"Se ha afirmado que mi candidatura es un reto a la conciencia
republicana. Pero quienes lo afirman saben que no dicen la verdad. No
hay en mi manifiesto una sola palabra de provocación contra la
República ni es la misión de combatirla lo que me llama a las
Cortes. Claramente lo he dicho: si aspiro al acta es para recoger el
papel vacante de defensor en el proceso histórico de las
responsabilidades. Marruecos, las concesiones, son cosas demasiado
importantes para ser juzgadas oyendo a una parte sola. En ningún
proceso puede dejar de oírse al acusado. Y es inexplicable que los
acusadores pongan tan extraordinario empeño en tapar la boca de la
defensa. Si están tan seguros de que tienen razón, ¿por qué tienen
que temer los argumentos de la parte contraria? ¿Para qué ese frente
único –como si se tratase de defender las instituciones
republicanas– y esas hojas llenas de insultos y cifras falsas? No se
dejen impresionar los electores: el pueblo tiene derecho a saber si ha
sido tiranizado y expoliado. Pero para saberlo tiene que oír a las
dos partes y conocer muchos datos que aún no conoce. Sólo quien
tenga miedo a la verdad puede ser enemigo de esta discusión."
(El Gobierno prohibió la radiodifusión de este mensaje de José
Antonio, que La Nación reprodujo el 3 de octubre de 1931)