El régimen social imperante, que es, por de pronto, lo que se ha
salvado de la revolución, nos parece esencialmente injusto. El tesoro
del sentido español que encierra la victoria sobre el separatismo se
gastará en la calderilla de las "sesiones patrióticas", de
las acciones de gracias al Gobierno y de las alianzas de las gentes de
orden. Nuestra juventud, terminantemente, se abstendrá de participar
en tales mojigangas. En el altivo aislamiento de ayer y de siempre
guardará intacta la virtud espiritual de la reconquista para cuando
llegue, ni mediatizada ni compartida, la total victoria.
Madrid, 13 de octubre de 1934.
David Jato: "La rebelión de los estudiantes"
página 119, Madrid, 1953.