PEDAGOGÍA DE LA CANCIÓN
I. LA
CANCIÓN EN EL FRENTE DE JUVENTUDES
Si hay un tipo de pedagogía
en el que se ha valorado extraordinariamente la canción como instrumento
formativo, ésta ha sido la del Frente de Juventudes; de forma más
intensa, por supuesto la juventud "afiliada" (FFVV, FFJJ de F,
OJE) , pero también la "encuadrada" recibió el impacto del
Cancionero, ya fuera en el marco de las asignaturas de la Delegación, ya
fuera a través de los Campamentos de aprendices o escolares. Es, no
obstante, en las Unidades Voluntarias donde se lleva a cabo una verdadera
"pedagogía de la canción", que sobrepasa, con mucho, el hecho
de ser un puro elemento folklórico o auxiliar. Las canciones debían ser
"la expresión vibrante del sentir del individuo o de la
comunidad" [1] y, como tal, se prodigaban en todo momento y lugar:
"Un cancionero para
la soledad y la camaradería, para el gozo y la adversidad, para lo
serio y lo humorístico; para la escuela y la calle, para el reposo y el
avance, para la marcha y el campamento, para la casa y el cuartel, las
aulas y las trincheras" [2].
Igualmente recogía el
Cancionero cualquier tipo de temas y de canciones, "ya que siempre
hubo una canción para cada momento de la vida, ya fuese de alegría o de
tristeza. La muerte, el decaimiento, la lluvia, la noche, la novia, el
compañero caído, la decepción política, y muchos otros aspectos de la
vida individual y colectiva, se han visto representados en el Cancionero
de Juventudes" [3]. Realmente, "el Frente de Juventudes no puede
ser entendido sin la canción" [4].
Contó con la talla de
músicos como Federico Moreno Torraba, Juan y Félix Tellería, Joaquín
Rodrigo, Peris Lacasa, Asins Arbó, Cuesta Polo, Agustín Paíno...; los
autores de letras, sin embargo, lo fueron en menor número: Enrique Llovet,
Tomás Borrás. José Mª Cernuda, José García Nieto, Jaime Ferrán,
Adriano Gómez Molina, Daniel Pato Movilla..., porque prevaleció la
canción anónima y, a veces, la de inspiración colectiva. Si bien hubo
de todo, la calidad musical de muchas canciones es evidente, así como la
belleza poética de algunas letras, claro está, dentro de las coordenadas
de la poesía falangista de cada época, con preferencia de los temas
clásicos, a veces, devenidos en tópicos. Por supuesto, nos referimos en
este caso a las canciones propias (llamadas generalmente
"marchas") , descontando las del acervo popular y tradicional, y
otras características de ambientes juveniles y desenfadados, que no
incidían en esa parte seria del "mensaje" político.
En cuanto a la cantidad, baste
señalar que el "Cancionero de Juventudes" de José de Arriaca,
especie de memorial de la canción con constantes incursiones a la
historia de la institución, incluye, sin afán de totalidad, hasta ciento
sesenta y cinco letras de "marchas" en el texto propiamente
dicho, más un número indeterminado de variantes de las anteriores y
otros cantos más olvidados o menos popularizados en notas y anexos [5].
En el cancionero anexo al "Manual del Jefe de Centuria" de 1943,
se incluyen cuarenta y nueve, de las que veintiuna pertenecen al
"propio" y veintiocho son regionales; en el de 1947, hay
doscientas cuarenta y dos, de las que cincuenta y cuatro son
"marchas". Posteriormente al Cancionero de Arriaca fueron
surgiendo canciones sueltas, prácticamente hasta 1977, año de
desaparición de la Delegación de la Juventud.
Es imposible hacer un
seguimiento de los cancioneros que iban siendo publicados; desde el de las
OOJJ de Asturias (1940) , que cita Arriaca, hasta la última edición de
la Jefatura Provincial de la OJE de Madrid [6] , habrán sido
innumerables, casi todos desaparecidos o archivados celosamente en
bibliotecas particulares [7]. Téngase en cuenta que, aparte de los de
carácter nacional, editados como obras específicas de la Delegación, o
de la Ayudantía de las FFJJ de F o de la Jefatura de la OJE, cada
provincia editó los suyos; los manuales de Mandos contenían un anexo de
canciones con menos cantidad y más selección, y, normalmente, cada curso
o campamento lanzaba a ciclostil sus hojas de canciones, algunas de ellas
compaginadas formando una obra de envergadura. Para facilitar el
seguimiento del tema, he utilizado preferentemente para esta Tesis el ya
repetidamente mencionado "Cancionero de Juventudes" de José de
Arriaca, por la riqueza de su contenido documental y el de 1947, que
incluye partituras.
El interés por la canción
como elemento educativo y/o de proyección política procede de los
primeros momentos de las organizaciones juveniles falangistas. Así,
Sancho Dávila, primer Delegado Nacional de las OOJJ, nos habla en
"medios formativos" de la importancia de las canciones y la
música [8] , y en la misma época, una circular de Gutiérrez del
Castillo, Secretario de dicha organización, propone, entre las soluciones
para "reanimar el espíritu", las canciones y los coros, con una
especial llamada de atención "a estos medios formativos":
"coros, canciones regionales, cada provincia las suyas, orquestas,
etc." [9]. El propio himno de lo que más tarde sería el Frente de
Juventudes –"Prietas las Filas"– fue declarado oficial como
"Canción del Flecha", el 12 de mayo de 1938 [10].
En 1942, una instrucción del
Delegado Nacional viene a instituir el "Día de la Canción"
como "celebración propia del Día de la Victoria" para el 12 de
abril [11]. Dejando aparte las connotaciones que esta reconversión de la
efemérides oficial del Régimen lleva aparejadas en el aspecto
ideológico, y que son estudiadas en otro lugar, esta norma representó
una institucionalización de la canción como elemento propio; los
concursos de canciones, los coros, la promoción del cántico en las
Unidades y actividades, traspasaron el estrecho marco de los Campamentos o
"cuarteles" para adoptar dimensiones provinciales o nacionales.
A la vez, bandas de música, rondallas o, simplemente, grupos de
armónicas, eran el elemento auxiliar. La revista "Mandos"
incluía en cada número letra y música de una canción, así como
aportaciones de lectores con el puntaje de las tonadas para armónica.
El citado "Manual del
Jefe de Centuria" de 1943 establece que éstos mandos deberán saber
"además de los himnos de la Falange y del Frente de
Juventudes", seis canciones de marcha, "de música y letra
españolas" (alusión a las adaptaciones" de la coyuntura
europea), los Jefes de Grupo (más tarde, Jefes de Falange) cuatro, y los
de Escuadra, por lo menos dos [12]; en el "Manual de
Campamentos" de 1945, se indica que en los turnos de veinte días
deben impartirse catorce clases de canciones [13] , sean
indistintamente de Flechas o Cadetes (por lo tanto, afiliados) , Aprendices
o Escolares (juventud encuadrada).
Es interesante la lectura de
los textos sobre este aspecto que incluye el Plan de Formación de las
Falanges Juveniles de Franco de 1955. En "Trato Social" de
Flechas [14] empieza por justificar la importancia de las canciones en las
que "el canto colectivo de nuestros camaradas pregona por campos y
ciudades, riscos y veredas, la fe ilusionada en la tarea de hacer una
España limpia y justa como un entrañable hogar" [15]. Al recoger el
folklore popular, se contribuye "a la unidad, comprensión y cariño
de todos los pueblos y regiones". Se califica a la canción de
"necesaria, útil y formativa":
"Su necesidad
estriba en ser la válvula de escape para pregonar una fe, una ilusión
y una esperanza; fe en Dios, en España y en nosotros mismos; ilusión
en la tarea de servir a Dios, a la Patria y a la Justicia; esperanza en
un provenir más digno y más justo para el pueblo español. Es útil
porque el que canta arrastra en pos de sí a los indecisos, enardece a
los timoratos y sacude a los perezosos. Es formativa porque contribuye
eficazmente a hacer superar las propias flaquezas y debilidades,
inyectando ilusión decidida y optimismo esperanzado, salud del alma y
fortaleza del espíritu, y, sobre todo, porque el joven que no canta es
triste, enfermizo, rencoroso y descreído.
Por medio de los coros se
consigue inculcar en los camaradas cualidades tan necesarias en la vida
como saber fijar y mantener la atención, y la autodisciplina, además
de educar la voz y depurar el gusto musical (...)" [16].
Oportunamente se especifica
que no es lo mismo cantar que gritar, y que están equivocados los que
creen que se debe cantar a toda voz "para dar más fuerza de
expresión a la letra y mayor virilidad a la música", avisando del
ridículo en que se puede caer y, lo que es peor, en conseguir efectos
contrarios sobre los involuntarios oyentes. En los mismos aspectos se
incide en el "Trato Social" para Cadetes, del mismo Plan de
Formación [17], porque "esas manifestaciones del buen espíritu
juvenil pueden ser perjudiciales para el prestigio de la organización si
se manifiestan de una forma desagradable o molesta".
Nueve años mas tarde, el Plan
de formación de 1964, ya en la etapa de la OJE, especifica que no basta
con que se cante, es preciso que se cante bien [18] se insiste en que la
canción no es una actividad accesoria, sino que tiene , por sí valor
educativo, ya que la componen la música, (sustancia, latido), el ritmo, (
nervio), la letra, (mensaje), e, incluso la historia e la canción, como
elemento importante que enseñar. Por tanto, " la música como la
letra, forman el cuerpo de la canción, el mensaje es su alma" [19].
Finalmente, el Plan de Formación de 1973 es mucho más sistemático, al
desarrollar toda una didáctica de la canción (que se contemplará más
tarde), cuyo autor y recopilador es el O.I. Fernando Soto Campos. Como
dato anecdótico, se puede añadir que en "Mi Campamento", casi
obra póstuma de la Delegación de la Juventud, en su 2 ª edición de
1976, se dice que "cantar expresa alegría, optimismo, juventud,
vitalidad"; que "con las canciones rendimos culto a nuestra
patria, a nuestros sentimientos nobles, a nuestros ideales, a nuestras
esperanzas , y que "los coros, además, disciplinan nuestra
voluntad" [20]. Insiste también en los mismos aspectos de
educación, civismo, respeto y urbanidad que en Plan de Formación de
1955, de las ya lejanas FFJJ de F.
II. FILOSOFÍA DEL CANCIONERO DEL F. DE J.
Se trata ahora de esbozar unas
líneas generales del Cancionero desde el punto de vista de la
intencionalidad de los contenidos y de los aspectos pedagógicos en la
transmisión de los valores que éstos encierran, como soporte esencial
–como se ha indicado– en la creación de unos hábitos.
El abanico de variantes que
constituye este Cancionero es lo suficientemente amplio como para
imposibilitar un estudio fugaz, por lo que más tarde, tras una
clasificación de las canciones, profundizaremos en las canciones de
marcha más representativas, por entender que forman un gran apartado con
personalidad propia, por su contenido ideológico.
Este contenido, en esta
primera visión general, se limita a los grandes conceptos (Dios, España,
Justicia, Libertad, Caídos, Victoria...) o a lo meramente externo,
"consignas y símbolos" [21]; todo ello supone, con más o menos
fortuna según la canción y sus autores, una recreación de la poética
falangista. En unos casos, adoptará tintes de originalidad, cayendo otras
veces en el tópico. Especial interés tienen aquellas canciones que
insisten en aspectos más internos que exteriores, intentando ser
consignas de "estilo" más que proclamas políticas: invocación
al honor, el tema machadiano del "camino", la dificultad como
acicate personal, el servicio, la propia juventud, la "elegancia y el
rigor"... Evidentemente, el acento en estos aspectos pertenece a la
etapa OJE, sin que por ello esté ausente en canciones de épocas
anteriores. Si en éstas era creíble que se formaba parte de un
"orden nuevo", que se irían creando con un empuje a arriar las
velas: habrá que conformarse con encontrar ese orden nuevo en el interior
de cada cual...
De todas formas, la canción
transmite en un caso o en otro un mensaje que incidirá en lo íntimo
(forma de ser) o en la proyección colectiva, siempre desde la perspectiva
falangista. Coincidentes en este punto, veremos ahora dos enfoques
contradictorios, que intentan explicar por qué cantó el Frente de
Juventudes.
La primera es la de José de
Arriaca, que en 1967 permanece "inasequible al desaliento" (por
decirlo en la terminología nacionalsindicalista); para él, "la
Falange fue la flauta de Tirteo de la nueva España" [22]; la
Canción tuvo una intencionalidad claramente constructiva, de unidad y
resurgimiento por y para la "Revolución Nacional":
"La juventud reunida
en torno a una bandera y encuadrada en filas uniformes no puede cantar
más que al compás de su marcha al unísono, con canciones fuertes y
exponiendo las viejas ambiciones y deseos de renacimiento" [23].
Para este autor, las canciones
cumplen, además, una función instrumental: conseguir la disciplina y la
cohesión, como forma de superar el egoísmo individual. Por ello
transcribe el texto del periodista Enrique de Aguinaga:
"Junto a la hoguera,
en la caminata, o simplemente cara al sol, cantábamos a la Patria. La
canción es así pluralidad, es "nosotros". Y nosotros éramos
la juventud generosamente unida, sin distingos folklóricos, sin
reparaciones sociales... Todos contribuíamos a que una sola y fuerte
voz estremeciese los campos con el nombre de España y aquello otro que,
metido en el corazón y en la cabeza, se hacía fácil estrofa. En la
alegría de nuestras canciones hemos aprendido de memoria el orgullo de
la Patria" [24]
El otro enfoque, menos
poético y más crítico, es el del desengaño, transcurridos los años de
la mocedad. José Luis Alcocer nos dice que las canciones terminaron
siendo una forma de alienación y quién sabe si de manipulación, no por
quienes las cantaban, sino por quienes las jaleaban:
"Constituían una
afirmación de vida, pero también 1a instancia más grave para lograr
una alienación política importante (...). Cuando se grita no se
razona... Nosotros tampoco gritábamos; hacíamos algo peor: cantar y
creer en aquello que cantábamos. Cantar es una manera de desahogarse. Y
en eso se convirtió, al final, el Frente de Juventudes: en el desahogo
de la nostalgia por lo que no habíamos hecho (...). Acumulamos
demasiadas emociones. Quizás reflexionamos demasiado poco, llevados de
un extraño pudor de lealtad" [25].
He aquí la canción también
como la "válvula de escape", que decía el Plan de Formación
de 1955, pero esta vez como elemento sustitutorio de las realidades que la
sociedad de la época mostraba como contradicción al mensaje falangista
juvenil. Viene a decir que no importaba que unos jóvenes cantaran una
Revolución, si se imposibilitaba su realización por otra parte; quizás
por ello, corno se ha dicho, a partir de los años sesenta –momento en
que finaliza Alcocer su trabajo– las canciones adoptan una serie de
consignas más "posibilistas".
La coincidencia de ambos
autores –aparte del origen– es la intencionalidad recta de los que
cantaban. Así diría Alcocer que las canciones del Frente de Juventudes,
funcionaron en dos sentidos: como una voluntad de afirmación, sin duda. Y
como un deseo de conocer al propio pueblo, también" [26].
Afirmación, alienación,
catarsis, vehículo de unidad y disciplina..... Quizás todo ello fue la
canción en el Frente de Juventudes. Lo que es indiscutible es, como dice
Arriaca, que "Falange Española y su organización de Juventudes han
sido "Las instituciones modernas, y quizás las únicas en toda la
historia de España, que han alentado y promovido con mayor efectividad
que los españoles canten a la Patria y a sus héroes" [27].
III. DIDÁCTICA DE LA
CANCIÓN
Partiendo de la base de que la
canción era un medio formativo más, dentro de la formación indirecta,
se va a trazar su valoración, siguiendo las pautas de Fernando Soto
Campos [28]. Dice este autor que la formación activa o indirecta debe
basarse en la participación de los propios educandos; éstos deben saber
la técnica de la actividad, la práctica y la intencionalidad, con lo que
los resultados serán más efectivos; es necesario conocer la meta
educativa, a la que no se puede llegar por la casualidad; debe, pues,
saberse el "cómo" y el "para qué", en este caso del
hecho de cantar. Con ello también se evita la obligatoriedad, lo impuesto
porque sí, ya que "los conocimientos imbuidos por la fuerza embotan
la inteligencia y la sofocan. Es decir: mala pedagogía es la del
aburrimiento" [29].
Cantar es una actividad
formativa, y no un mero relleno del horario de un Campamento o Curso;
además –en la línea de todos los Planes de Formación estudiados–
cantar no es una actividad accesoria, sino fundamental.
-
Cómo se canta (técnica y
práctica de la canción): se destacan los elementos de la canción:
armonía, melodía, ritmo o compás toda canción es, en el fondo, una
"obra de arte". Desde un punto de vista técnico, la mejor
posición para cantar es de pie o sentado, con el tórax erguido y la
cabeza elevada; o bien andando, ya que la dinámica del paso ayuda a
mantener el ritmo; deben evitarse, en este caso, las aceleraciones en
las canciones de marcha, con lo que el ritmo se transforma en carrera.
En este tipo de canciones, los compases fuertes corresponden al pie
izquierdo, y los débiles al derecho; sabiéndolo se evita
"perder el compás" o "comerse los silencios".
Además, cantar marchando ayuda al ritmo respiratorio.
Es importante tener en
cuenta la vocalización; no se canta bien ni con los dientes
apretados, ni con la barbilla caída ni con la garganta bloqueada; hay
que evitar, asimismo, las distracciones. En el coro, las voces
resuenan armónicas, uniformes, moduladas, sin que ninguna destaque.
También hay que tener en cuenta la modulación, ya que hay partes de
la canción para cantarse fuertes y otras suaves, respetando los
silencios.
-
Qué se canta (el
mensaje): La música y la letra se complementan para conformar el
mensaje de la canción; la letra "materializa el mensaje",
la música "le infunde el énfasis de su cadencia, de su tono, de
su ritmo, de su intensidad’. Las canciones de Juventudes son, en
cuanto al mensaje: "lección de historia, exaltación
patriótica, consigna política, compromiso de honor, recuerdo a los
caídos..."
[30]. Hay que captar ese mensaje, interpretar el
texto en su conjunto, e incluso la historia de la canción y las
circunstancias en las que se compuso.
-
Para qué se canta
(intencionalidad): en primer lugar, porque las canciones comunican
"la verdad interior"; en segundo lugar, porque alguien las
escucha, y son convocatorias de "armonía y amistad"; en
tercer lugar, porque la canción "templa el espíritu de los
hombres y los hace recios en el afán de permanencia y de
conquista". En palabras de Unamuno: No hay doctrina más profunda
y luminosa que la que se ha cantado".
También se pueden
establecer –según Soto Campos– unos "objetivos
intencionales", que serían:
-
Ejercitar la atención.
-
Mejorar la
vocalización.
-
Educar el oído.
-
Ensanchar la cavidad
torácica.
-
Ensayar la convivencia.
Los cuatro primeros
objetivos pertenecerían al campo de lo fisiológico, mientras que el
quinto entraría en lo social: es el grupo el que canta; cada uno ha de
participar en la obra colectiva, en "armonizar" en el coro,
para obtener un "bien común", esto es, el resultado
apetecible de la canción. Soto también hace una interesante y curiosa
interpretación de que los pueblos nórdicos –más socializados–
acostumbran a cantar a coro, mientras que los del sur lo hacen
individualmente [31]
-
Comunicar el mensaje
juvenil.
Este sería el objetivo
propagandístico, específicamente político en lo doctrinal: atraer
simpatías, afiliados, comunicar cuál es verdaderamente la ideología
del grupo que canta, etc.
-
Método de aprendizaje de
las canciones: Las canciones podían enseñarse en los lugares más
dispares: en la hora de clase en el Campamento, sentados en el suelo
del pinar, en los bancos del comedor, en el Fuego de Campamentos, en
el transcurso de una reunión o de una marcha, etc. Desde un punto de
vista práctico, Soto propone un método elemental para aprender y
ensayar todo tipo de cantos:
-
Entregar la letra
escrita a cada participante.
-
Leer la canción y
explicar el mensaje.
-
El profesor la cantará
una o varias veces, para conseguir la primera impresión. O mejor,
disco o magnetofón.
-
Iniciar el ensayo
conjunto, estrofa por estrofa, corrigiendo defectos. Evitar el
cansancio.
-
Localizar y hacer callar
a los que desafinan inicialmente. Se sumarán más tarde.
-
Localizar a los que no
"entran" bien; que lo hagan al segundo a tercer verso
inicialmente.
-
Una vez aprendida la
canción, matizar el ritmo, los "fuertes" y
"planos", silencios, finales, etc.
IV. CLASIFICACIÓN DE LAS CANCIONES
Si bien la canción propia o
marcha es la característica del Frente de Juventudes, no se puede olvidar
que la institución, y sobre todo, sus movimientos juveniles, abarcaron un
gran repertorio de modalidades y temas. Algunos son difíciles de
clasificar, por pertenecer a varios géneros, pero se puede intentar una
aproximación [32]:
-
Las canciones religiosas,
incluidas al principio de la mayoría de cancioneros generales o de
actividad concreta; así, en el de 1947, se transcribe letra y música
de quince de ellas. Obviamente, se pueden seguir las variaciones
litúrgicas de la Iglesia a partir del Vaticano II observando como los
textos más tradicionales ("Cantemos al Amor de los Amores",
"De rodillas, Señor...", canciones en latín) dejan paso a
canciones más juveniles, similares a los de las entidades
específicamente religiosas. Quedaban reservadas para actos
litúrgicos, sin prodigarse en otras actividades.
-
Marchas e Himnos
militares: como detalle curioso se podría afirmar que se dedicó más
interés en el Frente de Juventudes al repertorio militar que en las
propias Unidades del Ejército (el motivo determinante puede ser el de
la voluntariedad) . Las más populares serían el Himno de la Academia
de Infantería y el de la Legión. También el de la Marina
"Soplen serenas las brisas... ") , con letra de José Mª
Pemán, y el de la Academia del Aire ("Sobre campos y
trincheras..."), con música de Torroba, que aparecen ya en los
cancioneros de 1942. Arriaca indica que en los primeros tiempos (etapa
bélica o posbélica) se produjo un transvase de canciones entre el
Frente de Juventudes y el Ejército; así, hay cancioneros militares
con canciones juveniles a las que se ha modificado la letra de
contenido específicamente falangista.
-
Regionales y populares: El
mérito mayor en el rescate del folklore nacional correspondió a la
Sección Femenina
[33], pero también el Frente de Juventudes
desarrolló labor en este sentido, al incluir canciones de todas las
regiones españolas en su Cancionero. En el repetidamente mencionado
"Manual del Jefe de Centuria", hay veintiocho canciones
pertenecientes a Navarra, León, Andalucía, Castilla, Aragón,
Cataluña, Murcia, etc.; como dato significativo, en el Programa de
Educación Musical 1943 y 1944 aparecen textos en vasco, catalán y
gallego.
-
El tema de la novia: Con
tono nostálgico y sentimental o con aire y ritmo de marcha, aparecen
innumerables canciones dedicadas a las chicas; unas de ellas de
inequívoca procedencia militar ("La Rubita", y
"Margarita", típicas de la IPS), otras de importación (la
desvergonzada "Madelón" o la evocadora "Lilí Marlén",
traída por los repatriados de la División Azul) , la relación
sería larga: "Ana Marí", "A cantar a una niña",
"Soledad", "Chaparrita", etc. siendo las
organizaciones del Frente de juventudes solamente masculinas, el valor
de este tipo de canciones es particularmente significativo. No
olvidemos tampoco que la primera estrofa del "Cara al Sol"
alude a la novia.
-
Festivas: desde el "Carrasclás"
al "Bakum", de procedencia bélica, hasta la tan extendida
"Un flecha en un Campamento", este repertorio abarcaba una
gran cantidad de temas: habaneras, canciones intrascendentes, estrofas
de tipo lúdico ("A la orilla del mar", "La Bella
Cuquí", "Cuando Fernando VII", etc.), servían para
los momentos de relajación y expansión alegre. No es extraño
encontrar versiones humorísticas de canciones de marcha ("Somos
héroes del mañana / llenos de fe y de ilusión...",
transformando en "Somos manadas de lobos / que vamos al
comedor...").
-
Canciones de Fuego de
Campamento: Si bien en los Fuegos y Veladas se cantaba de todo,
predominantemente lo festivo, existe un grupo especifico de canción
propia del ambiente nocturno, en torno a la hoguera, que va desde la
canción de ritmo lento ("Primavera"), el romance
tradicional o la divertida ("A mí me gusta el vino", "Desiderio"),
y toda la gama popular. Mención aparte merecen los "banes"
o "estribillos" para mostrar agrado y aplauso hacia el
actuante ("Bien por el chico, bien...") o desagrado y bronca
amistosa ("Date el bote, cara dura...").
-
Canciones de marcha,
peculiares de las organizaciones del Frente de Juventudes, que se
estudian a continuación con más detalle.
V.- ESTUDIO PORMENORIZADO DE ALGUNAS CANCIONES PROPIAS
El origen de las canciones de
marcha hay que buscarlo, lógicamente, en los grupos nacionalsindicalistas
primitivos que crearon, si no muchas, sí algunos cantos, de contenido
político y eminentemente juvenil, ya que estaban integrados
mayoritariamente por jóvenes. En la "Biografía apasionada de José
Antonio", de Felipe Ximénez de Sandoval [34], se estudia este
incipiente cancionero, que también se recoge en Arriaca [35]; no sólo
los temas, sino las propias canciones pasarán en su totalidad a las OO.JJ.
y al Frente de Juventudes, cantándose hasta en los últimos tiempos, si
bien, por supuesto, como ingrediente nostálgico más que como consigna
política eficaz.
La primera canción es la
denominada "Himno de las Falanges de Combate", más tarde
"Himno de las Viejas JONS" [36] , con letra de Juan Aparicio y
música de José Guerrero Fuensalida; aparecerá en el periódico "La
Conquista del Estado" de octubre de 1931, y algunas de sus estrofas
decían:
Juventudes de vida
española y de muerte española también, ha llegado otra vez la fortuna
de arriesgarse a luchar y a vencer.
Sobre un mundo cobarde y
avaro, sin justicia, belleza ni Dios, imponemos nosotros la garra del
Imperio solar español.
No más reyes de estirpe
extranjera, ni más hombres sin pan que comer; el trabajo será para
todos un derecho, más bien que un deber.
El pasado no es paso ni
traba, sino afán de emular lo mejor, viviremos la gesta del héroe con
orgullo, soberbia y valor.
Las ideas que contiene,
propias de la época, van a constituir más tarde el llamado
"componente jonsista":
-
Invocación a las
juventudes.
-
El mundo carece de
"justicia, belleza, Dios" y sólo la alternativa española
puede devolvérselos.
-
Los dos temas del
Nacionalsindicalismo –lo nacional y lo social– aparecen aquí en
la doble negación: "reyes de estirpe extranjera" (fijarse
en la fecha) y "hombres sin pan". Invocación social al
trabajo.
-
El pasado no como
inmovilismo de la tradición, sino para emularlo.
-
Lema jonsista: "no
parar hasta conquistar".
Su popularidad en las
organizaciones del Frente de Juventudes puede ser debida a dos causas:
carácter revolucionario inicial (lo que implicaba una continuidad deseada
por los muchachos y una aspiración "pendiente") y al leit
motiv antimonárquico, tan apreciado en aquellos momentos.
Otra canción de
"componente jonsista", mucho más popularizada incluso entre los
"encuadrados", fue "Isabel y Fernando"; se cantó
abundantemente en ambientes escolares, quizás porque su mensaje era menos
radical y más ambiguo. Su origen está en el periódico
"Libertad" de Valladolid (marzo de 1934), bajo el nombre de
"Himno de las JONS vallisoletanas" [37]; reaparece en
"Himnos y Canciones" de 1942. Sus temas específicos serían:
-
El reencuentro con la
propia historia nacional ("De Isabel y Fernando el espíritu
impera...").
-
La invocación a la
juventud (".. .cantemos el himno de la juventud...")
-
La idea de Justicia
("El sol, de justicia de una nueva era...").
-
El lema "no parar
hasta conquistar".
-
Simbología:
"bandera", "brazo extendido".
Estas canciones son
prefalangistas, es decir, anteriores a 1934 (4 de marzo, proclamación de
FE de las JONS) , quizás la última simultánea; inmediatamente
posteriores a esa fecha serían "Amanece para mí", que se
cantó por primera vez el 21 de enero de 1935 [38], con letra combativa
hacia el marxismo al que combaten "las milicias jonsistas";
siguen los símbolos originales de este grupo en la nueva Falange, y aquí
tienen su cabida (banderas rojas y negras, flechas yugadas) , y una
invocación a "la fe sindicalista nacional" que guía al
patriota; el tema poético del "amanecer" se adelantó al
"Cara al Sol".
También procede de estos
momentos el denominado "Himno de las Milicias Andaluzas de
Falange", que citan Sancho Dávila y Julián Pemartín en "Hacia
la historia de la Falange", libro desaparecido en nuestros días,
pero que menciona Ximénez de Sandoval en su "Biografía
Apasionada" [39]; quizás sea imposible reconocer su letra original y
los posteriores añadidos. Con ellos y otras variantes fue muy cantada en
las FFJJ y posteriormente (soto voce) en la OJE. Su transcripción
facilitará en entendimiento de su popularidad:
"Son las escuadras
de José Antonio las que tienen que triunfar; y triunfaremos e
implantaremos el Estado Sindical.
¡Viva! ¡Viva! la
Revolución! ¡Viva! ¡Viva! Falange de las JONS! ¡Fuera el capital!
¡Viva el Estado Sindical!
Que no queremos reyes
idiotas que no sepan gobernar; lo que queremos e implantaremos: el
Estado Sindical".
Al parecer, a partir de los
años cincuenta se le añadieron estrofas con la musiquilla del
"Romance de la Reina Mercedes", donde se contenían alusiones
poco respetuosas para los que "querían una corona...".
Punto y aparte merece la
canción "El camarada", más conocida por su primer verso
completo "Yo tenía un camarada", que se cantó
ininterrumpidamente desde los tiempos fundacionales hasta los últimos
tiempos de la OJE dependiente de la Delegación. Su origen es el
Romanticismo decimonónico alemán [40]. Se cantaron dos versiones
españolas, sobre la música y la traducción originales; al parecer el
estribillo es propiamente de Juventudes [41]:
"Yo tenía un
camarada, entre todos el mejor, siempre juntos caminábamos, siempre
juntos avanzábamos al redoble del tambor.
¡Gloria! ¡Gloria!
¡Gloria y Victoria! Con el cuerpo y con el alma, con las armas en la
mano, por la Patria.
Nuestros cantos de
guerra, el viento los lleva por ahí, en España empieza a amanecer.
Cerca suena una descarga,
-Va por ti o va por mi. Y a mis pies cayó herido el amigo más querido
en su faz la muerte vi.
(Gloria...!)
El me quiso dar la mano,
mientras yo el fusil cargué; Yo le quise dar la vida –Vete con Dios–
me decía; por España moriré.
Esta es, con variantes, la
versión más popular. Como se ve, los temas que contiene son:
Se cantaba o bien en forma
lenta y solemne, o bien en ritmo normal en los actos de Ofrenda a los
Caídos, en los Campamentos, ya en posición de "firmes" ya
desfilando [42].
El himno de Falange Española
–"Cara al Sol"– nutrirá de temas todo el cancionero de
Juventudes. En Arriaca se encuentran todas las referencias bibliográficas
de su composición; se cantó por primera vez el 2 de febrero de 1936, y
este autor lo compara, como himno de masas, a "La Marsellesa" y
a "La Internacional" [43] , si bien destaca algunas
características originales, que le confieren una personalidad
determinada, propia del "estilo" falangista; así, la ausencia
de odio o de una pura alusión al "enemigo" (también en esto
influirá sobre el Cancionero que nos ocupa). Sus ideas, en orden
progresivo, son la novia, la muerte como acto de servicio, los caídos
(que montan guardia en los "luceros" y están
"presentes" en el afán de los que viven) , el símil de la
primavera, y la dualidad victoria-paz. Está lleno de afortunadas
metáforas, elemento reconocido por ajenos a la ideología que representa.
El cancionero de las OOJJ, ya
en plena guerra, recoge todas las aportaciones que hemos ido señalando,
además del repertorio propio de la contienda civil, que será muy
importante en los primeros momentos, como las llamadas "Coplas de
guerra", estrofas de improvisación constante que llegaron hasta la
etapa OJE, o el "Alto, quién vive", de procedencia carlista con
retoques para adaptarlo a la simbología falangista. Hubo, además,
traducciones y adaptaciones –algunas de ellas poco afortunadas– de
himnos y canciones italianas y alemanas, pero la producción propia y
original no se detuvo ("Si un camarada falangista", "Flecha
y yugo de las JONS", "Somos flechas que siempre
llevamos"... etc., etc.); la "Canción del falangista"
mantiene el "componente jonsista" y alusiones a la guerra y a
José Antonio; fue también muy popular y tuvo la sorprendente variante de
ser grabada con voz de tenor en las estrofas, limitándose el coro al
estribillo, característica que quien escribe estas líneas no ha podido
encontrar en ninguna otra canción.
El himno de las Organizaciones
Juveniles, también llamado en los primeros momentos "Canción del
Flecha", y posteriormente himno del Frente de Juventudes hasta la
extinción de la Delegación en 1977, fue el "Prietas las
Filas":
"Prietas las filas
recias, marciales, nuestras escuadras van cara al mañana que nos
promete Patria, Justicia y Pan.
Mis camaradas fueron a
luchar, el gesto alegre y firme el ademán; la vida a España dieron al
morir, hoy Grande y Libre nace para mi.
Lánzate al cielo, flecha
de España, que un blanco has de encontrar; busca el Imperio que ha de
llevarte por cielo, tierra y mar.
Ya las banderas cantan
victoria al paso de la paz; y han florecido, rojas y frescas, las rosas
en mi haz.
La letra es de J. Villanueva y
la música de A. Cabanas; se puede ver a simple vista que recoge, hasta
textualmente, palabras del "Cara al Sol", del que se ha dicho
que es su "versión infantil" [44].
También se denominó
originalmente "Canción del Flecha" a una canción de Agustín
de Foxá, con un nuevo elemento de posguerra: el cambio del fusil por
"las escuelas y talleres"; surge así el tema de la
reconstrucción nacional, presente en varias canciones de la época. El
texto primitivo, citado por Sancho Dávila [45], dice así:
¡En pie, Flechas de
España; Falange es victoriosa. Dame el fusil, pequeño, que suena ya
una clara voz! Para que yo creciera, sobre una Patria hermosa, mis
hermanos mayores cayeron cara al sol.
Noble tierra española,
juro en tus primaveras que mi mano de niño, cansada de jugar, será
ancha, dura y fuerte, para clavar banderas en todas las montañas y
alzarlas sobre el mar.
Un día dejaremos la
madre y los amigos, cuando la Patria quiera y suene su tambor, y haremos
centinela en medio de los trigos para ganar valientes las batallas de
Dios.
¡En pie, Flechas de
España! ¡Arriba, camaradas! Escuelas y talleres tenemos que fundar en
un soto florido, al pie de las espadas, porque en la Patria joven ha
amanecido ya.
Nunca se llegó a cantar en el
Frente de Juventudes esta modalidad, sino una versión, refundiendo
estrofas y versos, más sencilla de aprender y de entonar.
El tema de la posguerra, el de
la reconstrucción, vendrá en muchas canciones a partir de este momento;
así, en la anónima "Al venir del Campamento", se propone
"sembrar paz y amor". Tomás Borrás, como letrista, y Federico
Moreno Torroba, como compositor, lanzan el "Himno del Trabajo",
que incluye aspectos doctrinales nacionalsindicalistas:
"Con el rumor de la
faena, ritmo febril de mi taller, formo el latido que da vida a una
nación que vuelve a ser.
Tiendo la vela de
aventura, que hay otro mundo que encontrar; siembro la flor junto a la
espiga y se hacen besos en mi hogar.
Soy nacionalsindicalista,
creo en las leyes del amor, ¡Basta de obrero envenenado y de patrón
explotador!
Soy la Falange del
trabajo, para que el bien triunfe del mal; soy la alegría y la justicia
y soy la España imperial.
Hay, curiosamente, escasas
canciones conmemorativas de episodios de la guerra ("Crucero
Baleares", "La batalla del Ebro", "Al Pe Pri"...),
y no se cantaron excesivamente en comparación con los otros temas; la
excepción seria la popular balada del "Alto de los Leones", que
se inspira claramente en el "Romance de Castilla en Armas" de
Federico de Urrutia [46]
"Los muchachos de
Castilla dejaron la mies dorada, y por los caminos blancos se fueron a
las montañas"
De la enorme producción de
1940 a 1945 destacaremos tan sólo algunas canciones representativas,
empezando por el archiconocido "Montañas Nevadas", himno de
montañeros del F. de J. [47]:
La mirada clara, lejos, y
la frente levantada, voy por rutas imperiales caminando hacia Dios.
Quiero levantar mi
Patria, un inmenso afán me empuja, poesía que promete, exigencia de mi
honor.
Montañas nevadas,
banderas al viento, el alma tranquila, yo sabré vencer.
Al cielo se alza la firme
promesa, hasta las estrellas que encienden mi fe.
José Antonio es mi guía
y bendice Dios mi esfuerzo; cinco flechas florecidas quieren alzarse
hasta el sol.
Renovando y construyendo,
forjaré la nueva historia de la entraña del pasado nace mi
Revolución.
Montañas nevadas...
Esta canción puede ser la
más representativa de la época. Aparte de la calidad poética de la
letra, su "mensaje" generacional podría ser:
-
Relación entre la
conducta y el estilo con el tema nacional (honor-alma tranquila-
mirada clara, por una parte, y "rutas imperiales" -levantar
mi Patria-, afán).
-
Componente jonsista:
"de la entraña del pasado nace mi Revolución".
"Renovando y construyendo".
-
Componente de posguerra:
reconstrucción ("levantar España").
-
"Imperativo poético’
("poesía que promete", "las estrellas encienden la
fe", "las flechas quieren alzarse hasta el sol").
-
Guía en José Antonio.
-
Símil realidad deportiva:
"montañas nevadas".
-
Invocación religiosa:
"Dios protege mi esfuerzo".
La figura de José Antonio
llenará ampliamente el Cancionero juvenil, manteniendo el tema del
"ausente", medio como acicate, medio como nostalgia de lo que
pudo haber sido y no fue, pero siempre proponiéndolo como modelo o
recuerdo.
"Juventud
española", "En marcha las Centurias", "Pequeños
Arqueros" (esta última de difícil interpretación, escasa letra y
exclusiva intención encomiástica hacia la figura de Franco) pertenecen a
esta época, pero mantuvieron su popularidad hasta la siguiente, debido a
las circunstancias nacionales; también el "Himno de la División
Azul", más conocido entre las Centurias juveniles que entre los
propios combatientes, al ser una canción conmemorativa [48], contiene
estrofas logradas ("Europa rompe albores", "vuelvan por mí
el martillo al taller, la hoz al trigal", "con humo de combate
yo retornaré"...). "Fidelidad", sobre una música alemana,
presentaba la curiosidad de repetir tres veces la estrofa (cantada,
silbada, tarareada) sobre un estribillo; anécdota significativa, que
recoge Alcocer [49] es la sustitución de la voz "Caudillo", en
la versión oficial, por "Falange", en muchas versiones reales.
El tema de la formación y la
captación aparece en "Llámame camarada" se considero como
"Himno" de las Escuelas de Mandos de las FFJJ de F.:
Cubre tu pecho de azul,
español, que hay un hueco en mi escuadra; pon cinco flechas en el
corazón, llámame camarada.
Te enseñaré una
soberbia canción de amor y de luceros; y marcharé junto a ti en
formación por el Campamento.
Ven a mi lado, que allá,
en tu tierra, cien camaradas nuevos esperan, para saber par ti, como
sabrán por mí, lo que tú y yo aprendemos aquí.
Cubre tu pecho de azul,
español, que hay un hueco en mi escuadra; pon cinco flechas en tu
corazón, que te llama la Patria.
La letra es de José Manuel
Cernuda y la música del Dr. Agustín Paíno Mendicoagne. Las ideas que se
contienen en ella son amplias:
El tema de Gibraltar surge
también en esta época; constituía la primera
"reivindicación" española, como promesa "imperial",
aunque no es desencaminado afirmar que también fuera utilizado como
"válvula de escape" y recurso fácil por parte de los jerarcas
del Régimen. El mencionado Paíno compone también "Gibraltar,
Gibraltar" ("Avanzada de nuestra nación..."), quizás la
más conseguida. Le seguirían "Nuevo Gibraltar" y "Hay una
madre que llora una pena...").
La etapa inmediatamente
siguiente es la del final de la II Guerra Mundial y el bloqueo; el tema
del Caudillo predomina, como consecuencia, en el cancionero ("Único
Capitán", "Tenemos un Caudillo"...). En "Juventudes,
juventudes", con letra del propio Elola, se dice que éstas son
"de Franco suprema ambición"; la canción tiene gran belleza
poética, y, desde el punto de vista del contenido, invoca los grades y
universales temas: Cristiandad, Hispanidad, Juventud.
Vuelve el "elemento
jonsista" en "A la voz del Capitán" [50] y, sin embargo,
no hay alusiones a Franco en el Himno de las Falanges Juveniles que
llevaban su nombre: "Marchan las nuevas juventudes", que
presenta musicalmente ciertas dificultades por sus cambios de melodía:
Marchan las nuevas
juventudes, sueñan con una España en pie , ¡será!; vienen por todos
los caminos para traer grandeza y libertad.
Ya la ventura está con
nuestra juventud para conseguir su sueño de triunfar, y, entre voces de
amor, cantando al caminar.
La Falange en sangre me
entregó su historia de guerra y de luz. Vuelven tras el laurel mis
pasos al compás.
Así marcharé gozoso de
arriesgar la vida cada vez de morir o triunfar.
A la mañana, al caminar,
se encienden mis flechas tras el ardiente afán de que la Historia gane
por mi fe tiempo de Imperio y luz de Hispanidad.
Y entre canciones, risas
y amor, la juventud hará crecer alegres abriles, en que el sol no se
vuelva a ocultar.
Ya la aventura está...
Marchan las nuevas
juventudes...
¡Gloria! ¡Siempre la
Historia es un quehacer de amor!
La letra es de Enrique Llovet
y la música del prolífico Juan Tellería. En cuanto al contenido, se ven
claros los siguientes temas generales:
-
La juventud es la
encargada de la Revolución.
-
Idea del amor como
quehacer.
-
Evocación de la Falange
primitiva, de la que las FFJJ son la continuidad.
La Academia "José
Antonio" tuvo su himno en "El Dardo", con letra del Oficial
Instructor poeta Daniel Pato Movilla [51] y música de Enrique Franco
Manera; se repite el tema del amor-misión, en la especial tarea del
hombre titulado en la Academia:
"El Dardo vivo de un
quehacer vuela rebelde y con fe, en limpia trayectoria azul llena de
paz, amor y luz.
A La semilla fértil del
amor que ha de verte en mi misión entre horizontes de canción,
signados de una fe una verdad.
La juventud de España ya
siente en su pecho que mi voz rasga la oscuridad. (...)
Ya desde las OOJJ, San
Fernando fue proclamado Patrón de las juventudes falangistas; ahora
surgirá su Himno ("Al son de una marcha triunfal...") , con el
tema del "amor-misión". Como se puede ver, los componentes
ideológicos de las canciones van poniendo énfasis en una serie de temas,
considerados como esenciales en la educación de la juventud encomendada
al Frente de Juventudes; obsérvese también La disonancia entre las
consignas de esta juventud y la realidad socio-política española.
A partir de la década de los
sesenta, se advierte la sensible evolución ya indicada en el Cancionero,
como reflejo de los objetivos más generales, menos ambiciosos y más
pragmáticos de la que será denominada "Delegación de
Juventudes", con su nueva organización juvenil (OJE) Así, la
canción "Pasa la juventud" sigue invocando a ésta, pero de
forma menos revolucionaria, aludiendo simplemente a "ser los primeros
si empezamos a cantar", "conocer la Patria", "alegres
marcharemos", etc. La "Canción del Cid" es una rara
avis en este momento, ya que mantiene los temas primitivos, con
indicaciones muy claras desde su comienzo con "Despierta,
España":
Los Tercios jóvenes de
la Falange han rescatado para la heroica empresa los guiones viejos, los
imperiales, la Patria y Revolución.
La metáfora de la mies se
contiene en esta canción ("el tiempo viene de abrirse al sol las
rubias mieses...") , como asimismo en "Caminos de mi
España" -con letra de José García Nieto- y otras varias. Muchas
son también las canciones de la Organización Juvenil Española, y se
cantaron en paridad de oportunidades con las más popularizadas de épocas
anteriores ("Montañas nevadas", "Llámame
camarada"...) , apareciendo ambos grupos en los Cancioneros editados
en la época. "Si madrugan los arqueros", "Vale Quien
Sirve", "Amadís" , "Doncel" [52]... son las más
conocidas, junto al "Desperta, ferro", que va a introducir el
tema y la "mística" almogávar en la OJE:
¡Desperta, ferro, la
espada junto al labio! ¡Desperta, ferro, la espada cara al sol! Soy
almogávar y soy doncel de España, es mi camino la senda del honor.
Como el acero se forja
nuestra estirpe, fuego en el alma y el sol en el mirar; va mantenida mi
idea con coraje, marca mi paso mi afán de caminar.
¡Desperta, ferro! , se
oye en mi Campamento. !Desperta, ferro!, es mi grito y señal. Soy
almogávar, me gusta lo difícil, mi senda pasa siempre por la Polar.
Nuevas escuadras salidas
con la aurora alzan sus brazos tendidos hacia el sol. ¡Despierta,
España, redobles de Justicia! ¡Despierta, España, a flor de mi
canción!
Los temas insisten en lo
interno ("forja" como el acero, la difícil senda del honor) y
lo externo (España, Justicia); la simbología falangista se mantiene:
"cara al sol", "alzan los brazos".
Muy significativa es
"Envío", soneto original del poeta Ángel María Pascual,
fallecido en la posguerra [53]; la letra es clarísima, con un mensaje
apto para la época en que se compuso y, mucho más, para la que se cantó
como canción; si entonces podía aplicarse a una minoría que se daba
cuenta de lo que iba a ocurrir, ahora casi será el himno de tres
generaciones completas [54]:
A ti, fiel camarada, que
padeces,
el cerco del olvido atormentado;
a ti, que gimes sin oír al lado
aquella voz segura de otras veces,
te envío mí dolor.
Si desfalleces,
del acoso de todos, y cansado
ves tu afán como un verso malogrado,
bebamos juntos en las mismas heces.
En tu propio solar
quedaste fuera,
del orbe de tus sueños hacen criba.
Pero allí donde estés, cree y espera.
El cielo es limpio, y en
sus bordes liba
claros vinos de alba Primavera.
Pon tus ojos, arriba,
¡siempre arriba!
Como se ve, el desaliento del
joven falangista, que es arrojado de "su propio solar", al que
se le rompen todos los sueños, sólo tiene, como única solución, la
hermandad en la tristeza y la esperanza en lo que sigue siendo limpio: el
cielo. Se cantaba con ritmo lento y con muchos silencios entre conceptos;
aparece así el tema de la decepción, que se trataba irónicamente en
apartados concretos del Cancionero ("Cuando Falange con rumbo a Rusia
partió /... si sé que va a pasar esto/ a mí no me ven por aquí",
de la década de los 50).
También en la época de OJE
hay un intento por cambiar el ritmo de las canciones, tradicionalmente de
paso de marcha; surgirán así la "Canción de la Hermana
Mañana", "Canción de la Hermana Lluvia", "Canción
del Hermano Fuego" y "Canción de la Hermana Noche", con
letras eminentemente poéticas, sin que se omita la aspiración juvenil de
España. Se redujo su canto a los Fuegos de Campamento, pero no gozaron de
excesiva popularidad; eran Canciones más para ser oídas que para ser
cantadas.
En la década de los setenta
aún surgirán nuevas canciones ("Si conoces el camino",
"Si no puedes tú solo", etc.) [55], que no alcanzaron tampoco
mucha popularidad, ya que las Unidades de OJE seguían cantando las
primitivas canciones del principio de los sesenta y las tradicionales de
las Falanges Juveniles, el empecinamiento era, más bien, en esta época,
rebeldía o nostalgia.
La Delegación Nacional de la
Juventud pone en circulación, en 1975, dos canciones de letra -en mi
opinión- muy significativas; su ritmo es moderno, alejado de redobles de
tambor. Se trata de "Nunca estaremos solos si cantamos" y
"En las calles de cualquier ciudad"; evidentemente, no eran para
ser cantadas en desfiles, no con aires triunfales [56]:
"Nunca estaremos
solos si cantamos, jamás cantaron bien voces cansadas, juntemos hoy las
nuestras reposadas, que es hora de saber a dónde vamos.
Debemos siempre ver
nuestros veranos con esta luz que nunca olvidaremos, la luz siempre es
la misma, no cambiemos, que es hora de saber a dónde vamos. "
El "que es hora de saber
a dónde vamos" formulado en 1975 no deja de tener su ingenuo
encanto; ahora bien, "la luz siempre es la misma, no cambiemos",
pretende quizás mantener la esperanza y la difícil unidad. Esperanza que
se convierte en consigna:
"No ha de tardar el
día que esperamos, el día que entre todos alumbraremos, cuando entre
tanto sol nos encontremos"
Desde el punto de vista
poético, hay una alusión a los versos inmortales de Ronsard y Garcilaso,
en la tercera estrofa ("Vendremos a estos pueblos que hoy pisamos! a
recoger más viejos nuestras rosas...") de gran belleza formal.
Más sintomática es, aun, la
letra de la otra canción:
"No temamos porque
el invierno nos separe con frialdad, ya sabremos reconocernos en las
calles de cualquier ciudad.
Nuestras señas están
bien claras, no nos podemos equivocar; que se note en nuestras caras la
fuerza que da la lealtad.
No temamos que al
apagarse nuestro cielo azul no brille más, despedirse no es separarse,
cuando hay fe es juntarse un poco mas.
Cuando duelan tantos
caminos, sangres nuevas nos ayudarán a empujarnos hacia el destino,
nuestras voces siempre cantarán. (. ..) "
Al igual que la anterior, una
letra aparentemente incolora nos está transmitiendo un
"mensaje" de indudable contenido ideológico:
"invierno", "frialdad", "lealtad",
"apagarse... el cielo azul", "sangres nuevas", etc.
¿A quién iban dirigidas estas canciones? En 1975-76, la Delegación de
la Juventud había alcanzado su mayor cima de neutralidad política,
adquiriendo un aspecto funcional técnico como nunca lo había tenido; la
propia Organización Juvenil Española adoptaba un camino despolitizado
evidente [57]. Parece un mensaje destinado, crípticamente, a quienes van
a experimentar la transición política en el naufragio de sus ilusiones.
VI. CONCLUSIONES PROVISIONALES DEL CAPITULO
-
El Frente de Juventudes,
especialmente sus organizaciones voluntarias, desarrolló
abundantemente una "pedagogía de la canción", tanto en sus
contenidos como en su didáctica, dándole una intencionalidad de
transmisión de ideas y, a la vez, instrumenta como vehículo de
unidad y disciplina personal y grupal.
-
Se entendió, así, la
canción, como medio pedagógico, y no meramente accesorio sino
esencial, dándole un papel destacado en todos los Planes de
Formación.
-
La elaboración de
canciones fue constante, desde los primeros tiempos de las OOJJ hasta
el desmantelamiento de la Delegación de la Juventud. Ello ha dejado
un cancionero muy abundante. Se destacan canciones de gran belleza
musical y contenido poético.
-
La intencionalidad es,
fundamentalmente, nacional e ideológica, según los propios fines de
la Institución. Junto a las canciones propias o "de marcha"
existe también un amplio repertorio popular, regional, recreativo y
juvenil.
-
Las canciones de mensaje
ideológico –"marchas"– tienen un contenido
inequívocamente nacionalsindicalista, con los elementos yuxtapuestos
ya indicados al estudiar el marco ideológico del Frente de
Juventudes.
-
Las características
formales del Cancionero de Juventudes serían:
-
Predominio del ritmo de
paso de marcha, propio de canciones de desfile, acorde con la
tónica castrense.
-
Algunas "marchas
lentas", de aire solemne.
-
Asimismo, bastantes
canciones de "animación", propias de Fuegos de Campamento
o de momentos de diversión o relajamiento.
-
Rescate del folklore
popular de todas las regiones españolas.
-
En la etapa OJE,
aparecen canciones en que ha desaparecido el ritmo militar, más
asimiladas al aire de una canción "scout", si bien los
contenidos son los propios de Juventudes.
-
Tardía aparición de
canciones de "ritmo moderno".
-
Las características de
contenido serian:
-
Mensajes de tipo
nacional e ideológico falangista, adaptados a cada circunstancia
política.
-
Se observan bloques de
contenido, según las épocas ("elemento jonsista",
"tema de la reconstrucción nacional",
"Caudillo", etc.).
-
Existen unas constantes
a lo largo de las diferentes etapas, que pueden centrarse en el
estilo propio, las virtudes humanas del joven afiliado, España, la
preocupación por la Justicia y la idea de cohesión y unidad.
NOTAS
-
[1] H.
Manuel Rodríguez. CANCIONERO JUVENIL. 1947 (1ª Ed.).(Pág. 11).
-
[2] Idem.
-
[3]
Césareo Jarabo Jordán. LOS CAMPAMENTOS DEL FRENTE DE JUVENTUDES.
Tesina de Licenciatura. Barcelona. (Pág. 114).
-
[4] Idem.
-
[5] José de Arriaca.
CANCIONERO DE JUVENTUDES. Ed. Doncel. 1967.
-
[6] Citado por C. Jarabo.
Ob. cit. (Pág: 114).
-
[7] A alguno de estos
cancioneros he tenido acceso por gentileza de personas entrevistadas,
y me han sido mostrados con la reverencia del que maneja un incunable.
-
[8] Sancho Dávila. Ob.
cit. (Págs. 143-144).
-
[9] Boletín del
Movimiento. N2 8. 15-11-37. Citado por Sáez Marín en "Frente de
Juventudes Políticas de Juventud para la España de la
posguerra" (Pág. 41).
-
[10] Sancho Dávila. Ob.
cit. (Pág. 187).
-
[11] Instrucción de
20-2-42. Bol. del Movimiento nº 140.
-
[12] MANUAL DEL JEFE DE
CENTURIA. (Pág. 421).
-
[13] MANUAL DE
CAMPAMENTOS. 1945. (Pág. 223).
-
[14] TRATO SOCIAL.
FLECHAS. 1955.
-
[15] Verso textual de la
canción "Juventudes, juventudes", cuya letra es de José
Antonio Elola-Olaso. (Cancionero citado de 1947. Página 137).
-
[16] TRATO SOCIAL FLECHAS.
(Pág. 87).
-
[17] Idem, y TRATO SOCIAL
CADETES. (Pág. 87).
-
[18] Plan de Formación
OJE. 1964. Ed, Doncel (Pág. 92).
-
[19] Idem. (Pág. 94).
-
[20] Alfonso Ferrer. MI
CAMPAMENTO. Ed. Doncel. (Pág. 101).
-
[21] Arriaca. Ob. cit.
(Pág. 13).
-
[22] Idem. (Pág. 9)
-
[23] Idem. (Pág. 10).
-
[24] E. de Aguinaga.
"Arriba" 30-5-50. Citado por Arriaca. (Pág. 10).
-
[25] José Luis Alcocer.
RADIOGRAFIA DE UN FRAUDE. (Pág. 169).
-
[26] Idem. (Pág. 197).
-
[27] Arriaca. Ob. cit.
(Pág. 10).
-
[28] Fernando Soto Campos.
Artículo "Canciones" en revista "Mástil" de
junio de 1969. Pág. 37 a 40. También GRADO-CADETES (1973) Págs.
-
79-83.
-
[29] Idem.
-
[30] GRADO-CADETES. OJE
1973. (Pág. 80).
-
[31] Pilar Primo de
Rivera, en el prólogo del Cancionero de la Sección Femenina de 1953,
dice: "Cuando se unan cincuenta o sesenta mil personas para
cantar una misma canción, entonces si que habremos conseguido la
unidad entre los hombres y entre las tierras de España".
-
[32] Los títulos y
contenidos de canciones más conocidas, así como su catalogación, se
han ido señalando o por su situación en Cancioneros que los agrupan
por temas (véase el de 1947, por ejemplo) o por indicaciones de
personas entrevistadas.
-
[33] Cesario Jarabo.
Tesina citada. (Pág. 129).
-
[34] Felipe Ximénez de
Sandoval. BIOGRAFIA APASIONADA DE JOSE ANTONIO. 4ª ed. Ed. Bullón.
1963. (Págs. 192-193).
-
[35] Arriaca. Ob. cit.
(Págs. 19 a 34).
-
[36] Según CANCIONERO OJE
1962 y "Marchas y Montañismo" de 1943. Citado también en
"LA ESPAÑA DE AYER" de Víctor Fragoso del Toro (ed. de
1955. Tomo 1. Págs. 375-376) y por David Jato en LA REBELIÓN DE LOS
ESTUDIANTES. Ed. de 1968. (Pág 181).
-
[37] Arriaca. Ob. cit.
(Pág. 23).
-
[38] Idem. (Pág. 26).
-
[39] Ximenez de Sandoval.
Ob. cit. (Pág. 399).
-
[40] Música de F. Silcher
(1825) y letra de Johann Ludwig Uhland (1787- 1862). Citado por
Arriaca. (Págs. 26 y 27).
-
[41] Indudablemente,
Federico de Urrutia se inspira en esta canción para su
"Balada de los Cuatro Camaradas" (POEMAS DE LA FALANGE
ETERNA. Ed. Aldus. 1938. Págs. 13 y 14.
-
[42] Explicación en
entrevistas sostenidas.
-
[43] Arriaca. (Pág. 28).
-
[44] Idem. (Pág. 74).
-
[45] Sancho Dávila. Ob.
cit. (Pág. 173).
-
[46] F. de Urrutia. Ob.
cit. (Págs. 27 a la 30).
-
[47] Letra de Pilar
García Noreña y música de Enrique Franco Manera. (Arriaca).
-
[48] Según José L.
Alcocer (Ob. cit. Pág: 170) no era conocido por la mayoría de los
combatientes de esta Unidad, y añade: "Una cosa que no dejaba de
llamarnos la atención era la diferencia existente entre nuestra
proclividad hacia las canciones –la de los afiliados a las FFJJ– y
la nula sensibilidad que hacia ellas tenían los mayores".
-
[49] José L. Alcocer. Ob.
oit. (Pág. 184).
-
[50] Letra del
catedrático Alonso del Real y música de Tellería (Arriaca).
-
[51] En 1976 escribe
"HOMENAJE AL RECUERDO", librillo de poemas que viene a ser
el testamento poético de la organización. (Editado en Valladolid por
la Delegación de la Juventud).
-
[52] Los nombres de
Francisco Riego Gómez, Adriano Gómez Molina, en la letra, y Marciano
Cuesta Polo, en la música, se repiten en esta época en muchas
canciones (Arriaca).
-
[53] Ver "ESCRITORES
FALANGISTAS" ( II Tomo). Pág. 67. Javier Onrubia Revuelta. Ed.
Fondo de Estudios Sociales. Madrid 1982.
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[54] La OJE posterior a
1976 lo ha asumido como himno, en sustitución del "Prietas las
Filas". (Entrevistas).
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[55] Revista
"Mástil" de octubre de 1970. (Págs. 28 y 29)
-
[56] Letra y música de
Juan Darnal. Editado por Doncel. CJ/1007. 1975.
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[57] Por esta época se
suprime la camisa azul en los grados mayores y se "podan"
las crucetas de los mástiles campamentales, para que, en lugar de las
tres banderas habituales (Nacional, Falangista, Requeté) , icen sólo
la nacional. (Entrevistas)
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