Otra
vez la tierra sacudida,
nos convoca camaradas,
bajo los robles de la Patria;
si todo tiembla en el mundo,
salvemos nuestra estirpe.
El
alto monte será trinchera enamorada
de su ardiente sangre falangista.
Ven
con nosotros, español,
andemos juntos los caminos
predicando la Revolución;
y cuando España sea una nación
de justicia y paz,
y
los hombres redimidos
sigan con antorchas nuestra marcha,
iluminando su nueva libertad,
izaremos en un olmo la bandera
y hablaremos del mar.
Déjame
un hueco en tus filas azules,
dame tu paso, dame tu canción,
dame tu fe para vencer.