"Falange no tiene millones para editar periódicos y carteles.
Falange no tiene automóviles para llevar de un lado a otro a sus
propagandistas. Pero Falange necesita propasarse tal y como es: joven,
pobre y alegre. Dejemos los millones y los autos para los potentados
populistas o marxistas y nosotros hagamos con humildad nuestro camino
hacia los humildes. Los apóstoles y peregrinos de la Fe caminaban
jornadas enteras para cumplir su misión. Andando, andando, llegaron
San Pablo a Roma y Santiago a Compostela.
Iréis a pie, camaradas. La intemperie y el asfalto de las
carreteras convienen a nuestro estilo militar y ascético. Llegar a
Villalba o a Navalcarnero, a Aranjuez o a Illescas, no es nada
extraordinario. Comeréis en las posadas aldeanas, el pan moreno y los
fuertes guisotes campesinos. Hablaréis con arrieros y labradores de
nuestro modo de ser falangistas, y les explicaréis cómo dejáis la
ciudad para ir a ellos, no a pedirles nada, sino a ofrecerles lo más
generoso que se puede ofrecer a un hombre: la alegría del amor a la
Patria. Explicadles bien nuestro afán de unidad de las tierras y los
hombres de todas clases. Explicadles bien que ser español es una de
las pocas cosas serias que se puede ser en el mundo. Explicadles
nuestra Historia y reanimadies el ansia de Imperio. Estaréis diez
días de peregrinación por esos campos de Dios. Cada uno llevaréis
diez duros para vivir. Es poco. Pero pensad que hay muchos españoles
que ni esas cinco pesetas diarias ganan para mantener un hogar con
mujer e hijos. Casi no importa que quienes vivís cómodamente en
vuestras casas aprendáis la angustia del hambre. Si todos los
españoles supieran lo que es quedarse sin comer un día, quizá
pudiera lograrse que comiesen todos a diario. Un duro no es mucho en
sí, pero pensad que quienes lo lleváis sois falangistas. Si es
necesario compartirlo con alguien más pobre que vosotros, no dudéis
en hacerlo. Y si es posible –lo es, porque vosotros sois jóvenes y
alegres, y la juventud y la alegría siempre son acogidas con cariño
y calor en todas partes–, ese duro os debe sobrar y debéis
devolverlo al regreso. Os deben oír y convidar. En estos días
navideños hay buenas comidas familiares en las casas. Seguro estoy de
que muchos sabréis ser invitados de honor en esos hogares. Tenéis
diez duros cada uno para diez días, camaradas. El que al final de la
jornada los devuelva a la Falange, será el mejor camarada..., a no
ser que alguno caiga en el acto de servicio que se os encomienda, pues
siempre son los mejores los que de entre nosotros elige Dios para su
Guardia."
(Palabras de José Antonio a los jóvenes falangistas, ¿23 de
diciembre de 1934? Versión de Felipe Ximénez de Sandoval: José
Antonio, Biografia, págs. 379–380. "La provincia de Madrid
resultó escasa para muchos grupos. Uno de ellos, formado por Quesada,
Diego Aparicio y Picó, llegó en ocho días a Valencia, durmiendo en
la cárcel o en pleno monte, discurseando en Ayuntamientos o tocando
un laúd por la plaza de los pueblos. Y también calándose hasta los
huesos por contemplar el castillo de Uclés. En otra escuadra al mando
de Alzaga, que llegó a Cercedilla, Manuel Rodríguez Jiménez, del
S.E.U. de Farmacia, regresó con los pies ensangrentados por las
marchas. Cada grupo era una aventura seductora, eficaz y
poética." David Jato: Historia del S.E.U., cap. III,
pág. 126.