Falange Española de las J.O.N.S. inicia un nuevo año de
actuación política en un grado de crecimiento, de actividad y de
peligro como no hubiera sido posible calcular hace pocos meses. No
sólo ha nutrido por todas partes sus cuadros de militantes
entusiastas –con entusiasmo que España desde hace años desconocía–,
sino que está ya metida de lleno en una actuación social profunda,
de la que depende, a la larga, la implantación de un orden más
justo, y a la corta, la sustracción de las masas proletarias al
poderío de las organizaciones que las manejan para turbios fines
políticos.
Pero Falange de las J.O.N.S. se encuentra en una desproporción
agobiante entre sus empeños de actividad, ya en triunfante marcha, y
la escasez de sus medios económicos. Todas son dificultades en este
aspecto, porque ni la posición de la inmensa mayoría de los
militantes puede proporcionar grandes cantidades por cuotas, ni pasan
de muy pocos los que, pudiendo contribuir con su fortuna –ya que no
con su riesgo– a los propósitos que la Falange persigue, se avienen
a hacerlo sin intentar, por unas pesetas, la mediatización humillante
del Movimiento, o la explotación para fines extraños de cuanto el
Movimiento ha logrado encender, a golpe de abnegación y a costa de
vidas magníficas, entre las filas jóvenes de España.
Falange Española de las J.O.N.S., en el trance, ni piensa
desviarse en lo más mínimo de su sentido nacional–sindicalista
auténtico y enérgico ni piensa renunciar, con medios o sin medios, a
seguir su tarea, que juzga decisiva para España. Pero es lamentable,
y aun irritante, que quienes, por bien de todos, han ocupado las
primeras filas en la lucha con la antipatria, sin regateo de fatiga ni
de peligro, tengan, además, que habérselas con una penuria que
acogota las posibilidades de actuación y multiplica trágicamente los
riesgos.
Por eso, Falange Española de las J.O.N.S., sin embozo, lanza un
llamamiento a todas partes para que, con la máxima urgencia, cuantos
no consideren inútil su esfuerzo, Participen en él con un auxilio
pecuniario. Grandes o pequeños, todos los donativos serán recibidos
con gratitud. Lo que se encarece es la prontitud de los envíos, ya
que las circunstancias apremian implacablemente.
En cuanto a los militantes, todos los de España, sin excepción,
aun de aquellos a quienes cueste un sacrificio que la Falange impone,
enviarán, directamente a Madrid, antes del 20 de este mes, una cuota
que ellos mismos marcarán, entre una y veinticinco pesetas, con
arreglo a sus medios de fortuna. Los que no acudan sin demora a esta
llamada demostrarán muy mal espíritu y poco amor al Movimiento que
les exige, por una vez, tolerable carga.
Los envíos se dirigirán, por cualquier medio, o a la Falange
Española de las J.O.N.S., Marqués del Riscal, 16, o a José Antonio
Primo de Rivera, Serrano, 86, Madrid.
La Nación, 12 de septiembre de 1934.