Por España y el Imperio,
a luchar con fe salí,
y esta tarde cinco balas
me han herido y no me fui.
Por España y el Imperio
a luchar con fe salí,
y un beso me dio mi madre
al despedirse de mí.
Desde entonces, yo soñaba
un lucero para mí,
un lucero qrande y mío
que está allí.
Lucero que no se apaga
y que me mira entre mil;
lucero que está tan lejos,
que no alcanzo desde aquí.
Lucero que me esperaba
y al que quería subir;
lucero que está tan alto,
que no alcanzo desde aquí.
Como cinco flechas, tengo
cinco heridas de carmín,
que esta tarde, cinco balas
me han herido y no me fui.