Por una aparente paradoja –bien explicable en el fondo–, el
vigor creciente de nuestra Falange y su perfil cada vez más neto van
acompañados de una contracción en las aportaciones materiales
externas. Antes, cuando gentes diversas nos suponían instrumento
dócil para ajenas consignas, no nos faltaron, aunque parcos, auxilios
económicos. No pocas personas nos favorecieron por inclinación
desinteresada hacia nuestros principios; pero las más miraban en
nosotros no el Movimiento impetuoso e insobornable dispuesto a
depararnos una España mejor, sino la fuerza de choque de sabe Dios
qué intentos, dispuesta a dar la sangre sin precio de sus mejores
militantes por una miserable moneda.
Hoy la Falange Española de las J.O.N.S. empieza a inquietar lo
mismo a la antiespaña declarado, materialista y separatista, que a la
similespaña chata y enferma de los cautos, egoístas y perezosos,
conservadora de injusticias y miserias. Eso prueba que vamos
encontrándonos a nosotros mismos, primer paso para ganar a los otros.
Pero, en compensación, provoca un cerco económico, más apretado
cada vez, que se propone aniquilarnos por la pobreza.
En este trance, la Falange Española de las J.O.N.S. tiene que
pensar en vivir de sus propios recursos exclusivamente, y CONSTITUYE
FALTA GRAVÍSIMA CONTRA LA COOPERACIÓN AL MOVIMIENTO, REVELADORA DE
UN PÉSIMO ESPÍRITU, LA RESISTENCIA AL PAGO DE LAS CUOTAS EN QUE
MUCHOS INCURREN. Como infeccionados por un torpe resabio de los que
habremos de raer de España, no pocos de los nuestros se agazapan en
una constante morosidad, que aparte de socavar las posibilidades de
vida de nuestro Movimiento, rezuma un aire detestable de vieja
"cuquería", de viejo abuso socarrón, absolutamente
repugnante.
Los que se hallen en completa penuria saben muy bien que están
exentos de pagar las cuotas. Parece mentira que quienes no vacilan en
gastarse unas pesetas en cualquier pequeño lujo prescindible regateen
su aportación a la Falange en términos de verdadera cicatería, como
si estimaran que el pertenecer a nuestra fuerte hermandad no valiese
siquiera la privación de unas cuantas pesetas.
Quisiera que nadie viese estos renglones como un llamamiento
formulario, sino una conminación urgente, que invoca las mejores
calidades de los militantes para moverlos al cumplimiento de este
deber de cotizar; deber que si no es el primero entre los nuestros, ha
de ser cumplido con el mismo sobrio rigor con que debe hacerse todo
entre nosotros.
Espero, pues, que sin más requerimiento, todo el que se halle
atrasado en el pago de cuotas acuda por su propio impulso a reparar
con urgencia esta tacha, contra la cooperación del Movimiento. Y
espero también que todos revisarán en conciencia el importe de la
cuota que se han señalado para aumentarla espontáneamente en lo
posible.
Las Jefaturas territoriales y de J.O.N.S. harán llegar esta
circular a todos y cada uno de los militantes; a los morosos, para que
cesen en el inconsciente sabotaje de que hacen objeto a nuestra
organización; a los puntuales, para estimularlos a reforzar sus
aportaciones; y me darán cuenta nominal de los resultados obtenidos,
tanto para estimación de los que respondan bien, cuanto para aplicar
a los recalcitrantes, enemigos encubiertos de la Falange Española de
las J.O.N.S., las sanciones que autorizan los Estatutos.
Madrid, 8 de febrero de 1935.
El Jefe Nacional
Fdo.: JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
¡Arriba España!
Documento obtenido por mediación del camarada Licinio de la
Fuente. Existe copia en el Museo de la Falange de Cáceres.