MISCELÁNEA

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Gladiator.- Una de romanos. Otro éxito taquillero a lo Spielberg. Como “Gladiéitor” nos la anuncian, así, pronunciando el latín a la moda de las legiones acantonadas en Londinium. Aunque rica en anacronismos y no pobre en falseamientos de la historia, no es una mala película. Consigue, a pesar de todo, situarnos en época; y  pregona valores dignos: el coraje, el esfuerzo, el amor a la familia. Simpática y simplona: un malo muy malo y un bueno muy bueno, éste, paisano: de Emérita Augusta. Cierto que Marco Aurelio murió en Vindobona, pero fue de puro viejo, al cabo de días de no querer comer, no por traición de ningún malvado. Cierto que las legiones combatían en el limes germánico, pero no con catapultas medievales, ni con lanceros a caballo, cuando todavía no se había inventado el estribo. Muy verosímiles los legionarios, pero no cuando, en ausencia del brazo en alto, desterrado por la corrección política, se saludan con reverencias a la nipona. Cierta la devoción romana a los dioses lares y penates, pero no manifestada en oración personal, al estilo cristiano, que era sólo por medio de invocaciones formularias. No se miente cuando se muestra a Cómodo aficionado a los combates de gladiadores, en los que llegó a enfrentarse con fieras, pero sí al hacer llegar su afición hasta el punto de bajar a la arena, a combatir contra otros gladiadores. Cierto que conspiró contra él Lucila, pero no era su hermana, sino su tía. Extemporáneas las imágenes de un inconcreto desierto más o menos africano.  Cierto, en fin, que Cómodo murió de muerte violenta, aun cuando no fue en combate, sino envenenado por la pócima que le dispensó Marcia, una concubina cristiana, tan poco escrupulosa en el cumplimiento del sexto como en el del quinto. Con todo, anacronismos y falsedades incluidas, se nos presenta una Roma verdaderamente deslumbrante, lograda a través de maquetas e imágenes tratadas con el ordenador, sorprendentemente real. Magnífica la interpretación de los dos antagonistas, Russell Crowe y Joaquín Phoenix, y también la de Oliver Reed, cuyo fallecimiento, a mitad del rodaje, obligó a componer sus últimas apariciones mediante imágenes tratadas. Recomendable con jóvenes.

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Don Quixote.- Un buen amigo de quienes hacemos “El rastro de la historia”  tiene instalada en la Red una página, Don Quixote,  que ha sido muy ponderada por los entendedores. Es “relación de textos y páginas para la historia de la vida de Don Quijote, y guía de nuevos caballeros andantes”.  Se encuentran en ella versiones de la obra cervantina en español y en inglés, referencias, enlaces y hasta un espacio para el mercadeo de viejos volúmenes. Merece la visita. Se encuentra en:

http://www.donquixote.com/

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Obras completas de Juan Domingo Perón.- Un personaje y una época. Cincuenta mil páginas de texto, quinientas imágenes, sonido, constituyen una sólida base de datos relacional, multimedia, multilingüe, que puede servir para la aproximación y el estudio.

Se encuentra en:

http://www.peronencyclopedia.com/index.html

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