PRÓLOGO DE UN VETERANO PARA UN CANCIONERO JUVENIL
En las canciones para la
marcha en grupo, como en los Himnos, tanto más que las pautas del Pentagrama y el sentido
de sus versos, importan el talante de quienes las cantan y las membranzas que despiertan.
Se marcha junto a otros cuando existe una voluntad coincidente en los objetivos y una
misma emoción en los recuerdos. Surge entonces la necesidad de fortalecer la hermandad
con la armonía, y, con el ritmo, la cooperación. La palabra cantada se hace así llama
de ideal en las voces y en los pasos del grupo.
Un cancionero como este,
quedará reducido al mero interés antológico o a la inoperancia de una agenda sin
dueño, si en sus páginas no se conserva, para cada capítulo, el aroma propio de su
particular circunstancia. El tiempo que las inspira es notoriamente cambiante a la largo
de la dilatada historia del Frente de Juventudes.
En un principio se
repitieron canciones de trinchera y blocao, generalmente poco originales y con letras
incorporadas a otras ajenas a la ocasión y de lejana procedencia. Salvo egregias
excepciones, su inspiración y gusto fueron más que discutibles. No obstante, yo las
canté y cuando las escucho ahora, sin juzgar la calidad, revivo unos tiempos en los
que, junto al máximo dolor, fui testigo y partícipe de la máxima generosidad humana. De
ese tiempo, amigos, nos llega la canción que durante decenios fue la expresión coral de
las multitudes españolas, y que debemos cantar siempre con el aliento y el corazón muy
limpios, evitando convertirla en charanga de impertinentes y reservándole la culminación
de las ocasiones solemnes, como lo merecen compases y estrofas que llevan prendidos tantos
momentos de sagrada memoria. El "Cara al sol" es una canción con vocación de
Unanimidad, de Himno nacional.
En la etapa de las
OO.JJ.,
se cantó desde la retaguardia de una España en guerra consigo misma. Los muchachos de
entonces querían emular a los combatientes, "sus hermanos mayores", primaban
las virtudes heroicas en la valoración de las conductas y su paradigma era el soldado.
Para tal época escribió Agustín de Foxá aquella demanda juvenil "dame un fusil
pequeño que oigo una clara voz...". A los niños les urgía hacer "centinela en
medio de los trigos, para ganar, valientes, las batallas de Dios"
Cuando se crean las Falanges
Juveniles de Franco, lo más noble de nuestra Patria se encara fervorosamente con el
desafío de la reconstrucción y la reconciliación nacionales. La juventud canta, desde
la vanguardia de un tiempo nuevo, la unidad de los hijos de los vencedores y de los
vencidos en la hermosa tarea de ganar para todos los españoles la Patria, el Pan y la
Justicia. "Cubre tu pecho de azul español, que hay un hueco en mi escuadra. Pon
cinco flechas en tu corazón. Llámame camarada".
- A finales de los años cincuenta, por causas
endógenas y externas, el Movimiento político perdió eficacia proselitista, pero
conservó resortes de influencia que, aunque limitados para la captación de nuevos
militantes, fueron válidos para la formación social y cívica de las últimas
generaciones del momento. De esa crisis surge la O.J.E. con voluntad de movimiento juvenil
autónomo, capaz de servir, y valorarse en el servicio, (dentro de un ambiente plural y
sin valladares históricos) a unos ideales permanentes de Hispanidad actual y solidaria,
justicia fraterna pero drástica, y libertad nacida del arcano de la intimidad respetable.
En la España del desarrollo económico y
social, los afilados a la O.J.E. entrenasteis canciones nuevas, sin olvidar el sentido y
melodía de los versos antiguos. Para vosotros la Guerra civil y sus secuelas es algo tan
lejano como para mí las Guerras carlistas; pero ambos sabemos que para evitar las
discordias civiles no hay que desenterrar muertos, sino vencer y superar las causas de la
tragedia, vivir en paz interiormente, con voluntad elevada y talante abierto y deportivo.
Amar a España con amor de perfección y verla doliente en cada español necesitado del
amparo de su Patria.
Alejado de vosotros estos últimos años,
deseo escuchar vuestras últimas canciones para conocemos mejor. Espero que sepáis cantar
a la vida, al amor y a la amistad, a la creación y al trabajo, al sol y a la nieve, al
alba de cada día; y que escuchéis también el silencio con que habla Dios a los hombres
que saben que los grandes ideales se realizan paso a paso, en nuestro estudio meditado, en
nuestra obra cumplida, en el ejemplo personal, en la mano tendida: haciendo, en fin, de
nuestras vidas, con alegría y humildad, un acto permanente de servicio. Según hemos
prometido.
Jesús López Cancio
Ex-Delegado Nacional de la Juventud |