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RECUERDOS
Comenzamos
con este número 10 de “El Rastro de la Historia” a recapitular sobre el
siglo XX en España y lo vamos a hacer a través de la memoria viva de tres
protagonistas. Son innumerables los libros de historia que se ocupan del siglo
XX español, pero hemos preferido elegir a cuatro protagonistas anónimos para
que en un ejercicio de historia oral nos contaran sus experiencias vitales. El
primero de ellos es Victoriano de Diego, un agricultor de un pueblo castellano,
fiel representante de su clase, trabajador de por vida, imbuido del sentido de
autoridad y orden que fue propio de la sociedad española, lo que no evitó las
críticas hacia el mundo imperfecto y desagradecido que le rodeaba. Su relato
nos conduce a las tragedias africanas
padecidas por un sinnúmero de familias españolas y a las nuevas tragedias que
años más tarde ensangrentaron nuestra Patria. Con
tintes absolutamente autobiográficos, grabados en una manifestación
interrumpida en un testimonio literario de indudable valor, un tabernero con
patria local en la sierra de Segovia. Golpeado por la vida, a la que devolvió
el golpe con un talante de supervivencia y un ánimo del que sólo muy pocos
pueden, Francisco Moral, "Paco el tasca" o el "chulo de Brunete". Tomará
el testigo del relevo en nuestro relato un miembro del Partido Socialista,
Bernardo Torres, hombre íntegro, amigo de sus amigos, agnóstico o ateo (que no
es muy seguro lo que era) y, como buen descreído ibero, devoto de su Virgen del
Pilar. Miembro de la entonces novedosa guardia de asalto republicana y condenado
a muerte -afortunadamente no cumplida- en la triste posguerra española. Finalizará
la marcha un falangista de los de infantería, José Mata, apuntado a las
juventudes de la Falange cuando niño y mientras España estaba en llamas. Vivió
la militancia en el Partido único y tuvo bien claro siempre que una cosa era la
doctrina de la Falange y otra la que se imponía en la realidad española. A
pesar de lo cual y en la vorágine de contradicción de otros muchos españoles,
tuvo un pie en las organizaciones del Movimiento y el corazón dispuesto para
conspirar contra aquéllo. Los
cuatro han muerto. Son historia. Nos queda su memoria y con ella nos aproximamos
a la Historia española del siglo XX.
Adaucto
Pérez EL CAMINO DE ÁFRICA. ENTREVISTA CON UN SOLDADO DE LA QUINTA DEL 24
Esta
entrevista se realizó en Muñoveros (Segovia) . Victoriano
¿Qué ambiente había en las familias españolas cuando sabían que un hijo
suyo tenia que ir a luchar a la guerra de África? Hombre,
preocupado, porque contabas que ibas y no sabías si ibas a poder volver, ni en
que condiciones ibas, preocupados todos porque no se, claro, terreno desconocido
para nosotros. Relativamente
malas, porque había muchas bajas, muchas guerras, por la parte de Melilla, lo
de Annual, lo del Bosque Sagrado, en los pueblos se sabía como se sabía en las
capitales, y preocupados por eso, pero te tocaba y tenías que ir, no había
otro remedio. Tenías que presentarte y conforme, tenías que conformarte. ¿Las
noticias que les llegaban a Vds. eran por periódicos, por gente que había ido
allí? Hombre,
por la prensa, por la prensa se sabía, si decía la verdad, ¿Cómo no ibas a
estar enterado? A lo mejor no estabas enterado de todo, de la mayor parte, sí Y
vd. Victoriano, ¿Cómo se entera que le toca ir a Marruecos, a África? À
Quien se lo comunica? Hombre,
es que en las capitales, en Segovia mismo hay, ¿cómo las llaman? Caja de
reclutas; la Caja de reclutas es cuando ya, te tallan un año antes, primero te
tallan, luego, después te avisan cuándo tienes que ingresar. O sea que si te
presentas el año que nosotros nos presentamos, el año 24, luego hasta el 25,
no a Enero no volvimos a Segovia, luego ya cuando te notifican dónde te ha
tocado porque hay un sorteo; si te toca la Península o te toca África, si te
toca África, ya lo sabes, a África, luego te dicen dónde, si la zona de Larache,
o a Melilla, o a Ceuta. A mí me tocó a Larache y a allí. ¿En
que fecha estamos, en que fecha ocurre esto? Pues
eso fue a primeros de Enero del año 25, me parece que fue. ¿O
sea que en Enero fue cuando vd. sale o cuando a Vd. se lo comunican? No,
no, cuando ya ingresamos, nos concentramos en Segovia para ir a nuestro destino,
directamente a Segovia, Madrid, Madrid a Cádiz y de Cádiz a Larache, claro, y
allí no desembarcamos en el puerto porque no hay puerto, desembarcamos en un
remolcador. En un remolcador en alta mar para salir a un puerto que había para
arrimar el remolcador. Y yo allí fue la primera vez que vi a los moros que no
los conocía y claro, para desembarcar en alta mar hay que ir con mucho cuidado,
porque los barcos se mueven ¿no?. No están fijos y claro, ahí eran moros los
que te echaban mano y yo… cuando me fue a echar mano un moro para desembarcar
digo: "Tu a mí no me echas mano", me tiré, me tiré yo al remolcador
que fue así. Yo digo "que tú a mí…" Porque los iban cogiendo…
porque claro, se está moviendo crees que vas a poner el pie en el borde del
remolcador y a lo mejor le metes entre..., a lo mejor se mueve, y has metido
entre el remolcador y el barco y a lo mejor te aplasta, o no, te deshace. Y por
eso hay dos tíos y los van bajando uno por uno. Y ya digo, yo, no yo, "tu
a mi no me echas mano". Porque yo creía que allí estaban los moros a un
lado y los españoles a otro, pero no era así, vives en comunidad con ellos. Y
del viaje ¿que recuerda vd., abuelo? Hombre,
pues del viaje, la pobre gente se compadecía de nosotros, en la parte de
Andalucía, en las estaciones salían, en las vías que pasaban por cerca de
poblados, pueblos pequeños, salían las pobres mujeres llorando y diciendo que
nos volviéramos, que no fuéramos, que nos volviéramos y nosotros, claro, la
juventud nada, encima las insultábamos, había tíos que las insultaban.
"Esta tía tal". Ellas se compadecían de nosotros y nosotros de ellas
de no. Así era. Querían
que se volvieran a sus pueblos Claro,
que no fuéramos, como se sabía lo que pasaba, y claro, se sabía ¡como no se
iba a saber! Por
Sevilla, por la zona de Sevilla. Si
por Sevilla, por la zona de Andalucía, la parte de Sevilla para allá, pasado
Alcázar de San Juan. Llegan
a Cádiz y pasan en barco a Larache. ¿Cómo era Larache? Pues
Larache es una capital muy parecida a Segovia, da la casualidad que tiene una
calle muy estrecha que es la principal, que va a dar al puerto. No tiene más
que claro, en Larache hay puerto y en Segovia no hay puerto, pero muy parecida,
muy parecida, la capital. En las calles y en las viviendas muy parecidas. Ahora,
sí, tiene una plaza muy importante, unos bares muy lujosos, que son franceses
los que hay allí y tienen tiendas muy buenas, una plaza grandísima, Larache.
Pero de lo demás no, de religión, pues allí las iglesias no existen, allí no
oyes misa, si oyes misa, era misa de campaña. Allí no había iglesias, en
Larache no había ninguna. Están las capillas en los hospitales, lo demás
nada, allí no hay iglesias o no había entonces. ¿Y
adónde va vd. destinado ? Pues
voy destinado, por de pronto, al Campamento de Nador a Ametralladoras de Posición.
Ametralladoras de Posición. Estuve en Ametralladoras de Posición; pues unos
quince meses o dieciséis, y de esos, en Larache estuve, de los dieciséis meses
que estuve en Ametralladoras de Posición hasta los nueve meses no salí
destinado al campo, o sea no salí a hacer servicio en el campo, o sea, a las
posiciones, a donde te mandaban. Ibas adonde te destinaban. Que las llamaban
Ametralladoras de Posición, o sea que ibas pegado a otro cuerpo. Si en una
posición había treinta de Infantería y había Sanidad y había teléfono y
había panaderos, que son de este, de Intendencia, había también gente allí,
pero había dos ametralladoras, Artillería no había y allí me destinaron, la
primera vez a los nueve meses. Hasta los nueve meses nada. Estábamos encantados
en Larache.
¿
Era un cuerpo especial, este de Ametralladoras? Pues
sí era especial porque allí había una limpieza. Nos daban bien de comer. Estábamos
encantados. Nueve meses de ocio. Yo estuve con un teniente de asistente y, hasta
los nueve meses, y de ese tiempo, pues nada lo que tiene, que me pasó un caso
curioso cuando al teniente un día le dieron una habitación en un barracón, un
dormitorio, y ese dormitorio, llevaba una cama de malla, digo de alambre, un
somier, pero nada de madera, un catre de hierro y me dio una botella de
gasolina, fue un caso curioso, para que le quemara y claro como la habitación
estaba, no había muebles ni había nada pues dice: " Tú nada más que le
friegues y retires, si no lo echas todo, retira la botella y le prendes. Y
efectivamente, lo regué como me pareció, si me dio un litro, pues eche tres
cuartos de litro, deje un cuarto de litro aproximadamente, encendí la cerilla y
se prendió, pues muy bien, se ha quemado y ya digo: "pues yo esto lo voy a
gastar", y sería a la inflamación, la calor del encendido o la cerilla
que se quedó; en el cabo, me pongo otra vez a regar con lo que quedaba, con un
cuarto de litro que era muy poco. Chico, no hago más que echar así, viene el
fuego, se inflama la gasolina y se prende la botella y me se prenden las manos,
me había mojado las manos de gasolina. Claro, yo me asuste, tiré la botella,
la botella se prendió;, ardía lo que había y a mí no me pasó nada. Cogí
las manos, me las tape bien y no pasó nada. Pero yo pase miedo, dije: "Si
se me moja la ropa, pues se me prende la ropa y si se me prende la ropa, pues fíjate.
A ver cómo salgo yo de allí. No, no me pasó nada, no me mojé más que las
manos nada mas que un poco, y yo al verme las manos, pues claro me asuste, pero
no me pasó nada en las manos. ¿Guarda
vd. buen recuerdo de esos primeros nueve meses? Hombre
pues ese es el recuerdo, lo demás todo fue bueno los nueve meses. Luego ya al
salir al campo, cuando estuve ya…, no sé si cuatro meses, que fue cuando
fuimos a una posición; que había asaltado los harqueños, los amigos, que
dicen que eran amigos de España, los que protegían a los convoyes. Porque
cuando metían a los convoyes en la línea de posiciones pues había un convoy
que abastecía a lo mejor a cuatro, seis o siete posiciones. Había una línea
de posiciones, empezaban por la una hasta que terminaban, que era Gorra, la última
que había, que ya pegaba con los franceses y la de Saasa (sic)
que es donde estaba yo
estaba muy cerca, estaba el Lucus bien orilla. Y esa es la posición que los
harqueños, amigos, que eran de la Kábila de Saasa, la posición se llamaba
Saasa porque la Kábila era Saasa y esos harqueños amigos tenían confianza con
el teniente porque… y después de meter el convoy, porque esos acompañaban al
convoy los harqueños de cada kábila que encontraban, iban protegiendo al
convoy y cuando se retiraba el convoy, la fuerza, los militares que iban y los
que llevaba el abastecimiento se iban a la zona, a Larache o Alcazarquivir, a la
máxima, pero las harqueños ya se quedaban en su tierra, en lo suyo, en su
campo y entonces fue cuando fueron los harqueños esos, que eran de Saasa misma
y le conocían al teniente porque bajaba el teniente y le conocían pues fueron
allí a pedir agua, fíjate con qué fin irían y claro, pues el centinela les
dijo: "no, no pasad". "Decírselo al teniente y el teniente
dejarnos pasar". Llamó al cabo el centinela e insistieron, llamó al cabo
e insistieron: "Llamar al teniente y el teniente dejarnos pasar".
Bueno, pues claro, ya se lo tuvieron que decir al teniente y el teniente, el tío,
pues los dejó pasar.
Hombre
tenía confianza, se conoce que bajaba, le servia alguna chica en el poblado o
lo que fuera. Que le hubieran matado a él, ¡por Dios! Pero no, entraron a la
posición; y fíjate, a la hora del rancho, que había, pues había cuarenta
hombres formados en filas para coger el rancho que había que cogerle en una
perola (con tu plato ibas a la perola no es que te servían la comida en un salón,
en una sala de comidas, no; allí ibas a coger el rancho en una cacerola, en un
plato que ibas a la perola, en una perola grande); y estaban formados, pero
ellos los tíos como ya iban con la acción, si la perola estaba aquí, ellos se
pusieron allí, en la parte de atrás y claro se enfilaron, se hacían una fila
para ir a coger el rancho, claro habría bala que mataría a dos o tres juntos,
porque claro, allí a bocajarro, no dejaron ni uno. No quedó más que el
centinela, el que estaba de guardia, fuera de la posición y un sargento que se
estaba curando de purgaciones o no se qué, se libró; por eso y esos huyeron.
No quedaron más que dos, a todos les mataron. Esto,
a Vd. se lo contaron, claro Hombre a esa
posición es a la que fui yo después. A raíz de que la volvieron a ocupar, que
había que ocupar esa posición. Fue el primer servicio que fui allí, pero
claro con miedo. Nos atacaron, a los dos días o así aparecía un moro
malherido y no se por qué, pues al otro día ya lo dijo el teniente: "Esta
noche tenemos hule" Y efectivamente, por la noche, bombardeo allí.. Bueno,
pero no pasó tampoco nada. No tenían más armas que los fusiles, ni bombas de
mano ni nada. No paso nada. ¿Que
importancia cree vd. que tenía la posición en la que estaba? Pues
hombre importante porque era…, las líneas esas era la división de la zona,
del enemigo, lo que no eran adictos a España y los que eran adictos a España Lo
que tiene que por la noche, como no ves lo que hacen, pues se comunican los unos
con los otros, porque los moros son todos amigos, a pesar de que los unos estén
en la zona enemiga y los otros en la zona amiga, que dicen amiga, son todos
iguales, porque se llevaron todo lo que había en la posición; no fueron más
que con el fin de robar, porque allí cuando fueron a las posiciones se llevaron
todo, se llevaron las armas, se llevaron las ametralladoras, se llevaron los
fusiles, se llevaron todo ¿Y que culpa tenían los pobres soldados? Que si había
cuarenta…, morir por la falta del teniente, que si el teniente tenía amistad
con ellos, en la posición a respetarla, no tenía que el teniente darle
autoridad para meterse en la posición, los dejó y eso pasó. En
este primer destino que tuvo nos ha hablado de la figura del teniente, era una
persona muy particular, un hombre que les tratabas a vds. muy bien. Bien,
era muy bueno, ese hombre no daba más trabajo que llevar la carta a la novia,
que la tenía en Miraflores de la Sierra, llevarla, todos, todos los días
carta, el llevaba una y me traía otra y eso es lo que hacía, no hacía más,
era una bella persona, lo que creo es que no gozaba de salud el hombre, muy
bueno era. Después
estuvo vd. en un batallón de cazadores. Pues
luego de disolver la compañía esa, que estábamos allí mal enseñados porque
llevábamos una vida de limpieza y de todo, luego llegamos al batallón y allí
fue todo lo contrario. Muy mal de comer y mucha miseria y piojos; yo no conocía
a los piojos hasta que no llegué al Batallón. Y allí nos mandaron destacados
a un campamento que llamaban Teferlata (sic) y allí no había más que ratas, no he
visto campamento más sucio. Había por las noches, en cuanto llegaba el
anochecido, unas … de ratas, daba miedo el entrar por allí. En cuanto anochecía,
antes de que fuera de noche, ya estaban allí; y dieron una orden y por cada
rata que se mataba pues daba cincuenta céntimos y había algunos, yo no lo
hice, pero había algunos que se dedicaban…, había cueva como madrigueras que
eran de ratas, como allí era un campamento antiguo, muy viejo, allí había de
todo y había hecho un infecto… allí había ratas, de miedo. Las iban, había
quien cogía sesenta o setenta, las ataban en un alambre, las iban metiendo en
la cabeza un alambre y las llevaban a la Plana Mayor, que estaba de jefe el
campamento ese y los daban, si llevaban sesenta ratas, pues ya llevaban quince
pesetas, quince pesetas y al otro día otras tantas y de pronto tenían la
picardía de volverlas a llevar otra vez; pero ya la gente, todo se ve, si se
hace bien se ve y si se hace mal también se ve y ya vieron que las que habían
llevado hoy las llevaban mañana y entonces ¿que hacían? Las cortaban los
rabos y al cortarlas los rabos ya no podían, la que tenía cortado el rabo ya
no valía más que para una vez, pero había muchos que se dedicaban, pero muchísimos.
Y ahí estando en el campamento ese, que digo que lo pasábamos muy mal, yo allí
ya, solicite, me presente para cabo y allí pues claro, anda enseguida, me
aprobaron. Digo "¿A ver si cambiamos de vida? Pero ya estábamos muy
disgustados. Y más porque a los pocos días nos sacaron a castigar, a una
operación de castigo. Se metieron pues, si la línea de posiciones que era el
amigo y el enemigo, la línea de posiciones que eran para atrás eran amigos y
la otra era enemiga, si te metías allí ya te metías con peligro, y fue un
batallón, el Batallón nuestro de Cazadores y yo de la Compañía de
Ametralladoras. Lo que tiene que entonces yo no llevábamos, un Primera y yo
llevábamos el telémetro. ¿Sabes tú lo que es un telémetro? Un telescopio.
No llevábamos más, fíjate, un primera y yo para llevar el telémetro en un
mulo, que le llevábamos un ... que llevábamos como una horquilla y atrás y
alante, que aproximadamente tendrían dos metros el telémetro ese, era muy
grande; total que bueno, la zona de castigo, no nos dijeron dónde íbamos.
Pasamos la líneas de posiciones y ya estamos todos "¿Y estos tíos a dónde
nos llevaran? Pues tira para alante, tira para alante, nos metieron dentro de la
línea de enemiga, nos metieron seis kilómetros o siete. "Huy Dios mío,
aquí como nos va a ir". Bueno, pues llegamos a una loma y allí se emplazó
una batería de montaña, un capitán que debía de ser un poco loco, ¡la
cantidad de disparos que hizo! Y nosotros veíamos la Kábila donde la atacaba,
se conoce que esa Kábila había hecho algo no bueno y dijeron "vamos a
castigarla". Y efectivamente, estuvieron lo menos tres horas o cuatro horas
zumbándola, tirando Artillería, y venga, y venga y y venga, lo menos tres o
cuatro horas, la Artillería y nada, nosotros allí tumbados, las ametralladoras
había descargado a la altura de donde estaba la batería, ahora que la batería
estaba en un alto y nosotros estábamos más abajo, como protegiendo, que no las
emplazaron siquiera, nada más que las descargaron, pero nada, podían haberlas
emplazado en alguna dirección, pero nada. Avanzaron la Bandera del Tercio y un
Tabor de Regulares que eran moros, pero eran adictos a España y estaban
mandados por españoles, para proteger la Artillería; pero bueno, ya se
cansaron de tirar la Artillería y nada, allí nadie decía nada, ni contestaba
ni nada, pues tan tranquilo, nosotros pensábamos que ellos iban a aguantar,
pero no fue así . Nos habían mandado ya a comer a la gente que llevábamos el
bocadillo, una lata de sardinas, un panecillo y una cantimplora de agua, que no
llevábamos más, pero no habíamos terminado de comer cuando empezaron a silbar
las balas. ¡Dios! ya ves, estábamos allí en un descampado, campo abierto ¿que
hacemos aquí? Ya empezó a entrar el pánico, el oficial nuestro, el capitán,
que se llamaba Jaime de Zubías, un tío con una personalidad, un tío fanfarrón
que a este no le entran ni las balas, pero le entró un miedo que se quedaba más
blanco que una pared, y ¿que hacia? se sacaba una botellita de güisqui o de coñac
o lo que fuera, la metía dentro de la guerrera; echaba un trago y ya empezó a
animar a la gente "¡que no pasa nada! que venga!" ., y ya ordenaron
la retirada, pero a nosotros nos ordenaron primero que cargáramos las
ametralladoras y que se retiraran fueron las ametralladoras, claro con el fin de
emplazarlas en otro sitio para hacer la retirada, bueno en eso tuvimos suerte
porque ya casi se hizo de noche y ya empezó que si sí, que si no, porque
artilleros ya habían matado unos cuantos, los veías bajar, que los bajaban en
los mulos, los mismos mulos que tenía la Artillería de montaña que llevaba
mulos, que no iban como ahora que van en carros, entonces iban en mulos y ya
bajaban los tíos muertos boca abajo como los que los llevaban boca abajo,
tumbados y atados con una soga. Digo "pues estamos apañados y decías
"pues mientras se siente silbar vamos bien" pero que silbaban"
bumm, bumm", algunas veces les veías y aquí quedamos todos. Pues lo que
es el miedo, ya ordenan la retirada y casi se hace de noche y ya aquí nos
cercan cuando queramos recordar y estábamos en sitio enemigo, porque si hubiéramos
estado que nos hubiera defendido alguna posición, pero no nos defendía nadie,
y no se sentían mas que las pisadas. Si íbamos mil y pico que íbamos, los del
Batallón, los de Intendencia, los de la Artillería, que era aparte, la batería
de Artillería y Sanidad, claro, que en esos casos va de todo. No sentías ni lo
más mínimo, un silencio sepulcral, ¡Lo que es la guerra! Allí no oías
hablar a nadie, ni toser. Podías estar costipado, pero allí no tosía nadie;
hasta que llegamos a las línea de posiciones que ya es un frente que ya tenía
la fuerza nuestra, ya allí, ya, coño, todo el mundo se desahogaba, aquel que
se estaba ahogando y respira. ¡Que
mal lo pasamos! Y anda que una noche nos podíamos haber quedado allí, porque
si son un poco listos la vaguada que había, nos cercan, se corren por la
vaguada y nos cercan, nos hacen un corro y de allí no salimos ninguno; se
conoce que tuvieron miedo, no sé, no sé lo que sería, pero aquello… nos
salvamos por milagro. Eso me pasó en el Batallón ese.
Y
después del Batallón de cazadores ¿que otros destinos tuvo vd.? Bueno
pues luego del Batallón de cazadores fue que un Brigada mismo de la compañía
de Ametralladoras donde estaba me dijo que- a mi y a otro chico de Granada- que
habían pedido voluntarios para los Blindados, como comprendía que nosotros
donde habíamos estado, el trato que habíamos tenido, que había en el Batallón,
pues lo comprendía que era una probabilidad de pasar a los carros de combate o
sea a los blindados, no a los carros de combate, a los blindados que eran
blindados y entonces yo me acuerdo que le dije- como ya llevábamos una campaña
en la primera Compañía cuando estuve en Ametralladoras de Posición, estuve 16
meses, pues luego hacían ya veintitantos meses, veintidós meses lo meses- digo
"si ya dicen que nos van a licenciar, a los dos años", dice "no
hagas caso, y si te licencian lo mismo te licencian en los carros blindados que
aquí. Y de estar aquí a estar allí es un abismo" Pues claro se lo
agradezco, aquel hombre no se me olvidará en la vida porque ya cambiamos,
aquello no era la miseria, el peligro… y en los carros, pues salíamos un
servicio diario, pero ya salíamos en el tiempo de verano, que en el tiempo de
invierno no podías, los carros no aguantaban la carretera, y estabas el verano,
lo pasabas en el campamento y luego te bajabas a Larache y te agregaban al
Cuerpo de Ingenieros que allí es donde estaban los blindados, estábamos, ya
diferentes; pero había también en el transcurso que estábamos
allí en los blindado, todos los días tenías que salir a una distancia
de la posición de Tefe que era, el campamento que estábamos destinados era
Tefe y allí bajábamos para acá, en vez de ir para allá, ir al revés. Íbamos
para abajo para proteger la carretera, los convoyes, la carretera misma. Los
blindados salíamos a una distancia de seis kilómetros o siete del campamento todos los días, todos los días.
Desde por la mañana hasta que anochecía, por la misma carretera del Bosque
Sagrado, que era en una carretera que no había más que revueltas, que era un
bosque, que es un bosque, y allí íbamos el servicio todos los días. Que no
hacíamos caso, no nos pasó nunca nada, tuvimos suerte, en el sentido de que
nos hubieran atacado, a nosotros no, nunca; mas que un día tuvimos que ir de
protección, cuando robaron la ...o se salió una emboscada de moros y se
llevaron el armamento que habían recogido, habían dado una orden de recoger
todo el armamento de los rebeldes, de los moros, los traían en unos camiones,
atacaron los camiones y se llevaron el armamento y de esos cogieron a siete
moros de los que asaltaron el convoy, que llevaban fusiles, llevaban
ametralladoras de lo que habían recogido y eso… los bajaron luego a la Mehala
que eran moros, los bajaron a Larache,
claro, a la cárcel, a ver, los castigaban, echaban sangre por la cabeza, los
castigaban, los amarraron con las esposas y por la carretera abajo que nosotros
estábamos, daba pena verlos, porque echaban sangre por todos sitios. La Mehala
eran moros, los que les castigaban eran moros, no eran españoles, pero eran de
la Mehala que llamaban, un cuerpo especial, ese era un cuerpo especial; esos
estabas seguro que obraban en justicia y eso nos pasó en el Bosque Sagrado y es
lo único que vimos, lo demás y después el invierno que bajamos porque tuvimos
que bajar, ¿cuanto te parece que tardaríamos en 30 kilómetros;, no habría
mas de 30 kilómetros, acaso menos a Alcazarquivir que era lo máximo que teníamos
de donde estábamos destacados, de Tefe a Alcazarquivir habría unos 30 kilómetros.
¡Tardamos seis días seis días tardamos en bajar porque claro, entrado ya era
el invierno, el blindado era una mole de acero que pesaba, claro se hundía en
la carretera y estuvimos los seis días esos los pasamos muy mal, muy mal porque
no podíamos ni comer ni ....teníamos que coger cuando pasaba el convoy, el día
que pasaba, teníamos que pararle y coger latas de sardinas o coger pan, porque,
a ver, nosotros no teníamos nada y tenías que hacer noche donde te
pillaba, o sea, que se te hundía el blindado, empezaba a barrenar la carretera
y se le tragaba la tierra, no eran carreteras, eran caminos y claro, pues ¿qué
tenías que hacer?, pues claro con gatos, allí zaburnados, levantarle, teníamos
que llenar los huecos de piedras, le ponías mas alto que la carretera, más
alto que el camino, a lo mejor le metías todo esto de alto (señala un metro de
altura), pero con todo empezaban las ruedas a agarrotar otra vez, a echar los
cantos fuera, se hundía otra vez, allí lo pasamos muy mal, con unas barbas y
llenos de barro, mal de comer y una noche se nos presentan allí…, y menos mal
que el sargento tenía salero, un sargento gallego que era el que venía con los
blindados y teníamos una puerta rota del blindado, vamos las argollas estaban,
la una se había quitado y van y dicen que por favor que les dejemos entrar en
el blindado. Fíjate, dos tíos, dos moros. Pues al entrar, querían entrar fue
cuando le pegó un empujón y les pilló con la puerta, le pilló una puerta de
acero de esas, pues fíjate tu le medio rompió una pierna, bueno, pero allí se
quedó aullando, pero el sargento no dijo nada," que aúlle todo lo que
quiera, que se muera, pero cuidado con que abráis la puerta a ninguno", y
de estos aquí estamos, a ver, en pleno campo, pues en un blindado que no
funciona, sí, teníamos las armas, pero se te meten debajo, te ponen una bomba
o te ponen…, vete a saber entonces no tenían, pues de aquello salimos, en el ataque ese esa noche, el sargento tuvo
salero, le pegó un empujón y quería el, se agarraba, no sé si le pilló…,
yo creo que una pierna, y el tío unos alaridos, que llore todo lo que quiera,
que será verdad o será mentira, pero aquí no entra nadie. En
la unidad de blindados estuvo vd. hasta que acabó el tiempo de... Sí,
yo cumplí en los blindados, luego en el invierno estábamos en Ingenieros,
pertenecíamos a Ingenieros, agregados a Ingenieros pero siempre en
Ametralladoras, claro que en Ingenieros hacíamos servicio, pues yo…, me
tocaba hacer servicio, pues yo como era cabo tenía que hacer, porque claro
lidiabas allí con operarios, que en Ingenieros son todos operarios, todos
tienen destino o mecánicos o electricistas, gente de oficio, o sea que estaban
trabajando allí y claro nosotros teníamos que, yo tenía que… si me tocaba
el cuartel, éramos dos, pues unas veces lo hacía el uno y otras veces el otro,
levantar a los operarios, que fíjate no nos hacían caso eran civiles todos,
personal civil, pero nosotros teníamos que… si tocaba la hora de diana había
que levantarse para ir al trabajo y si ellos se levantaban era porque sabían
que tenían que ir al trabajo, pero porque les decíamos:"venga, hala,
arriba", no, no es como los militares, que decías "arriba" y si
no pues el cinto, allí solo decías: "levantaros que ya es hora"
"Bueno nos levantaremos cuando queramos" Nosotros a callar, estábamos
allí estábamos bien.
¿Cómo
era la vida de los soldados españoles, Victoriano? ¿que comida tenían?. Hombre,
pues la comida, relativamente, según los cuerpos, pues como he dicho antes, en
Ametralladoras de Posición muy bien, en el Batallón, cuando nos destinaron a
los Batallones, que deshicieron la Compañía muy mal de comer y cuando estábamos
luego ya en los Blindados que pertenecíamos a Ingenieros muy bien también, y
entonces comíamos nosotros por nuestra cuenta, comprábamos la caza, o sea que
los moros cazaban con lazo, como fuera, con trampas, y a los campamentos no podían
venderlo porque estaba prohibido, la caza está prohibida allí como aquí y en
su tiempo, pero ellos cazaban y como al campamento no podían ir, iban al
destacamento nuestro a donde hacíamos el servicio y allí, pues sabían que se
los compraban, nos lo llevaban, que no estaba permitido eso, pero que lo hacíamos El
rancho que les daban ¿en que consistía? Pues
garbanzos...y algo de carne, muy malo porque era ganado que no tenía sustancia
porque era un ganado muy malo, vacas que eran como ovejas, las tenían muy
flacas, algunas veces huevos, un huevo y qué... café, en los destacamentos muy
buen café, para hacer servicio de noche te daban una taza de café admirable,
pero a diario, de corriente muy mal, agua negra nada mas, no era café, de comer
en el Batallón muy mal, muy mal, muy mal. Luego ya en Ingenieros donde estábamos
muy bien, allí íbamos encantados, muy diferente. Esa
diferencia ¿a que cree vd. que se debía? Pues eso, el sueldo, le tiene, el
soldado le tiene lo mismo en Infantería que en Ametralladoras, que en Artillería
que en todos los sitios y en todos los cuerpos y ¿por que unos daban de comer y
otro...? pues se quedaran con ello, digo yo. Reclamaciones
¿ninguna? Reclamaciones
hicimos una vez en el Destacamento porque nos mataba de hambre y nosotros sabíamos
porque era un teniente, que seria listo, pero nosotros sabíamos lo que nos
costaba la comida y todo, lo que valían las patatas, lo que valía la
carne, lo que se comía y lo que se gastaba. Claro, veíamos que de lo poco que
teníamos de haber se quedaba con ello. Entonces, un día, los de Ametralladoras
fuimos, que estábamos agregados, que no éramos de Infantería, pertenecíamos
a Ametralladoras y estábamos con Infantería y el teniente era de Infantería,
claro, también; pero resulta que nosotros éramos agregados y nosotros éramos
los primeros que formábamos para coger rancho y ese día se lo dijimos a los
compañeros, vamos, a los compañeros que éramos todos iguales, allí en la
mili éramos todos, los de Infantería, los de Ametralladoras, los que fueran,
que Ametralladoras pertenecía a Infantería también y dijimos que no coger
rancho, que en las condiciones que estaba que nos mataba de hambre, que para
morirnos que haga lo que quiera y no comimos rancho. El teniente empezó a
gritar y a dar voces, que nos iban a mandar a Mahón, que nos iban a
fusilar." Pues que nos fusilen, ya nos da igual; nos van a matar de hambre,
pues lo que vd. quiera"; y" buff" unas voces, como loco. Nosotros
casi nos pesaba haberlo hecho, pero a los resultados… y nos resultó bien, nos
hizo comida buena, nos hizo un par de huevos con patatas fritas, joder, buen café,
una taza de café, allí salimos ganando;
pero eso que nos obligaba ya, no sé por qué hacia eso porque vamos, por lo
menos darlos para que se sostengan, no para que vivan bien, pero por lo menos
para que puedan vivir y eso nos pasó De
bebida ¿como andaban? De bebida muy mal, de agua muy mal también, de agua teníamos que limpiar los platos con el pan si sobraba algo de miga lo limpiabas un poco, grasa había poca, pero lo limpiábamos y en el campo, eso era en el Batallón, en el campo, pues con hierba, cogían yerbas por allí, o maleza, limpiabas el plato, porque allí el agua no podías para los platos no podías, tenías que limpiarlo como fuera pero no, que no había y malo, el agua muy malo en el campo, ahora, ya digo en la plaza bien, cuando estábamos en Larache, pues hombre, allí nos trataban bien. Yo me acuerdo, de primero ibas a la cocina, yo estaba de asistente y nunca llegaba a la hora del rancho porque no quería, porque yo soy partidario de comer poco pero bueno, como suele decirse, si claro, si yo engorde allí, si pesaba aquí, me acuerdo, antes de ir, 69 o los 70 no pasaba y allí llegue a pesar 76, o sea que de pronto muy bien, entonces engordé yo, de pronto divino; pero digo, cuando estaba de asistente pues en vez de ir a comer a la hora, pues luego me iba a la cocina y en la cocina, allí había de todo y en la cocina nada, todo el mundo, si estabas de asistente, estabas con el teniente, te daban unas buenas chuletas de carne o jamón, bueno allí de todo y comías de maravilla. Pero luego en el Batallón eso se acabó;; Y en Ingenieros, pues claro, el tiempo que estábamos en el campo comíamos por nuestra cuenta y comprábamos conejos y comprábamos perdices, que nos costaban a una peseta o a una cincuenta, cuando más el conejo y las perdices a peseta y a veces no llegaba a peseta siquiera y vendíamos muchas y las vendíamos a dos pesetas, cuando mucho te costaban a seis reales, si había pocos, si no lo general a peseta. Nosotros comíamos, a ver, llegábamos del Destacamento, hacías el servicio de día, llegabas al campamento, teníamos un barracón que era, me parece que éramos ocho, nueve, éramos de ametralladoras tres, dos sirvientes y un cabo, y de fusiles me parece que había cuatro, siete, el conductor y otro que le acompañaba y el sargento diez. Pues diez estábamos en el barracón, en un cacho que teníamos, allí hacíamos comida nosotros mismos, pues siempre había alguno que se le daba bien eso. Y
lo que compraban a los moros, abuelo, se lo cambiaban por otros productos o se
los pagaban con monedas? Bueno,
comprar a los moros no, comprar cosas, higos chumbos o cosas de estas, higos
chumbos, te pedían una peseta siempre, la manía que tenían era una peseta
española, y te decían "Te doy tantos higos chumbos por una peseta".
Le dabas doce perras gordas de diez céntimos, una veinte y decían que no, que
eso no, peseta solo, no tenías que darles si eran dos pesetas dos pesetas, un
duro, pero plata, nada, que les podías dar un montón de perras gordas no las
querían, no sé por qué, las guardarían, digo yo. El
agua tenían a veces que filtrarla, ¿verdad? ¿El agua?, ¡que va! en el campo no, lo filtrábamos
nosotros, pero muy escaso, con arena en un tonel o una cuba, como la queramos
llamar, la serrabas por medio y la metías un tubo en medio de la cuba, tal que
esta era la cuba (señala con las manos un cuba imaginaria), ponías un tubo de
latón en medio y le rodeabas de arena y echabas arena todo alrededor del tubo y
echabas el agua por el tubo y luego el agua iba saliendo por la arena filtrado y
ese era el filtro, que se quedaba la broza, la broza se quedaba en la arena y
esa arena luego había que lavarla No es un decir que era para todos los días,
cada ocho días esa arena, sacarlo, lavarlo y volver a poner la arena limpia,
ese era el filtro que había, allí no había mas agua que ese y cuando lo
llevabas a la posición, era agua turbia, lo que se llama turbia. ¿Que
enfermedades más frecuentes tenían allí? Hombre,
pues el paludismo, a mi el paludismo me empezó a entrar cuando el Destacamento
y fue por eso, por la mala comida. Se conoce que la naturaleza pues afloja y el
paludismo atacaba mucho, pero vamos yo al hospital no llegue a estar. Fue con el
paludismo, me daban fiebres, eso sí y después de venir, me dieron fiebres en
España, en la primavera tuve dos veranos o dos primaveras después, me parece
que vine ya al 28, me fui el 25, fue el 28 al empezar, la primavera del 28 ya me
dieron fiebres aquí y el veintinueve, me dieron fiebres de paludismo. Estaba en
pleno sol, en pleno verano y te quedabas helado, no se podía evitar. Les
darían quinina o algún otro medicamento ¿no? Si, eso nos
obligaban a tomarlo, es lo único que daban, quinina, pero, claro, la quinina
sería bueno para una cosa pero para otras no, digo yo. Sí, nos daban, sí, nos
hacían dos filas y pasaba el cabo o el que fuera y claro, tenías que estar de
cara, el uno con el otro. Hay quien se lo quedaba debajo de la lengua y luego lo
tiraba, pero claro, la mayor parte, te estaban observando a ver lo que hacías,
te obligaban.
¿De
la Península, les llegaba a vds. dinero? Pues
hombre, sí nos llegaba, pero recibíamos muy poco. Vamos, recibíamos muy
poco, lo que nos mandaban, no es que se quedaran, allí si era un giro, pero era
a lo mejor un giro de 5 ptas., eso si, y el correo también, estando en Larache
se recibía en el día, por la mañana salía la carta de Muñoveros y por la
tarde la tenías allí. Ahora en el campo, no, en el campo, lo mismo pasaban
ocho días, porque no iban a llevarte una carta o dos o diez, el correo porque
allí no se puede ir a no ser cuando iba el convoy, cuando iba un servicio
especial, pero ya entonces iba protegido, pero todos los días
nada, de eso nada. De
los soldados españoles que fueron compañeros suyos, ¿guarda vd. buen
recuerdo? Hombre,
sí, pues compañeros, los tenía de Ávila, de Segovia, de Burgos, de Palencia,
de Palencia había uno, pues muy bueno; vasco, era un primera, un vasco más
majo que las pesetas, que chico más simpático, era bajo, relativamente bajo,
pero tenía corpulencia, a mí siempre andaba con bromas, algunas veces me hacia
aullar. "hombre que no fastidies", me cogía con la mano del brazo, yo
no sé que tenía, como si fuera hierro, pero muy bueno era el vasco aquel, lo
mejor; sin embargo el de Segovia era un poco implao; ya ha muerto el
chico ese, era muy bueno, vino aquí, después de la mili, pero así un poco
orgulloso, como yo digo, se daba que tenía ."Bueno, si tienes, mejor"
pero no te des tanta importancia, hay que ser entre amigos, luego ese vino, no
cumplió; ese vino pronto, no se que, se libro, porque se murió su padre o no
se por que, que era de Navas de la Asunción, Se llamaba Antonio Gómez Palomo,
era muy echado para alante. El
tiempo libre ¿a que lo dedicaban? Pues
el tiempo libre, es lo que yo decía muchas veces, pero que hacemos nosotros aquí
tumbados, estamos arruinado a la nación, porque no hacíamos nada, si no teníamos
que hacer. El tiempo libre pues podían haber dicho "Vamos a enseñarles a
hacer algún oficio" o que aprendan algo, nada, allí tumbados. Si era en
el campo nada, si era en la plaza, pues tampoco. Nos sentábamos allí en la
playa, mirando los barcos que pasaban en la zona francesa, que los veíamos
todos, estábamos cerca, no hacíamos nada, eso es lo que a mi me traía, yo decía
"aquí treinta mulos gastando", teníamos treinta mulos en la Compañía
de Ametralladoras de Posición que no se usaban para nada. más que para dar
servicio, que teníamos que darles agua y darles de comer, pero no hacia
absolutamente nada los mulos, todos terminaban luego por morirse todos de
enfermedades, de enfermedad esa, seria como tuberculosis, pues lo llamaban el
muermo, una enfermedad que empezaban a echar mocos y a quedarse flacos, flacos,
flacos y se morían; pero nada que ni les curaban, en cuanto en la cuadra había
uno que echaba mocos, te decían: "sácale y átale ahí a las afueras, al
campo o sea al raso, no es que le metieras en una portada y allí, pues hasta
que se moría, si no se morías, le llevabas y le hacías una fosa, le metías
en la fosa, le pegabas un tiro y a enterrarle, o sea que eso es lo que hacíamos
de manera que yo decía muchas veces "Pero bueno, si estamos arruinando a
la nación, aquí no trabaja nada", porque el Cuerpo de Ingenieros, aquello
era personal civil, habría militares también digo yo, pero el obrero era civil
todo, eran paisanos, no eran militares. Entre
Vds. se ayudaban, entre los soldados? Hombre
eso sí a algunos que los hombres estaban, había muchos de esos, analfabetos
había muchos, De Segovia yo no llegué a ver ninguno, pero de la parte de
Galicia, y catalanes también los había muy cerrados y hasta madrileños,
madrileños había también alguno analfabeto y, bueno, de Andalucía, pues
también, claro esos pueblos que... Pues hombre, compañerismo entre los
soldados no, mas que tenías que si te quitaban una cosa pues callar, lo primero
que te decían, si lo han quitado coja vd, otra y calle, no diga nada nunca,
porque si lo dice vd. ya sabe que si la tiene es que la ha robado vd, también,
lo que tiene que hacer es callarse y tener cuidado de saber quien es el ladrón
y nada más, no creas que delatabas a nadie aunque lo supieras, podías decir:
"de ese hay sospechas" pero tu tenías cuidado de guardar lo tuyo y si
te lo quitaban a ti pues tu lo tenías que quitar al que fuera, al más amigo si
era preciso para que no faltara, pero no podías decir: "ese me lo ha
quitado". Eso es lo que te decían lo primero, cuidadito con que se delate
a nadie. Noticias
buenas como el desembarco en Alhucemas o cuando Abd el Krim se entregó; en Mayo
del 26 o la toma de Xauen, eso ¿ les elevaba a vds. la moral? Hombre,
pues cuando la toma de Alhucemas estaba yo ya en los blindados por casualidad,
me libre por casualidad porque si no había ido, porque el Batallón nuestro fue
a Alhucemas, y fue a pie, que no puedas creer que fue en camión ¿Que habrá de
Alhucemas a Larache,? pues que se yo la distancia que habrá, si habrá, más de
200 kms., por los mapas casi puedes ver donde esta Alhucemas a donde está
Larache, pues esos fueron a pie, lo llevaron, cuando volvieron no los conocías
a nadie, pobres, deshechos. En cuanto que nos habíamos pasado nosotros a los blindados, que eso creo que fue en el año 26 El
desembarco el 25, el 5 de Septiembre. Estás
seguro tú. Eso sí porque al unirse Francia con España era un paso fuerte para
acabar con ellos. Porque Abd el krim era un guerrero de aquí te espero. Hacía
cada degollina por ahí, prueba de ello que en 24 horas que bloqueaba todo el
territorio, el español lo bloqueó en 24 horas, cuando lo del Bosque Sagrado y
toda esa parte. Cuando el desastre de Annual pues otra cosa parecida, en 24
horas lo tomaron todo y cuando Francia igual, tomaron todos los campos de aviación
franceses en 24 horas, o sea que esos el día que daban el golpe era total, eran
terribles, pero claro es que vives con ellos y cuando llegaba una cosa de esas
eran todos hermanos, eran todos iguales y se unían todos, por eso yo decía: la
guerra mientras no estemos separados los unos de los otros aquí estamos
acabados", porque tenías el peligro de que tenías el enemigo detrás de
ti. O
sea que las convivencia con los moros no era buena. No,
no, yo nunca, lo tenía un odio, además abusaban, había pobres chicos que eran
homosexuales, la mayor… muchos moros son homosexuales y si los cogian, en
Larache mismo, los cogían por allí en el campo donde... y abusaban de ellos,
eran terribles los moros, yo no... Con
los moros amigos se llevaban bien? Si
moros amigos había muy pocos, yo para mí no tuvimos más que uno en el
Destacamento, cuando estábamos en los blindados, un chaval de unos 18 años,
era muy majo, que alternábamos bien con el y comía con nosotros muchos días y
el sargento le enseñó a comer porque el comía con la mano, el cogía le dabas
la comida y el decía "que no, tienes que coger la cuchara, y eso le
costaba un trabajo, pero por fin lo consiguió. Era muy majo, muy amigo, pero
tuvimos la mala suerte, el sargento era un enreda, era gallego y siempre estaba
liado, como sabes los moros tienen prohibido comer cerdo y un día, pues fue en
la fiesta de la Virgen del Pilar, y allí era fiesta como aquí, que era fiesta
oficial o fiesta nacional y nosotros habíamos matado ese día a una chivita,
una cabrita de leche, para comer ese día
allí, claro en el campo a donde estábamos
con el blindado y el chaval ese, pues estuvo comiendo con nosotros y
claro, comió cabra como nosotros, pues el sargento, como era un enreda, después
de comer le dijo que había comido galufa, !la que preparó! Se puso nervioso y
hasta que no devolvió toda la comida no paró, pues no volvió por allí, Fíjate
el efecto que le hizo al chico que no le volvimos a ver. Yo decía al
sargento" algún día nos la van a preparar, alguna vez cuando vayamos a
coger el blindado, se han subido en él y nosotros nos quedamos en tierra,
cuatro tíos quedamos, y el blindado se lo llevan ellos. ¿Que
armamento tenían los moros?. Pues
no tenían. Eso, la flecha, el mosquetón, el fusil, lo demás no tenían Durante
la mili ¿de cuantos permisos dispuso? Ninguno,
ni un permiso siquiera, allí aguantando. O
sea que cuando vuelve a España ha estado allí 34 meses.. 34
meses he estado en África en la zona esa, no cogían permiso, si además casi
no te interesaba, porque había alguno que solicitaba un permiso se lo concedían
y a lo mejor llegaba a Sevilla, o llegaba a Alcázar de San Juan o llegaba a
Madrid e iba la guardia civil: "Venga, tiene vd. que volver para atrás
otra vez". Había escaramuzas, había cosas, y los permisos en los viales
no valían, lo mismo te daban el permiso que te lo quitaban, ahora no siendo por
enfermo, por enfermo sí. Si te daban un permiso entonces sí, te daban dos
meses de permiso y ese, ya podía pasar lo que pasara que ese no, no te
llamaban, cumplías el permiso, pero si no, no.. Y había veces que eso, yo podía
haberlo conseguido, porque había un tal... de Turégano, que era Teniente
coronel o no, no sé lo que era, que era médico, un tal Canto, Miguel Canto, me
parece que se llamaba, y
ése a muchos de Segovia les mandaba con permiso, o sea
que se iban al hospital y fijo, fijo, como entraran en el hospital, porque era el
jefe de Larache, me parece que era coronel y además médico, pues claro lo que
el, de la cosa de sanidad de los enfermos y seguro, seguro que le mandaba con
permiso. Dos meses fijo, y yo pude conseguirlo porque mi padre me decía "
¿Por qué no estás con don Miguel?, pero claro, pasan cosas que las cuentas y
cómo pueden ser, pues fue así, el último día que yo pude hablar con él, no
quise, no quise porque dijo que estaba en la cama, que entrara, dije yo
"pues ya vendré otro día", estaba soltero o sea tenía una sirvienta
y al yo decirle por lo que era,"que pase" dijo que esta en la cama
pero que pase. Dije: si esta en la cama ya vendré otro día "Bueno, bueno,
entonces si no quiere vd.", Pues con la mala suerte que voy a la Compañía
y me dicen:"pues mañana tienes que ir al Destacamento, porque si yo aquel
día estoy con él, y hablo con él, pues ya tengo ya relaciones, ya me veo,
inclusive yo le escribo cuatro letras de si me han destinado aquí, porque al
darme fiebres en el destacamento podía haber bajado al hospital, pero en fin
que no, no lo hice, que estuve con el, no estuve con el, .que pude estar con el
y no estuve, así fue la cosa y luego por la noche al ir a la Compañía, esto al
mediodía fue, me dicen en la Compañía, en la cocina que fui tarde: "Pues
mañana te ha tocado, tienes que ir al Destacamento, a la posición esa que han
tomado los moros esos, eso que dije antes. Y
de la colaboración con los franceses, abuelo, ¿que recuerda ? Pues
que operaban las fuerzas, de Larache, las fuerzas que había en Larache en
combinación con los franceses y operábamos juntos; operábamos juntos y prueba
de ello, una posición que tomaron, que estaba a
la vista nuestra, vamos a suponer
que de aquí al monte del Guijar, (se refiere a un monte cercano a unos tres kilómetros
de distancia del pueblo en que reside Victoriano) pues los primeros que tomaron
la montaña esa que era francesa, que estaba en la zona francesa, fue la
Caballería de Tardi, la Caballería española, los primeros que entraron en la
cabeza de esa posición, que luego por la noche tuvieron un ataque violento que,
bueno, bueno, aquello daba pena verlos de noche. Los reflectores, tu sabes lo
iluminado que lo…, pues claro, lo tomaron, vamos a suponer al mediodía y
claro del mediodía a la noche ¿poco parapeto se podía hacer?.¿verdad?.
Cogieron unos pocos sacos, una fila de sacos para hacer un campo grande que hacían,
pues apenas… entonces atacaron esa noche como leones los moros, daban los
reflectores y los veías que se tiraban al suelo porque estaban encima de ellos,
lo que llama encima de todos los que habían tomado la posición, había
franceses, había españoles, estaban todos unidos y los resplandores de los
reflectores pues es que son de una claridad tan fuerte que se los veía a los
moros avanzar, metidos en alambradas, no en alambradas porque no las habían
hecho todavía, podría haber pasado como en el avance ese, en la operación de
castigo, que nos podrían haber cogido a todos, pues allí estaban también en
peligro, ahora ya luego la segunda noche, ya no, porque la segunda noche ya habían
levantado el parapeto un metro y habían puesto alambradas, ya no podían. A
los moros vencidos que trato se les daba? Muy
mal, muy mal, los trataban muy mal. Las cárceles eran horrorosas, la cárcel
mora, pues eso era mejor darlos un tiro y mandarlos a ...allá, no se podía
vivir, no había, ni luz, ni nada, agua en el piso es lo que se veía y el que
salía de allí, el que salía cuatro días,
pues estaba, que no tenía sangre en las venas, estaban descoloridos como cadáveres
y el que sacaban de allí no volvía, no se adonde le llevarían, la cárcel
mora muy mal, los trataban muy mal . O
sea que había desaparecidos. Desaparecidos,
pues claro que había desaparecidos, los mataban y, por la noche o cuando fuera
y no volvían allí, las sacaban y las llenaban otra vez, no se donde los llevarían
no sé, a su casa no, yo creo que a su casa no los llevaban . Vd.
vio, estuvo en las cárceles. Yo
estaba de servicio muchas veces, si yo he estado de servicio en las cárceles,
pues cuando te tocaba, si te tocaba tenías que hacer y en las terrazas, que había
una terraza, sacarlos, los sacaba que les diera un poco el aire, que te daba
pena verlos y ello siempre tenían la idea de que les dieras un cigarro, de que
les dieras algo; no eso no aguantaba. Digo: "-no, paisa, tu atrás, quieto,
no tener tabaco ni tener lumbre, no tener nada", por si acaso, porque había
algunas veces que se tiraban los tíos por la terraza, una terraza que era baja,
era de unos dos metros, pues te tirabas muy fácilmente; tenías que estar el
tiempo y si estabas allí una hora estabas allí con el ojo bien abierto, y no
me extraña porque los hombres trataban de salvarse si podían, tiraban, se
escapaban y algunos se escapaban, pero luego la responsabilidad era de los
centinelas, del guardián. En
las acciones de guerra colaboró
la aviación, ¿ recuerda algo de ello? Hombre
pues la aviación, claro, pues cuando esto de que cuento yo, que he contado de
la acción de castigo, allí no hubo aviación; no hubo más que la Artillería,
pero yo en Artillería la he visto con la aviación pues cuando operaron los
franceses con los españoles por la zona esa, entonces sí. Por cierto que
quemaron unos campos que había De… tenían cosechas, allí una explanada en
la zona francesa de trigo y de cebada, tenía un campo allí, bueno, y todo lo
quemaron, la aviación, tiraban bombas incendiarias y cuando toda la Caballería
mató a chicos españoles de Caballería la aviación también, porque fue
imprudencia de los de Caballería, los de Tardí
(sic), que se llamaba Tardí la
Caballería esa. En vez de coger la.., si dijeron hay que acampar en esta mesa
(señala la mesa en que reposaba las manos) verdad? pues ellos se fueron un kilómetro
más alante, se metieron en el campo enemigo, como veían que huían, se iban
detrás de ellos y la aviación, pues sin apreciar quien podía ser, pues como
veían que donde tenían que asentar la posición; la tenían cubierta y los que
había fuera los castigaba la aviación claro y mató a varios de Caballería la
aviación, pero fue eso, no por mala fe, fue por imprudencia de adelantarse,
porque a lo mejor ya cuando ves el terreno a favor dices "ahora corro mas
que tu" y se metieron en campo que no tenían que haber llegado, eso es lo
que pasó;, la aviación es cuando la he visto yo más de cerca.
¿Por
que cree vd. que España estaba en Marruecos en aquella época? Pues
con el fin de colonizar, pero yo no sé qué ambientes porque allá se gastaba
muchísimo dinero, eso es lo que yo digo, allí había que llevar, llevaban
harina, llevaban carne, llevaban - bueno de comestibles de todo -no siendo
tomates ni patatas, ni judías, eso que entraba de la zona francesa, pero allá,
en el Protectorado español, no había nada de nada, no había producción de
nada, bueno sí, Alcazarquivir tenía un campo allí que había gente europea,
que yo no creo que eran españo, eran de Europa algunos, no eran solo españoles
y allí si que producía. Allí si que producía pero lo demás no, allí no. en
Marruecos español no había nada. Todo venía de España y por eso yo decía,
allí se hicieron pistas, se hicieron carreteras, se gastaron muchos millones,
se hicieron… una pista desde Alcazarquivir a Larache que hay treinta y tantos
kilómetros, bueno yo no he visto carreteras aquí como aquellas, unas pistas
que tendrían un tomo de firme de más de medio metro de piedra y hormigón de
todo, luego encima una carretera por cada lado, o sea primero la pista que cabían
cuatro coches o cinco a una vez, muy ancha, luego una carretera por la derecha y
otra por la izquierda y una llanura, que es todo llano, desde Larache a
Alcazarquivir todo como la palma la mano, no hay un desnivel de nada, ahí se
gastaron muchos
millones . Cree
vd, que fue una ruina aquello, A
mi juicio, allí se ha quedado, no sé que han traído de allí, que es lo que
yo digo, yo no sé de África que es lo que han traído, yo no sé que hayan traído
nada, tienes lo único lo del Sahara que tiene las minas esas de sulfatos o de
superfosfatos, eso lo único. Ahí sí mira, pero aquí en la zona esta de
Marruecos español, sino hay más que sierras, que yo no sé por la parte de
Melilla que no conozco, pero por la zona de Larache no hay nada, no hay más que
sierra; yo no sé por la parte de Melilla, pero por la zona de Larache no hay
nada, el Bosque Sagrado. Y
vd. vuelve a la Península, a Segovia, en el año 29 ¿le han servido de algo,
los años que ha pasado en África? Pues
no, no me han servido de nada, tenía una hoja de servicios buena, me creía yo
que era buena, que podía solicitar lo que quisiera, yo quería un destino para
colocarme, porque en casa éramos muchos y mi hoja de servicios, que tenía casi
seis años, cinco y ocho meses, doblaban todo el tiempo, pues una hoja de
servicio admirable, pues no conseguí nada. Solicitaba y no conseguía nada, por
eso digo que me alegra el haberlo visto pero agradecido nada, del estado español
porque a mi no me han beneficiado en nada. He estado allí, me he jugado la vida
allí y luego he solicitado una cosa y no me han dado nada, no he conseguido
nada, eso es lo que puedo decir. Lo único que me han dado es que al otro día,
después de la campaña de África, sin volver a casa desde que me marché,
fuimos a coger cuatro peces en el río, a pasar un día a en el río, nos dio la
gana meternos en el río a coger cuatro peces y se presentó la Guardia civil
descalzos para cogernos, de mala fe, porque ¿qué hacíamos nosotros porque
cogiéramos…, vamos a ver, habíamos cogido cuatro peces,? no llegaba al
cuarto de kilo, ¿que daño habíamos hecho? Y como si fuéramos unos
criminales. A mi el sargento que ..._no se si iba un primera y un sargento, no
me acuerdo- lo que si que recuerdo es que me senté muy mal, me dijeron que tenía
que subir y dije "subiré cuando pueda y como pueda, no porque vd. me
diga" le conteste de esa forma; pero indignado y amargado porque decías
"hombre que has estado jugándote la vida en África, tres años y que
ahora vengas aquí, a disfrutar un día en el río y que te coja la guardia
civil, yo no, no me explico, ese es el beneficio que me he llevado yo de las
autoridades españolas. |