EPISTOLARIO (1925-1936). I
A RAMÓN SERRANO SUÑER
1925?
"Tengo una clientela de locos que apenas dejan dinero. Pero
estoy contento, y los prefiero, desde luego, a los excesivamente
cuerdos, a quienes tengo que echar del despacho cuando se muestran
extrañados de que no me ponga de parte de la iniquidad."
Fragmento de una carta de José Antonio a su compañero de estudios
Ramón Serrano Súñer.
A JUAN G. LAZARO
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Abogado
Los Madrazo, 26
MADRID
Madrid, 26 de agosto de 1925.
Señor don Juan G. Lázaro:
MUY señor mío: Recibí su carta del 15 preguntando si puede
solicitar unas secretarías de Ayuntamiento que hay vacantes. Yo creo
que sí (siempre que reúna las condiciones precisas), pues su temor
de que haya compromiso adquirido no debe preocuparle. Justamente el
Directorio ha venido a sustituir el sistema de los compromisos y las
recomendaciones, por el de la recta aplicación del Derecho.
Suyo affmo., q. e. s. m.,
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
P.D.–16 de octubre de 1925.
Le devuelvo su carta, según me pide en la suya del 5.
Vaya tranquilo al concurso, seguro de que no le harán injusticias;
pero yo no puedo recomendarle, porque eso sería ya una injusticia
contra los demás aspirantes (1).
_______
(1) El facsímil de esta respuesta con postdata fue
reproducido por primera vez por Angel Ruiz Ayúcar: "José
Antonio y el sentido de la justicia", en la revista de la
Sección Femenina, Teresa, número de noviembre de 1963.
A JUAN NOTARIO CÁNOVAS
Madrid, ¿25 de septiembre de 1925?
Estimado Notario:
Recibí su carta y agradezco mucho que se acuerde usted todavía de
nosotros. Debía haberle contestado antes, pero no me ha sido posible,
porque estoy ahora de lleno en mi servicio militar y no tengo momento
libre (1).
Recuerdos de los de casa y saludos para usted de su aftmo.,
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Tarjeta que José Antonio envió al antiguo asistente de su padre,
Juan Notario Cánovas, residente en Facinas, provincia de Cádiz.
Notario fue asistente de don Miguel Primo de Rivera en 1915.
________
(1) José Antonio prestaba entonces servicio en el Regimiento
de Húsares de la Princesa, de Madrid. Su servicio militar tuvo una
primera etapa en Barcelona, como voluntario del. Regimiento de
Dragones de Santiago.
A MERCEDES DIEZ Y DE ZURITA
Madrid, 21 de julio de 1926.
Querida Nena:
No creas que he olvidado tu encargo; lo que es que no he querido
enviarlo a Jerez con un cosario por temor a que se perdiese, y he
preferido esperar que alguien se fuera y lo llevase. Mañana sale para
Jerez Julián Pemartín y se lo encargaré.
Haz el favor de saludar muy afectuosamente de mi parte a todos los
de tu casa, y cree que es siempre tu buen amigo,
JOSÉ ANTONIO
El sobre dice: Francia. Mlle. Mercedes Diez. 16 Avenue Frieland.
París. La carta está escrita en pliego sin membrete de 202 mm.
de altura y 312 mm. de ancho y orla de luto de 12 mm. El sobre lleva
orla de luto de 12 mm.
Colección Julián Pemartín.
INSTANCIA DE DON JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA A S.
M. DON ALFONSO XIII, SOLICITANDO LA MERCED DEL HÁBITO DE LA ORDEN DE
SANTIAGO
A. 4.247.356 X Presento Cédula clase 10, nº 11.561. Madrid, 10 de
mayo de 1927.
Señor:
José Antonio Primo de Rivera Sáenz de Heredia, Orbaneja y Suárez
Argudín, natural de Madrid, de veinticinco años de edad,
Gentilhombre de Vuestra Cámara con ejercicio y servidumbre, abogado
del Ilustre Colegio de esta Corte y Alférez de Complemento del Arma
de Caballería, con el más profundo respeto,
Suplica a V. M. que, previos todos los requisitos y pruebas
necesarias, se digne hacerle merced del hábito de la Orden de
Santiago. Gracias que espera alcanzar de Vuestra Majestad, cuya vida
guarde Dios muchos años.
Madrid, veintisiete de febrero de mil novecientos veintiocho.
Señor a L. R. P. de V. M.
José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia (1).
____________
(1) Vicente de Cadenas y Vicent: "El Marquesado de
Estella, el Condado de San Fernando de la Unión y el Ducado de Primo
de Rivera", en Madrid. Aparte de la revista Hidalguía,
septiembre–octubre de 1955. Número extraordinario con motivo del
III Congreso Internacional de Genealogía y Heráldica. Una gacetilla
de los periódicos, de fecha 27 de junio de 1930, daba cuenta de que
en los Comendadores de Santiago, histórico templo enclavado en la
calle de Quiñones, tuvo lugar la ceremonia de vestir el hábito de la
ínclita y militar Orden de Caballeros de Santiago. El Capítulo lo
presidió él Infante Fernando de Baviera y en su transcurso tuvo
lugar el Cruzamiento de José Antonio, Miguel y Fernando Primo de
Rivera y Sáenz de Heredia. José Antonio fue apadrinado por don Juan
Laygorri.
A DESIDERIO GUTIÉRREZ
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Abogado
Los Madrazo, 26
MADRID
Teléfono 54145
26 de febrero de 1928
Sr. Alcalde de
San Cebrián de Mazote.– Valladolid.
Mi distinguido Sr. Alcalde:
El estudio de los documentos que me dejaron ustedes aquí me ha
producido una impresión sumamente favorable; tanto, que sin pérdida
de tiempo le ruego haga las siguientes cosas:
1º. Convocar tan pronto como reciba esta carta al Ayuntamiento en
pleno, y, si no es materialmente posible, a la Comisión Permanente.
2º. Someter a su consideración, pira cumplir el artículo 156 del
Estatuto municipal, el dictamen que le envío. (No es un dictamen
definitivo, sino sólo para cumplir esta formalidad legal.)
3º. Que se levante acta del acuerdo en la forma cuyo borrador
también le envío, y que el Secretario extienda testimonio del
acuerdo íntegro, incluso el dictamen.
4º. Presentar al Juzgado municipal con dos copias, el escrito que
también le mando modelo.
5º. En cuanto le den el exhorto, hacerlo cumplimentar en el
Juzgado municipal de Tiedra (si la propietaria del monte es ahora
vecina de otro pueblo, ponga usted en el escrito el que sea, en lugar
del que he puesto yo).
6º. Acuda usted al acto de conciliación, haga que se transcriba
íntegramente en el acta el testimonio del acuerdo del Ayuntamiento y
alegue usted como fundamentos de la petición "que el derecho de
los pueblos fue reconocido y declarado por una ejecutoria de 1544 y
por otras posteriores, y que el causante de la actual propietaria le
constaba por el Registro de la Propiedad y por haber estado
ejercitándose hasta hace pocos años". Procure que tomen sus
palabras así en el acta.
7º. Pida y mándeme testimonio del acta de conciliación.
Un día que se pierda en todo esto puede ser decisivo, pues el
único peligro grave que veo para el derecho de esos vecinos es que se
cumplan veinte años de desuso de su derecho. Por lo demás, me parece
verlo todo con una claridad que me da verdadera alegría, y a pesar de
que todavía no he formado juicio del todo, no quiero ocultarles esta
buena impresión, ni mucho menos retrasar la celebración de un acto
conciliatorio, que puede ser decisivo y que en ningún caso compromete
a nada.
A reserva de volver a escribirle pronto con más completos
fundamentos, para no retrasar ahora la salida de esta carta, queda
esperando con impaciencia su contestación su aftmo. amigo y s. s. q.
e. s. m.,
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Firmado y rubricado
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Abogado
Los Madrazo, 26
MADRID
Teléfono 54145
14 de marzo de 1928
Mi distinguido Sr. Alcalde:
Recibo su carta con el dictamen del señor Monsalve, que encuentro
muy acertado. Antes de nada debo insistir en que el yo le mandé no es
todavía un dictamen definitivo, sino únicamente una fórmula de
dictamen para cumplir la formalidad que exige el artículo 156 del
Estatuto municipal En el caso de que conviniera emprender el pleito, y
que como requisito previo hubiese de oír el Ayuntamiento dos
dictámenes de Letrados, yo tendría mucho gusto en darle el mío por
extenso y debidamente fundamentado.
Lo que interesa dejar probado en forma es que hace menos de veinte
años que dejó de usarse la servidumbre; y como los veinte años
deben de estar para cumplirse, es por lo que le encargué con urgencia
que celebrasen el acto de conciliación. El haberlo celebrado en julio
no sirve de nada, pues la Ley exige para que el acto de conciliación
interrumpa la prescripción empezada que se presente la demanda dentro
dé los dos meses siguientes a la celebración de aquel acto (art.
1.947 del Código civil.) De manera que considero indispensable
promover en todo caso un nuevo acto de conciliación, y así por un
lapso interrumpiríamos la prescripción y por otro lado tendríamos
dos meses para estudiar las posibilidades del pleito.
Me contraría la noticia de que en 1907 ya se habían dejado de
usar los pastos por parte del pueblo. Si esto es así, se nos viene
abajo la base de derecho más firme. Haga el favor de indagar bien y
vea si queda algún rastro de ejercicio del derecho dentro de los
veinte años últimos.
Esperando su contestación se reitera suyo aftmo. amigo y s. s. q.
e. s. m.,
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Firmado y rubricado
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Abogado
Los Madrazo, 26
MADRID
Teléfono 54145
22 de junio de 1928
Sr. D. Desiderio Gutiérrez.
Alcalde de
San Cebrián de Mazote.– Valladolid.
Mi distinguido amigo:
Contesto a su carta del día 12 para exponerle definitivamente mi
opinión sobre las cuestiones de derecho que tuvieron la amabilidad de
consultarme.
He leído el dictamen del Abogado de Valladolid señor Monsalve, y
en lo sustancial estoy de acuerdo con él. Falta, efectivamente, una
prueba decisiva del dominio que ustedes alegan sobre el suelo del
monte, puesto que no se encuentra la ejecutoria de 1805. Y además, la
acción para exigir el reconocimiento de ese dominio tiene que haber
prescrito ya. No prescribiría efectivamente, como dice el señor
Monsalve, si se tratara de una copropiedad, ya que la acción
"communi dividundo" es imprescriptible. Pero en este caso no
hay, a mi juicio, copropiedad: en la copropiedad las partes
intelectuales de cada condueño son cualitativamente idénticas,
mientras que en esta suerte de propiedad dividida, que aquí se alega
(suelo de uno, vuelo de otro) no sólo son diferentes los derechos en
su contenido, sino en la base material, exterior, donde se apoyan.
En cuanto al derecho de pastos considerado como gravamen de la
finca, tiene que haberse extinguido si, como dice usted, hace más de
veinte años que no se usa (art. 546, núm. 2º del Código civil).
Es una pena que se dé esta circunstancia, porque de no ser así,
ni el amparo del Registro ni la prescripción adquisitiva hubieran
investido a la actual propietaria del dominio sobre los pastos.
Efectivamente, el Registro no ampara sino a los terceros de buena
fe, y no tienen tal consideración, según copiosísima
jurisprudencia, los que por el propio Registro conocían el gravamen,
ni los causahabientes de los mismos. El Registro de la Propiedad, en
sus inscripciones primera a cuarta, en las que figura la propiedad del
monte inscrita a nombre de la casa de Alba, menciona el gravamen de
pastos en provecho del pueblo de San Cebrián. Al causarse la
inscripción sexta (1886) para asentar al mismo tiempo la transmisión
del dominio de la finca al entonces Duque de Alba y su compra por don
Hermenegildo Alonso y Alvarez, se hizo una larga explicación,
desfigurando lo que proclama la ejecutoria de 1544, para llegar a la
conclusión de que el gravamen a favor de los pueblos no existía.
Pero esta declaración puramente unilateral y sin intervención de los
pueblos favorecidos por el gravamen no puede extirpar el derecho de
éstos. Y, en cambio, don Hermenegildo Alonso, que en la inscripción
"inmediatamente" anterior a la suya encontró la mención
del derecho a favor de los pueblos, no pudo alegar la condición de
tercero ignorante de la carga ni transmitirla a su heredera la
propiedad actual.
En cuanto a la prescripción adquisitiva, que hubiera podido
incorporar a la propiedad del inmueble el derecho sobre los pastos,
tenía que haber sido la extraordinaria necesariamente, con treinta
años de duración, y ese lapso, al parecer, no ha corrido. La
prescripción ordinaria de diez años entre presentes requiere buena
fe y justo título (art. 1.904 del Código civil). El justo título es
"el que legalmente baste para transferir el dominio o derecho
real de cuya prescripción se trate" (art. 1.952) y "ha de
ser verdadero y válida" (art. 1.953). Y no es justo título el
de transmisión por el Duque de Alba a don Hermenegildo Alonso, ya que
el Duque de Alba, según el estado del Registro vigente a la sazón,
no tenía la propiedad libre del monte, sino la propiedad limitada por
el gravamen a favor del pueblo. Nadie puede transmitir más que lo que
tiene, y por lo tanto, el Duque de Alba sólo pudo transmitir la
propiedad limitada. El comprador lo sabía, puesto que la inscripción
inmediatamente anterior a la de su título lo proclama así. Luego no
tuvo título bastante para adquirir la propiedad entera.
Por todas estas razones, y una vez que parece seguro que no han
pasado treinta años desde que los dueños del monte vienen poseyendo
los pastos como suyos, sólo por la prescripción extintiva del
artículo 546, número 2º del Código civil, puede haber perdido el
pueblo su derecho sobre los pastos. Pero si de veras han pasado veinte
años ya desde que se usan, me parece imposible recuperarlos, puesto
que sólo a título de servidumbre y no de propiedad podrían
exigirse.
Siento haber llegado a esta conclusión en un estudio que tan
optimistas esperanzas me hizo concebir al principio, pero considero
que debo decirles la verdad. Tal vez si aparecieran documentos más
decisivos pudiera cambiar de criterio. La ejecutoria y demás papeles
que me entregaron los tengo a su disposición. Ustedes me dirán cómo
enviárselos.
Celebro mucho haber tenido esta ocasión de entrar en comunicación
con ustedes y se reitera suyo aftmo. y s. s. q. e. s. rn.,
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Firmado y rubricado
Las tres piezas de dictamen jurídico que tienen como destinatario
al señor don Desiderio Gutiérrez, Alcalde de San Cebrián de Mazote,
Valladolid, y que patentizan la actuación de José Antonio como
abogado de consulta, fueron obtenidas por deferencia del camarada
Narciso García Sánchez, de la Vieja Guardia vallisoletana.
A PASCUAL RUIZ SALINAS
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Abogado
Los Madrazo, 26
MADRID
Teléfono 54145
Madrid, 10 de noviembre de 1928.
Sr. D. Pascual Ruiz Salinas.
Juez de Primera Instancia de Almagro.
Querido Pascual: Recibo tu carta y me apresuro a ratificar por
escrito cuanto te dije de palabra el día que tuve el gusto de verte.
Puedes decir en todas partes que esa gente que alardea en Almagro
de amistad conmtigo y consecuente influencia es para mí desconocida
hasta el nombre. Aunque la conociera, me guardaría muy bien, como me
guardo siempre, de hacer la menor indicación o recomendación a
jueces ni magistrados. Pero en el caso presente, no sólo me ofenden
quienes se atribuyen esa amistad conmigo, sino que mienten
abiertamente, pues, como te digo, se trata de individuos a quienes no
conozco siquiera ni quiero conocer.
Creo que esta carta está bastante clara. No la necesitabas tú,
porque tu rectitud no ha de apoyarse en pruebas tan poco importantes
como una carta mía, sino que por sí misma ha de ser reconocida y
respetada. Pero sí me interesa a mí, por mí mismo, poner esto en
claro, pues no hay nada que pueda ofenderme más que la suposición de
que influyo sobre los Tribunales, según el peor estilo del antiguo
régimen. Aunque esa gente de que me hablas hubiera sido amiga mía
(que no lo es, por fortuna), hubiese hecho bastante con atribuirme lo
que me atribuye para perder mi amistad
Lo único que quisiera es que se atreviese ahora alguno de esos
individuos a presentárseme en casa, cosa que no han osado hacer hasta
ahora. Yo le enseñaría cómo se sale por la escalera de un modo más
enérgico del acostumbrado.
Puedes hacer de esta carta el uso que quieras. Te abraza tu buen
amigo y compañero de los días de la Facultad
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Publicada en Y, número de marzo de 1941.
CARTA A LA SRTA. A. M. C. S.
Madrid, 13 de junio de 1929.
Srta. A. M. C. S.
Mi querida amiga: Hace unos días me llevé la sorpresa de recibir
su carta con el estudio grafológico que me prometió a nuestro paso
por Zaragoza. Le ruego me perdone que haya tardado estos días en
contestarle; pero, por un lado, apenas he tenido un minuto libre, por
otro, me daba cierto miedo escribir a una persona que descubre todas
esas cosas en la letra de uno. Le estoy agradecidísimo por el
estudio, pero me parece que debe ser más amable que sincero, pues no
puedo creer que a costa de algún pequeño defecto como los que me
descubre haya en mí tantas cosas buenas. Esto sí que se lo digo de
verdad: cuando me juzgo a mí mismo encuentro siempre muchos más
motivos de descontento que de satisfacción. Sin embargo, me parece
que el estudio salvo lo que ha puesto su amabilidad, es acertadísimo:
así me lo han dicho varios de los amigos que me conocen más (1).
Un millón de gracias. Se alegra mucho de saludarla una vez más su
afectísimo amigo.
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
En el artículo publicado por Felipe Ximénez de Sandoval en Arriba,
el 23 de febrero de 1966, consta que la referencia utilizada por A. M.
C. S. consistía solo en tres palabras: "Querer y querer" y
la fila.
__________
(1) El estudio grafológico a que se hace referencia estaba
dedicado "A José Antonio Primo de Rivera, uno de los pocos
caballeros que quedan". Decía textualmente: "Escritura de
tamaño grande y extensa, que revela generosidad, esplendidez, sentido
estético y cierta simpatía que rompe la impresión un poco fría de
su personalidad. Franqueza condicional. Un poquito amigo de llevar la
contraria. Conocimiento del valor propio; carácter algo impaciente,
que sabe, sin embargo, someterse a la disciplina, nunca a la
imposición; espíritu observador y filosófico –mucha lógica y
sentido deductivo–; persona que piensa las cosas antes de hacerlas
(precaución antes de decirse). Más propenso al optimismo que al
pesimismo.
Inclinaciones. – A lo bueno, elevado y noble.
Sus aptitudes. – Son para la diplomacia; en ella hubiera
usted triunfado.
En la firma. – Se observa un gran amor propio, que tal vez
sea su más señalada característica. ¿No es así?
A CÉSAR GONZÁLEZ–RUANO
Madrid, 15 de marzo de 1930.
Señor Don César González–Ruano.
Mi distinguido amigo:
He leído su interviú y le agradezco muy sinceramente la forma
afectuosa en que está hecha. Mí horror a la exhibición se
tranquilizó, en parte, al recibir de usted, con tono inconfundible de
sinceridad, la promesa de que no aparecería en la interviú nada que
pudiera mortificarme. Ahora me tranquilizo del todo, al comprobar que
usted, cumpliendo con creces su promesa, no sólo ha evitado toda
mortificación, sino que me ha proporcionado motivos de gratitud.
Recíbala muy cordialmente de su afectísimo amigo y compañero, q.
e. s. m.,
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Del libro de César González–Ruano: "El momento
político español." Madrid, 1930.
A JUAN IGNACIO LUCA DE TENA
Madrid, 15 de marzo de 1930.
D. Juan Ignacio Luca de Tena.
Director de ABC
Mi querido amigo: No es fácil de expresar la sorpresa y la
emoción con que he leído su carta. Pero no me será difícil
hacérsela imaginar. Nos hemos educado los dos, como usted dice muy
bien, en la misma enseñanza. Y de igual manera que siente y entiende
mi temor de ser tan sólo "el hijo de papá" tiene que
sentir y entender también hasta qué punto llega al fondo del alma un
rasgo de cordialidad como el suyo.
Parece que el haber vivido desde chicos en un ambiente de
publicidad y pasión (la publicidad y la pasión que han rodeado a
nuestros padres) debería habernos embotado, en parte, la sensibilidad
para todo género de impresiones. Pero a mí me ha pasado lo
contrario, y, por lo visto, también a usted; los ataques a mi padre
(los ataques insolentes, enconados, injustos, como muchos de los que
se leen en estos días) llegan a producirme una amargura hasta física
tan agobiante, que me quita del todo la paz. Y, en cambio, el
encontrar una prueba noble de afecto, el verme entendido y apoyado,
como ahora con su carta, me entona de un modo que sólo puede imaginar
quien lo ha sentido.
No encuentro palabras con que agradecer lo que ha hecho. Es
imposible buscar nada de mayor delicadeza; adivinar la situación de
espíritu de un hombre a quien ni siquiera le ligaba una amistad
íntima y decirle precisamente las palabras justas para confortarle.
Ha venido usted a reconocer en justicia, generosamente, los beneficios
que a mi padre debe España, precisamente en estos días en que me
achicharra por dentro el repugnante espectáculo que a nadie se
oculta: una Prensa rabiosamente sectaria y una turba hambrienta de
viejos fracasados que resucitan, pidiendo a aullidos, ¡las
responsabilidades de la Dictadura! Como si el Gobierno dictatorial,
falible como todos, no hubiera venido a sacar a España de las
miserias y las vergüenzas en que la sumieron muchos de los que ahora
ejercen de fiscales; como si no hubiese ahuyentado la anarquía, la
pesadilla africana, el déficit crónico, la leyenda negra, la
reputación detestable de nuestros amigos y tantas otras cosas
tristes, sino que hubiera sido una cuadrilla de salteadores dedicada
durante seis años al saqueo. Y esto es lo que se dice, a sabiendas de
que es mentira, entre el silencio cobarde de los más obligados a la
defensa.
Si todos se portasen como usted, conmigo ahora, ¿qué importarían
las discrepancias políticas? Lo malo es que, en general, entre
nosotros, se trata a los adversarios como si no fueran hombres, como
si no fueran sensibles; dándoles unos manotazos desconsiderados que
hacen sangre en lo más vivo de los sentimientos. Tal vez los que
atacan de esa manera sienten poco y, por eso, no adivinan el daño que
hacen. Usted, al entender lo que otros sienten, demuestra que también
sabe sentir.
No quiero acabar yo tampoco sin darle las gracias muy sinceras por
la benevolencia con que juzga un trabajo mío como aprendiz de
periodista y mi actitud general en mi papel de hijo. Para lo uno y
para lo otro puede aleccionarme mucho su ejemplo.
Crea que se alegra de verdad al considerarse suyo afectísimo,
amigo q. e. s. m.
Firmado: JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Publicada en ABC, 19 de noviembre de 1952. Proporcionada por
Mariano Rodríguez de Rivas.
A JOSÉ MARÍA
PEMÁN
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Abogado
Los Madrazo, 26
Madrid, 30 de abril de 1930.
Querido José María:
El secretario de la U.M.N., al repartir entre sus miembros la
comunicación con las provincias, me encomienda la de Cádiz.
Excuso decirte que, para cumplir como pueda mi misión, no cuento
con más auxilio que los que puedan prestarme tu amistad y tu
experiencia. Ya sabes el cariño que mi padre te profesaba y la
confianza que siempre puso en ti. ¿Quieres, en recuerdo de uno y de
otra, encargarte de movilizar a cuantos elementos puedan adherírsenos
en la provincia? Creo que puedes hacer mucho; sobre todo, si te vales,
tanto en Cádiz como en Jerez y otros sitios, de tus relaciones y
parentescos personales. Todo lo que tú hagas será completamente de
fiar, mientras que otras ayudas circunstanciales son bastante
problemáticas.
Por de pronto, se trata de celebrar una Asamblea del partido en la
última decena de este mes, y es preciso saber la representación que
puede mandar Cádiz (provincia).
Conviene la formación de grupos de propaganda o secretariados, a
semejanza del que se ha constituido en Madrid y conoces por los
periódicos.
Me han elegido, en recuerdo de mi padre, presidente de la Junta de
Propaganda Patriótica y Ciudadana; y para acompañarme en la Junta
Directiva habéis sido nombrados tú, Pepe Pemartín, Fuentes Pila y
Quintanar. Excuso decirte lo que me alegro de que también en esto
trabajemos juntos.
Recibe un fuerte abrazo de tu amigo,
JOSÉ ANTONIO
AL GENERAL DÁMASO
BERENGUER
(Nota publicada en La Nación)
Don José Antonio Primo de Rivera ha dirigido una carta al señor
Presidente del Consejo de Ministros, general Berenguer, protestando de
la conducta intolerable del alcalde de Villoldo al anunciar
desvergonzadamente la subasta de un retrato del inolvidable marqués
de Estella y otro del general Martínez Anido.
Dice en ella el señor Primo de Rivera que "ninguno de su
familia puede ser tachado de impulsivo si se decide, por fin, a
molestarle con una queja como la que es objeto de la carta".
"Llevamos tres meses –añade– soportando injurias contra
una memoria venerable. Y si no acudimos al Gobierno cuando los
ofensores eran simples particulares, hoy, que viene la provocación de
una autoridad pública, en funciones de tal, sobra razón para romper
el silencio."
Agrega que estos hechos sólo podrían quedar impunes en un estado
de descomposición social, y después de otras consideraciones muy
razonables, termina esperando que el señor presidente ponga severo y
pronto correctivo al sujeto.
Según nuestras noticias, el general Berenguer ha contestado que el
Gobierno interviene ya en el asunto.
De La Nación: "Lo del alcalde de Villoldo", 5 de
mayo de 1930.
A JULIÁN PEMARTÍN
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Madrid, 27 de mayo.
Querido Julián:
Te he echado mucho de menos en los días de nuestra inmensa
desgracia, y puedes estar seguro de que creo en la sinceridad con que
has tomado parte en ella.
Hace muchos días que estoy queriendo escribirte para darte las
gracias; pero no tenía un minuto que no fuera de ajetreo, y
necesitaba dedicar a nuestra amistad un rato más tranquilo.
¡Qué espantoso es esto, Julián! La vida no le deja a uno
entregarse, y menos ahora en que tantos deberes siento pesar sobre
mí, pero cuando se queda uno solo consigo mismo y puede ver el hueco
enorme que queda, viene un abatimiento espantoso. Te aseguro que estas
cosas, como las heridas, duelen más al enfriarse: los primeros días
son de aturdimiento; no se da uno cuenta ni puede ver el conjunto de
la desgracia, sino sólo rasgos sueltos. Pero, después...
¡En fin! Creo que voy a verte pronto, porque quisiera pasar unos
días con tu hermano Pepe, que me ha prometido invitarte, y si no, de
todas maneras, iré, D. m., a Jerez.
Te debo todavía las gracias por lo que hiciste cuando lo de
Queipo. ¿Ves cómo no eres asinalagmático? Recibe un abrazo muy
fuerte de tu mejor amigo.
JOSÉ ANTONIO
Contestación al pésame que Julián Pemartín le envió a José
Antonio cuando el fallecimiento de su padre. La fecha que corresponde
al documento es, por tanto, la de 27 de mayo de 1930. Papel de carta
en pliego de 215 milímetros de altura por 271 mm. de ancho y orla de
luto de 12 mm.
AL DIRECTOR DEL "DIARIO DE CÁDIZ"
Jerez de la Frontera, 5 de julio de 1930.
Señor director del Diario de Cádiz
Muy distinguido señor mío:
He leído en el Diario de Cádiz –periódico que recuerdo con la
mayor simpatía desde los años en que mi padre estuvo allí de
gobernador militar– la reseña de mi visita del jueves a la Unión
Patriótica, y le agradezco muchísimo la atención prestada por el
Diario a un visitante de tan poca importancia como yo.
Pero ya que se me ha concedido trato semejante, quisiera que mi
visita no pudiera por nadie interpretarse como propósito de
entrometerme en la vida gaditana ni de formular juicios, sin la menor
autoridad, acerca de sus figuras y su vida política interior.
Lo digo porque, leyendo el resumen de las palabras que pronuncié
en la Unión Patriótica, parece desprenderse que quise atribuir a
José María Pemán –amigo mío de toda la vida– el
engrandecimiento urbano de Cádiz, diciendo que, gracias a él, se
sostuvo en el cargo de alcalde durante el tiempo de la Dictadura el
marqués de Víllapesadilla.
Ni esto es así ni yo me hubiera atrevido a decir tal cosa. José
María Pemán, al que le sobran méritos propios para no necesitar que
se exageren sus merecimientos, tuvo el acierto de proponer para
alcalde el nombre de don Ramón de Carranza. Pero, de ahí en
adelante, y sin echar en olvido la leal asistencia que siempre le
prestó Pemán, sería injusto atribuir la permanencia de don Ramón
de Carranza en el cargo a todo lo que no fueran sus méritos propios,
verdaderamente extraordinarios, y elogiados como por nadie por el
propio Pemán.
Cádiz ha tenido la fortuna de dar con un alcalde magnífico; con
un verdadero ejemplar de gobernante, fuerte, resuelto, inteligente,
infatigable; de esos que transforman en unos años a la ciudad que
gobiernan.
Y sería ridículo que yo, admirado espectador de la
transformación urbana de Cádiz, viniera a explicar, por relaciones
de política gaditana interior, por mí completamente desconocida, la
venturosa permanencia de tal alcalde en su magistratura municipal.
Conste así ara que nadie pueda confundir a un visitante
maravillado (modestísima figura además, sin otro mérito que la
triste gloria de su apellido) con un entrometido importuno.
Si da usted cabida en el Diario de Cádiz a esta carta, señor
director, se lo agradecerá muchísimo. De todas maneras reciba el
cordial saludo de su afectísimo., s. s., q. e. s. m.,
JOSÉ A. PRIMO DE RIVERA
Diario de Cádiz, 8 de julio de 1930.
A ENRIQUE ESPERABÉ DE ARTEAGA
Madrid, 18 de marzo de 1931.
Don Enrique Esperabé de Arteaga:
He leído, profundamente afectado y muy conmovido, la carta que ha
tenido usted la gentileza de enviar a La Nación, en homenaje a mi
inolvidable padre (q. D. g.)
Mil gracias, mi respetable amigo, y cuente siempre con mi eterno
reconocimiento.
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
A JUAN IGNACIO LUCA DE TENA
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Madrid, 31 de marzo de 1931.
Querido amigo Juan Ignacio: Mi muy sincera gratitud por los honores
concedidos en ABC al artículo que publiqué en La Nación.
Al agradecimiento por lo que ABC contribuye a divulgar un
trabajo escrito en defensa de la memoria de mí padre, se une la
satisfacción de principiante del periodismo que ve de pronto su
nombre rotulando dos columnas: dos columnas de ABC como quien
no dice nada.
Le reitero, además, las gracias por la carta que me escribió en
el aniversario de mi padre; aniversario, además, como usted
afectuosamente recordaba, de una inolvidable correspondencia nuestra.
Le abraza cordialmente su buen amigo,
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
(Rubricado)
A JUAN IGNACIO LUCA DE TENA
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA
Madrid, 1 de abril de 1931
Ilmo. Sr. Marqués de Luca de Tena:
Querido amigo Juan Ignacio: Ya son demasiadas molestias; pero como
me he dirigido a los demás directores de periódicos solicitando la
publicación de mi última respuesta al general Burquete, no renuncio
al honor, si usted me lo concede, de verla publicada en ABC. Usted
decidirá si debe o no reproducirla, y, de todas maneras, le queda muy
agradecido su buen amigo que le abraza.
Firmado y rubricado:
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA |