistas y los misioneros de la Falange.
Aquellos residuos del falangismo
con José I. Ramos al frente, abandonaban sus responsabilidades en la
Falange argentina en Noviembre del 41. No eran enemistades con las
autoridades de aquel país quienes obligaban a ello, sino las consabidas
con la representación diplomática española. En palabras de Ramos: ...la
oposición sorda y callada para todo el que trabaja y es ajeno a la
'carrera' (7). Ramos había creado la revista Orientación Española que en
las fechas de dimisión de los cargos de la Falange había llegado al número
64, habiéndose reproducido 1.000.000 de ejemplares, todo ello sin percibir
subvención alguna de la embajada, tal y como expresaba dolido el antiguo
jonsista. Éste no encontraba más justificación para la actitud de la
embajada que el boicoteo puro y duro, ya que, según Ramos, la calidad
periodista de Orientación estaba avalada por el mismo Cambó, que la
calificaba como la de mejor contenido en cuanto a su densidad y amenidad
(8)
En la misma fecha de la misiva
anterior, una comunicación mandada al Delegado Nacional del Servicio
Exterior, servía para presentar las dimisiones de los responsables de la
Casa de España, y para comunicar un fenómeno digno de atención: la
incorporación de Serrano a Exteriores no había "falangistizado" la
representación española en La Argentina. Posiblemente porque los
diplomáticos de carrera hacían una particular interpretación de las
directrices del Presidente de la Junta Política.
En 1942, a diferencia de lo
ocurrido en otros países de Hispanoamérica, el panorama argentino no
resultaba hostil, más bien al contrario. La conferencia de Río de Janeiro
con representación de los países americanos recibía presiones
norteamericanas para que la Argentina abandonara su neutralidad ante el
conflicto internacional ofreciendo, incluso, ventajas económicas, pero esa
nación mantenía el tipo frente al gigante del norte, algo de lo que eran
incapaces otros países del continente. El intento de la fórmula de
recomendación de ruptura propiciada por USA: "Los estados americanos no
podrán continuar manteniendo relaciones con el Eje", aparecía con una
redacción diferente, con la alteración del "no podrán" por el "podrán no".
Como es de suponer aquella actitud era acogida muy favorablemente por la
Falange, que a finales de ese año proyectó unos estatutos para una futura
Hermandad Hispanoamericana, que diera cabida a la proyección falangista en
la Argentina con el fin de continuar la actuación.
La tensión entre la España
victoriosa y la España derrotada se había trasladado también allí. Desde
la primera se realizaban intentos para evitar actos que promocionaran a
los derrotados, entre ellos las interpretaciones desfavorables de la
pasada contienda. En Septiembre del 44 el Jefe falangista de Argentina
presionaba para que no se proyectara el film ¿Por quién doblan
las campanas? y seis meses más tarde resultaban infructuosos los
intentos del Director Político de América de retirar el Romancero
General de la Guerra de España dirigido por Rafael Alberti que
era enjuiciado de "insultante, soez y vulgar".
Muy estrechamente vinculada a la
Falange argentina estuvo la sección del Paraguay. Cuando en Octubre del
37, Augusto Atalaya recibió el nombramiento de Inspector con plenos
poderes para el cono sur americano ya existía en Paraguay un pequeño grupo
falangista. Ocupaban los puestos de mando Martínez Pimiento con calidad de
Jefe en Asunción, José María de Nestosa de Delegado de Prensa y Rafael
Martí en las Organizaciones Juveniles. Fueron frecuentes las relaciones
con el grupo argentino mucho más potente, y su jefe Rafael Duyos acudía a
Paraguay en Octubre del 38 en calidad de conferenciante.
Al finalizar la guerra y en el
esfuerzo pedido por el Servicio Exterior para el Auxilio Social enviaban a
España 765.500 pesos, 1000 cajones de leche condensada y 12.000 latas de
carne.
(1) Carta de José Ignacio Ramos a
Riestra 19.11.37, cita para veracidad Fascismo en España.
Efectivamente, allí tras narrar los problemas económicos de JONS aparece
lo siguiente: "A ello (tener una caja propia) contribuyó, sin
embargo, la labor de José Ignacio Ramos, jonsista del primer cupo, que
hizo un viaje de negocios a la Argentina y trajo para la revista cerca de
1500 pesetas en suscripciones protectoras, hechas por españoles residentes
en Buenos Aires". Ramiro Ledesma Ramos.- Escritos políticos 1935-36.-Trinidad
Ledesma Ramos-Madrid 1988.-página 88)
(2) Cfr. Quijada Mauriño M. T.C
p.130 .Con anterioridad, Rodríguez Otero sitúa a Emilio Orgando Vallejo de
primer Jefe Territorial en la Argentina.
(3) En Mayo del 37 un jefe de la
Falange de Buenos Aires, Sebastián Cerceda Lazcano pedía al General
Franco continuar como responsable de aquella organización.
(4) Denuncia de José Llopis, que
fuera Secretario de la Delegación de Prensa Argentina. La defensa
realizada por Llopis intentaba demostrar la animadversión diplomática
contra Duyos, precisamente cuando la situación política interna se
mostraba difícil.
(5) Ayudaron a Ramos los contables
de empresas establecidos en Argentina José Bravo, Manuel Fernández
Vázquez, Daniel García Helguera y el empleado de la empresa M. Aduriz y
Cía Jacinto Rodríguez García.
(6) Los problemas del manejo de
fondos y la desconfianza en la gestión era una historia antigua. Con la
llegada de Quintana a la jefatura en 1936 "...se regulariza y garantiza
el correcto manejo de los fondos." según Rodríguez Otero.
(7) Ramos a Riestra 19.11.41. Ramos
estaba dolido porque enviado a Buenos Aires en 1937 y con promesas de
empleo ni le habían contestado a su petición de ser canciller de la
Embajada "...vacante inferior a mi jerarquía, merecimiento y capacidad".
(8) A pesar de los elogios que
hacia Ramos a Orientación esta revista debió aguantar un "tirón de
orejas" por la publicación de una fotografía en donde aparecía la imagen
de Maria Luisa Terry, caída en tiempo de guerra, junto al anuncio de
cosméticos. Aquella actitud intolerable exigía enérgica reprensión según
manifestaba Vicente Gaceo, Jefe Nacional de Prensa, al encargado de la
Prensa y Propaganda Exterior.
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