Muy
poco tenía que ver la pretensión española de hermanamiento de pueblos con
base cultural común, con el sentido
dominador de rebaños humanos que proyectaba la ideología
nazi. |
Alemania, Italia, arranque de puntos opuestos en su
construcción nacional mediante estados totalitarios. Desde la perspectiva
de José Antonio Primo de Rivera la primera era una superdemocracia, de
diseño horizontalista y con el sustento de la raza y de la voluntad.
Italia, en cambio, era el
verticalismo dirigido "por un genio de mente clásica que quiere configurar un
pueblo desde arriba". Más deslumbraba al fundador de la
Falange el segundo que el primero de quien las menciones son escasas.
El período de la Falange histórica antes del comienzo de
la contienda apenas si se observan relaciones entre el grupo
español y el partido nazi. Lo único reseñable es la admiración
que suponía para la Falange el hecho de la resurrección alemana y su
ubicación distinta al imperante marco liberal, así como su anticomunismo
militante. Se conoce una
visita de José Antonio a Alemania acompañado de Eugenio Montes, poco más
que un recorrido turístico de escasísima huella en Primo de Rivera, a lo
que no puede ser ajena la dificultad de compaginar la cosmovisión hispánica
con el fenómeno alemán. En el campo de la teoría política poco, muy
poco, tenía que ver la expansión imperial proclamada por España, un
hermanamiento de pueblos con una base cultural común con el sentido
dominador de rebaños humanos que proyectaba la ideología del
nacionalsocialismo. Y esto, aun a sabiendas que posteriores revisionistas
del campo de la Falange pudieron crear lazos de connivencia que iban más
allá de la afinidad. La sustancia última del NSDAP venía constituida
por la raza, es decir, por el sentido racial de superioridad frente a
otras etnias, fenómeno perfectamente conocido por la Falange y desvelado
en el periódico FE. Nada que
ver con la sustancia última del pensamiento falangista, con el
catolicismo de base, al fin y al cabo una religión de esclavos. Y,
sin embargo, el rastro observable de alguna admiración falangista hacia
el fenómeno nazi está ahí, incluso en algunas parcelas se podría
hablar de seguimiento, de mimetismo conductual ¿Cuáles pudieron ser
las claves para ello? Pienso que fundamentalmente tres:
1.-La
identidad de los contrarios, o sea, la reacción
contra un sistema que por entonces se arrojaba caduco, el liberalismo político,
y el valladar que se establecía contra la invasión del comunismo,
establecido ya en la URSS, y potencialmente pujante; versión en el
XX de una nueva invasión bárbara destructora de Occidente. Gozaba
de precaria salud el viejo liberalismo cuya nota más distintiva por aquel
entonces era un exceso pluripartidista que José Antonio Primo de Rivera
entendía corrosiva para los intereses nacionales.
2.-La
referencia a los valores nacionales de forma dinámica,
con la consiguiente exaltación de los mismos. Y curiosamente aquí, la
admiración se realiza por el efecto de la apariencia ya que el contenido
"nacional" del nacionalsocialismo era ajeno al contenido
nacional de la Falange.
3.-La
atracción magnética ejercida hacia la práctica totalidad de un pueblo, por una idea, un partido y un caudillo. Sin duda tan
deseada por la Falange como distante de la realidad vivida en España,
parca en medios, en recursos humanos y en apoyos.
En los comienzos de 1934 Hitler no resultaba para Europa
el monstruo posterior en que se (le) convertiría. La resurrección de
Alemania podía resultar preocupante pero no había llegado el tiempo del
paroxismo racial ni de la recuperación del espacio vital. A distancia,
José Antonio manifestaba una admiración condicionada por el canciller
alemán que no era "mi
jefe político directo" tal y como respondía con ironía el
jefe falangista en el Parlamento el 20 de Febrero de 1934.
Por su parte, Ramiro Ledesma Ramos expresaba con
rotundidad cuáles eran sus referentes: "En
nuestra misma época, es decir, en nuestros mismos días, las revoluciones
nacionales se desarrollan también con éxito pasmoso. Véanse
estos nombres que las representan: Mussolini, Kemal, Hitler y- ¿por
qué no?- Stalin.
Quien quiera enterarse de manera rápida de la
electrizante llamada que imprimió Hitler al pueblo alemán debe remitirse
a dos documentos cinematográficos: El
triunfo de la voluntad de Leni Reifenstahl
documental de contenido propagandístico de inapreciable valor y la
espectacular escena del film Cabaret
de Bob Fosse en donde un grupo de las juventudes hitlerianas que
recauda fondos en un merendero arrastra con sus cánticos de devoción a
lo telúrico -cántico inventado por Fosse- a todos, o a casi todos,
los presentes.
Y fue el conflicto bélico, primero la guerra en España,
más adelante Possad, Leningrado… quien fraguaría los lazos de unión,
incluso forzando interpretaciones, "nazificando" la Falange o
aquello en lo que se iba convirtiendo la Falange y tal comportamiento se
forjó, quizás porque las circunstancias así lo mandaron, que tras nueve
años de guerra se transcurrió por la amistad, el sacrificio y al final
la nada.
Comenzada la guerra de España, Hitler da órdenes el 24
de Agosto de 1936 para el mayor apoyo posible a los rebeldes. Unos días
después llega a España el
Teniente Coronel Walter Warliment como coordinador de la ayuda militar.
Precisamente este militar recomendará al escuadrón ligero de la flota
alemana el apoyo para los intentos de liberación de José Antonio Primo
de Rivera detenido en la cárcel de Alicante. A este personaje habría que
añadir otra figura clave de nacionalidad alemana, la de Von Knobloch. Y
presentado el intento de auxilio, también debe decirse que no fue
considerado por Alemania asunto prioritario, muy posiblemente por el
precario conocimiento que la figura de Primo de Rivera tenía para los
alemanes. A tales conclusiones, por lo menos, llegaba en su día Angel Viñas,
después de indagar en los archivos de la Wilhelmstrasse y que provocó,
una vez hecha su publicación, una reacción de contrariedad por parte de
sectores falangistas en 1976, influidos más por la sensacionalista
portada de Historia 16 que por
el propio contenido de la
publicación.
Concretando la ayuda específica que la Falange Española
recibía por parte de Alemania se debe citar el destino de instructores
alemanes a las academias militares falangistas de Sevilla y de Salamanca.
La petición de los mismos la realizó Manuel Hedilla Larrey al embajador
Von Faupel "…pero
recalqué -dice Hedilla en sus Memorias- que no aceptaríamos intromisiones
políticas nacional-socialistas".
Mención aparte en la urdimbre de lazos que se iban
produciendo merece el
emparentamiento surrealista intentado por Ernesto Giménez Caballero, de
casar a Pilar Primo de Rivera con el caudillo alemán. Cóctel explosivo
que no llegó a realizarse según el creador de la Gaceta Literaria por un
problema gonádico del Führer
La fundación
de la Falange en Alemania se realizó en Septiembre de 1936. Frente a la
ausencia casi total de relaciones entre la Falange
y Alemania antes de la
guerra, estas se intensifican a partir del 18 de Julio. El primer Jefe de
la Falange alemana fue el comerciante establecido en Berlín Rogelio García
Castell, natural de
Carcagente y que murió en
accidente aéreo en Los Alpes, el 3 de Diciembre de 1936
al regresar de Salamanca a Berlín y comenzando una fatal
predisposición de responsables falangistas en el país europeo por las
muertes accidentales.
Otro de los primeros falangistas allí establecidos
era el antiguo Secretario Local de la Falange Española en Alcalá
de Henares, Juan Neufeld, quien marchó a Alemania por razones de estudio
y constituyó Falanges en la zona sur de aquel país, convirtiéndose en
Jefe Delegado de la FET para el Sur de Alemania, Hessen, Renania y Westfalia.
La ayuda material que enviaba Alemania a la España
rebelde y la admiración despertada entre muchos falangistas por aquel
modelo, se plasmaba en el agradecimiento que enviaba Manuel Hedilla en las
Navidades del 36 al pueblo
alemán a través del órgano nazi Völkicher
Beobachter y que finalizaba con un "Heil
Hitler, Arriba España". Idénticas
maneras a como Pilar Primo de Rivera agradecería unos meses después
al Führer la concesión de la Cruz Roja alemana.
Pero más allá de condecoraciones y agasajos y por su
validez como instrumento, estuvo el campo de la propaganda.
El dominio de calidades técnicas en la elaboración cinematográfica,
de imposible disposición en la España rebelde, hizo necesario acudir a
Alemania en busca de tan preciado material. En Febrero de 1937 se
realizaron proyectos de convenio cinematográfico por medio de la
productora Hispano films, en donde Florián Rey era uno de sus directivos.
En la idea de propagar
la españolidad del nuevo Estado con la Falange como motor ideológico,
colaboraban destacados artistas y productores españoles. El ya citado
Florián Rey e Imperio Argentina eran recibidos en Mayo del 37 por
Goebbels y por Hitler
manteniendo conversaciones con el Führer en "términos
tan cordiales, que el intérprete del ministerio
que les acompañaba no salía de su admiración"
tal y como se comunicaba a la central falangista de Exterior desde
Alemania. Es este el viaje que motivó el argumento de la película La
niña de mis ojos con versión libre y apañada al consumo propio y
adecuado de finales de los noventa. 1937
vio también como en Berlín
se montaba el mejor documental bélico a favor de los rebeldes: España
heroica de Joaquín Reig. Al año siguiente la casa alemana Tobis
aparecía ya encargada de la distribución de películas de la Falange y
del Estado franquista y era también
quien realizaba las copias de los films de propaganda.
Cuando
Berlín era Hollywood |
Berlín
sirvió de plataforma para producir cine español
como bien ha estudiado nuestro colaborador José Lorenzo García, y
el apoyo de Cifesa fue decisivo
para la incipiente producción cinematográfica del bando nacional y más
aún el que el ala más germanófila de la Falange, encabezada por
Dionisio Ridruejo se hiciera con los resortes de la Jefatura de
Propaganda, organismo que desde el 38 comienza a elaborar el NODO, remedo
de los noticiarios nazis.
En tareas de abastecimiento colaboraban los falangistas
establecidos en Alemania el grupo de Hamburgo,
con Enrique Pérez al frente, enviaba en agosto de 1937 un equipo
de rayos X al hospital militar de Talavera de la Reina. También, durante
ese año la Delegación de Administración de la FET había realizado
compras de ropa en aquel país.
La confraternización entre los partidos alemán y español
sufrían un proceso de intensificación. Si en Agosto de 1937 un
grupo de treinta y tres cadetes de la Falange unificada de distintas
provincias españolas y una falange de flechas de Valladolid con el jefe
de las OOJJ de Badajoz, Teniente Ramallo, partían en el Cabo
Norte rumbo a Hamburgo; en el mes de Octubre era
la Sección Femenina quien
viajaba a Sttugart. La estancia campamental en el castillo de Heiligenberg,
la narraban las mujeres españolas con el mayor de los elogios
en artículos periodísticos donde se arropaba la visita con un
lirismo paisajista e idealizado. En Noviembre, responsables de la rama
falangista femenina eran recibidas por el Jefe Nacional de las Juventudes
del Reich Baldur Von Schirach. Precisamente este pródigo mes de
encuentros presenciaba el primer contacto oficial entre la Falange de
Alemania y las Juventudes
hitlerianas. Con aquel motivo se ofrecía un regalo al
Reichsjugendführer. En devolución de visitas ese mismo mes un
grupo de las Juventudes
Hitlerianas visitaban Zaragoza y Salamanca. Viajes continuados por otros
con delegaciones de la Sección Femenina, intercambios culturales o folclóricos,
campamentos de las juventudes del Partido único español,
representaciones sindicales o personalidades del Partido. Hubo contactos
entre el aparato de la FET con Alemania y con el partido nazi. Se dieron
relaciones entre elementos de la disidencia falangista y organizaciones y
dirigentes nazis y por lo que aquí nos interesa, hubo relaciones entre el
Servicio Exterior de la FET y miembros del Partido Nacionalsocialista.
Entre las idas y venidas de representantes del régimen y miembros de la
FET con Alemania, destaca la que realizaron en Noviembre de 1938 el
Vicesecretario General, J. Manuel Fanjul y el Secretario Nacional
del Servicio Exterior, Joaquín Rodríguez de Cortázar, para acudir
al Congreso del Partido Nazi en Nüremberg. Pocos días antes, Rodríguez
de Gortázar había girado viaje de inspección para reorganizar la
Falange alemana. A resultas de aquello se modificaba la organización
y quedaba una Jefatura Provincial en Berlín, una local en
Hamburgo; una comarcal en Ulm-Munich con locales en Ulm y Munich, Aquisgrán
Colonia, Wiesbaden, Frankfurt, Mannheim, Stuttgart y Nüremberg; una
Jefatura Autónoma en Viena y una representación falangista en la
Alemania de los Sudetes pendiente de organización en función de la
delimitación espacial y administrativa de esos territorios de reciente
anexión por el Reich.
Bajo la dependencia de
la Jefatura Provincial de Alemania funcionaría una Delegación de
la FET para Bohemia y Moravia. La inexistencia de colonia española en
aquel territorio imposibilitaría la creación de un núcleo de la Falange
Exterior. La labor de esta Delegación se restringió en 1940 a labores de
propaganda cultural. Esta tarea debió encontrar un eco favorable en la
sociedad checa si tenemos en cuenta las representaciones teatrales que se
realizaron de obras del Siglo de Oro español o la difusión editorial
española, lo que inducía al Delegado en Bohemia a hablar de
"Hispanofilia" de los teatros de Praga. Se realizaron también
charlas desde la estación de radio de Praga sobre señaladas fechas muy
acordes con el espíritu del nuevo Estado español ("Significación
del Día de la Raza") o sobre contactos históricos
entre España y Checoslovaquia ("Los
monjes de Montserrat en Bohemia").
Al finalizar
ese año la Falange alemana con la ayuda del NSDP
organizaba en Berlín una exposición sobre La Nueva España y
acabada la guerra, el escaparate de asuntos españoles continuaría con la
proyección de películas y documentales, recibidas con enorme éxito en
Alemania. La solidaridad con España
estaba también presente en Viena,
donde la editorial Verlag Karl Kühne y el autor del libro Soist
Spanien, Dr. Dominik Jospe Wölfel, ofrecían el donativo de un marco
por cada ejemplar de su libro que se vendiera.
Una
colonia política exigua |
A pesar de
todo, la escasez de la colonia española en aquel país limitaba las
dimensiones de la sucursal falangista alemana. A fines de 1938 el número
de militantes era de sesenta y uno, de los cuales veintisiete se
concentraban en Berlín y el resto en distintas localidades de Alemania.
Por aquellas fechas el Delegado falangista en el Oeste y Sur de Alemania,
J. Neufeld, pedía al Departamento falangista de Intercambio el suministro
de material gráfico al tiempo que mostraba su alegría por el apoyo y la
amistad alemana. Un boletín con el nombre de Nationalsyndikalismus
se publicaba por la central del Servicio Exterior con destino a lectores
de aquella lengua.
Cinco meses después de acabada la guerra de España, el
ejército alemán se internaba en Polonia. La Falange tenía contraída
una deuda con Alemania, sin
embargo el agradecimiento y la admiración contaba con ciertas
precauciones a la hora de realizar una baza terminante en orden a una
mayor implicación en el
conflicto europeo. Posiblemente se seguía una línea, clara en las
intenciones pero difusa en la concreción de los acuerdos, marcada por
Asuntos Exteriores a este respecto y donde no eran ajenas las secciones
del Partido único. En respuesta a la carta de un jefe de las Hitler
Jugend "a los camaradas
de las OOJJ españolas", Rodríguez
de Gortázar cursaba en Enero del 40 instrucciones al Delegado Nacional de
las OOJJ sobre la respuesta
que algún miembro de las juventudes españolas debía dar y en donde el
contenido cargado de emoción eludiera el conflicto europeo.
Pronto
a la FET se le determinaría una actuación clara,
al margen de las meras alocuciones de simpatía. Sin entrar en la
valoración ni en la génesis de la División Azul, solo reseñar que
ese cuerpo español de
voluntarios, formado mayoritariamente por falangistas, se integraba en
la estructura orgánica del Ejército del Reich como la 250 División. Y quien quiera saber más del tema,
sepa que puede acudir a
las páginas en
donde encontrará alguna información de interés:
El
agradecimiento hacia aquella nación quedaba patente
en el informe enviado en 1941 por la Delegada territorial de la Falange
femenina, Celia Jiménez, quien comunicaba el absoluto desamparo y la
desorganización en que se encontraban los divisionarios heridos y
alojados en hospitales del frente ruso, exonerando de culpa a las
autoridades alemanas que habían
brindado todo tipo de facilidades y culpando a la
Sanidad española y al agregado militar español de aquella
lamentable situación.
Entre
20.000 trabajadores españoles, pocos afiliados a F.E.T. |
En ese año
de 1941 el número de militantes falangistas había aumentado en algo sus
contingentes. Se llegaba a 104 hombres y 3 mujeres, si bien los adheridos
ampliaban la cuantía en 191
y 95 respectivamente. La previsible llegada de 20.000 trabajadores españoles
a aquella nación hacía suponer a la Falange un notable crecimiento por
lo que se hacían especulaciones organizativas que tuvieran cubiertos los
servicios de Prensa, Organizaciones y Sección Femenina. Sin embargo, esa
fuerte afluencia de obreros no se llevó a cabo, fue bastante más
menguada, y la organización falangista continuó moviéndose con pocos
afiliados. Realidad que no obstaculizaba el seguir pensando en vigorizar
el falangismo en aquel potente estado.
La necesidad de dar una apariencia de importancia y fortaleza, de
las que se carecía, exigía un esfuerzo que desde Berlín reclamaba el
encargado del Servicio de Prensa, Rafael
de la Fuente, quien no estaba
satisfecho con la labor realizada. Alemania era un reto y exigía
un plan que de la Fuente resumía
de la siguiente forma:
"España
no da ninguna sensación de presencia en Berlín. Estamos jugándonos una
carta definitiva, como país amigo del Eje. Si este pierde, lo perderemos
todo. Pero hay que conseguir por todos los medios perder lo menos posible
y ganar cuanto podamos si el Eje gana. Creo de imperiosa necesidad el
montaje de una organización elemental
que desarrolle la tarea de propaganda que vengo proponiendo. Y si ha de
hacerse algo, por Dios, que no sea pobretona y provincianamente".
En España en 1942 se observaba por parte de los
falangistas menos acomodaticios la falta de sustancia revolucionaria que
iba imponiendo el régimen de Franco. Ese grupo de falangistas
considerados como intransigentes tenían muy claro que en el caso de
triunfo de los aliados su proyecto político estaba agotado para siempre.
De ahí, que intervinieran en proyectos ambiciosos pero muy limitados dada
su capacidad y la existencia, además, en el seno franquista de poderosa
influencias poco favorables a Alemania.
Posiblemente el más interesante fue el intento que en 1943, se realizó
para volar el arsenal que los ingleses tenían en Gibraltar y con el que
abastecían el área del Mediterráneo. Detrás de aquéllo, Narciso Perales
Herrero y un reducido grupo de falangistas. Plan que falló y que llevó a
la horca al falangista Luis López con el silencio más absoluto por parte
del gobierno del general Franco.
La decidida participación bélica junto a los alemanes
encontraba sus adalides entre militantes del Partido único español que
iban bastante más allá de lo que era doctrina oficial sobre el tema. El
calentón progermano de algunos llevaba al paroxismo e incluso a
justificaciones de difícil asimilación, Alfredo
Marqueríe por ejemplo en La Joven
Europa (Enero de 1942) mostraba sus más vehementes simpatías: "Por
lo que respecta a los pueblos, a los países y
a los Estados, Inglaterra y Francia han fomentado siempre la
miseria y el fraccionamiento de las demás naciones como los medios que
estimaban eficaces y lícitos para perpetuar su existencia de
"poderosos" en perjuicio de los desheredados. Y el régimen soviético
ha hecho lo mismo para favorecer con ello el clima propicio a la revolución
bolchevique… Los planes de Adolfo Hitler y del nacional-socialismo, tras
haber desarrollado y ampliado sus iniciativas en el interior, proyectan
hacia fuera sus aspiraciones de justicia y equidad… La nueva concepción
de Europa es una concepción tan poderosa y tan bella que solo puede ser
realizada por un hombre genial y por un pueblo heroico, educado y
disciplinado en las más altas virtudes del servicio y del
sacrificio".
La llegada
de trabajadores españoles y la necesidad de forzar la maquinaria
para adoctrinarlos forzó el permiso por parte de las autoridades alemanas
y negado hasta entonces, para la impresión del periódico Enlace,
que anunciaba su salida para el 1 de Mayo. De la Fuente proyectaba
reconvertir el boletín de FET en periódico y tirarlo en los talleres de
la publicación Aspa, lo que
produjo la negativa rotunda de Exterior, por pensar que aquello condicionaba totalmente el contenido
del futuro órgano de expresión. Temor del que acabaría participando de
la Fuente cuando reclamaba dotaciones económicas suficientes para evitar
depender del Ministerio de Propaganda del Reich.
Las peticiones que hacía el Delegado de Prensa entraban
en el diseño de una mente donde se mezclaban la megalomanía junto a
objetivos de difícil realización.
Con cuatrocientos afiliados falangistas pensaba proyectar la idea española
en Alemania mediante un plan donde el primer eslabón consistiría en
utilizar a los exmiembros de la Legión
Cóndor, emocionalmente vinculados con España. También situaciones
adversas por las que atravesaban ciertos colectivos eran
aprovechables para el Jefe falangista. Así por ejemplo, la lejanía
de los trabajadores españoles en un medio desconocido para ellos, podía
ser campo propicio para introducirles dosis de patriotismo. Pero no se
quedaban ahí los sueños de la Fuente. La vital contradicción que sufrían
los novecientos mil obreros franceses desplazados en el Reich entre la
machacona propaganda alemana y
el dominio de su país por los germanos le inducía a pensar
en que la Falange asumiera el papel de orientadora de la inquietud
francesa hacia respuestas espirituales propias de su cultura latina y no
de la germana. No había sólo que falangistizar a los obreros españoles
que llegaban, sino también a los franceses.
La estrategia que pensaba De la Fuente para la Falange y
para España se resumía en dos pasos consecutivos y complementarios. El
primero, la intervención al lado de Alemania en la fase final de la
contienda, en la suposición de que iba
a ser la triunfadora; el segundo, entrañaba una visión dialéctica, que,
si no realista, al menos integraba dosis de originalidad:
"Inevitablemente,
la guerra dejará en carne viva una crisis espiritual que hoy, necesidades
materiales apremiantes velan o disimulan. En esa crisis espiritual
continental plasmarán los movimientos que en el futuro han de decidir la
suerte de la Civilización, y estos movimientos serán probablemente
corrientes de oposición frente al sentido panteísta, desnudo y pobre,
que con el aplomo de la victoria irradiará España sobre los demás
pueblos".
El liderazgo español con una solución espiritual tendría
sus continuaciones. En Agosto el Frente de Juventudes y la Sección
Femenina recibían invitaciones del Jefe de la Juventud del Partido Nazi,
Axmann, del Comandante General de la GIL y del Reichsstatthalter en Viena,
Von Schirach para fundar la Federación de la Juventud Europea
junto a otras juventudes del continente. La postura de los españoles en
el Congreso celebrado en Septiembre, dejó claro las diferencias entre las
concepciones católicas que estos tenían frente al paganismo germano. La
falta de sintonía se acusaba también en el viaje de Arrese a Alemania en
Enero del 43 que sirvió para jornadas de confraternización entre el
Secretario General y la Falange alemana. Grupos juveniles (infantiles) del
Frente de Juventudes de la Falange alemana esperaron en la estación
berlinesa y en la de Metz al
Jefe falangista en un viaje que para algunos historiadores resultó un
fracaso, en lo concerniente a estrechar relaciones con Alemania.
La
caída (en picado) de los dioses |
En Febrero del 43 se hacía cargo de la jefatura
alemana Jorge Becher,
Jefe de Organización del Servicio Exterior de la FET. El anterior jefe en
Alemania Ignacio Oyarzábal, había fallecido en accidente de circulación
junto a su esposa Al mes siguiente, cuando corrían vientos peligrosos
para Alemania, el General Lorenz se desplazaba a Madrid para la inauguración
de la Asociación Hispano Germana,
en donde figuraban los representantes políticos españoles más
favorables a las tesis germanas. El Partido alemán tenía desplazados en
España, fundamentalmente en Madrid, pero también en Barcelona hasta 19
"jerarquías" representando sobre todo
al Frente del Trabajo,
Auxilio Social, Juventudes,
Sección Femenina y Juventudes Femeninas. En Abril de 1943 se asistía a
un acuerdo entre los jefes de los estudiantes alemanes, Gustav Adolf
Schell y el Jefe Nacional del SEU, en
donde a las mutuas contraprestaciones sociales para estudiantes de ambos
países se añadían unos acuerdos secretos sobre reparto de hegemonías e
influencias en distintas áreas mundiales. Muchachos del Frente de
Juventudes de la Falange alemana, siguiendo las instrucciones que diera
Serrano Suñer, acudían a campamentos de verano en España, pero ocurría
en ocasiones que, sin coordinar los desplazamientos, se producían
situaciones embarazosas. En Julio del 43 un responsable falangista se
presentaba en la frontera de Irún al frente de 67 niños y de 17 niñas
procedentes de Alemania sin haber comunicado previamente su viaje.
Los últimos responsables falangistas en Alemania fueron
José Luis Iriarte y José Luis de la Rosa, el primero Jefe territorial y
el segundo Jefe del SEU. El
sucumbir de Alemania replegaba a los españoles allí residentes y en
Junio del 45 llegaban a Bruselas trabajadores españoles procedentes de
aquella nación. Once estudiantes del SEU que realizaban ampliación de
estudios en Alemania huían a Suiza y entraban en un auténtico calvario
para sobrevivir sin medios económicos.
A la caída de Berlín, el Ministro de España en
Copenhague, Adolfo Castellanos, encargado de evacuar los archivos de la
Delegación falangista en aquella capital, los trasladó a Munich. Cuatro
maletas y una máquina de
escribir quedaban en el Postamt de la localidad de Bad Wiesse am Tergenne,
mudo testimonio de un viaje histórico plagado de frustraciones.
Se había
pujado fuerte por parte de algunos, en proyección teórica, o con sangre
de por medio, y el desfallecimiento acabaría dejando su huella. Desde la
admiración a la muerte ética de Sócrates como solución de la Falange,
al licenciamiento honroso. Nada iba a ser lo mismo. Al final el
desconsuelo, el abandono y
para muchos -en la vertiente política- la nada
Recuerda, camarada, aquellos días que nos están/ envejeciendo,/
aquellos que han anticipado nuestra desalentada prudencia./ No llores, no
maldigas, no te vuelvas airado contra/ tu corazón/… Recuerda aquellos días:
morir era tan bello/ como vivir;/vida y muerte eran fuentes de glorias
semejantes/…Y tu ibas con el pueblo llevando tu bandera,/ pero ninguna
compañía alcanzaba a turbarte,/ porque todas las almas estaban en la
tuya./…La vida es, camarada…/ Pero ahora recuerda, solamente
recuerda/…Y si has de llorar vertiendo las cenizas de tu sangre/ sobre
las cenizas del empeño maltrecho y remoto,/ busca la soledad y ríndete
en silencio./ Clama a tu corazón de rodillas: ¡ Dios mío!
(D.
Ridruejo).
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