Poneos alegres. Quiero olvidar mis penas, y que mis palabras os
comuniquen optimismo y fortaleza.
Circula la leyenda de una Galicia débil y sentimental, y los que
cultivan esa nota quieren inculcar en el pueblo el desmayo y la
languidez que empieza ya a manifestarse en una tendencia contraria a
la España única.
Vosotros, alejados de esa tendencia, sois la Galicia fuerte, la de
los vinos también de fuertes soleras, como los caldos andaluces.
Quien la diga débil olvida que de aquí salen sus hombres para
América, donde, después de luchar por medio del trabajo, vuelven con
grandes capitales; y vuelven al solar de origen, donde encuentran
mujeres fuertes también, que a la fortaleza de su espíritu saben
unir el sentimiento delicado que se refleja en los versos
incomparables de vuestra Rosalía.
Como sois jóvenes, os dirán que sois indignos de vuestro tiempo
al defender la obra de la Dictadura; pero podéis contestar que lo
único importante es hacer grande a España, sea como sea.
Dijo que España es una, magnífica e indestructible, y combatió
las 'supersticiones que ahogaban el resurgimiento de España antes de
1923: "Los políticos que aún sujetan a España a tales
supersticiones quieren aprovecharlas para levantar el pedestal de
amigos y parientes."
Queremos hombres fuertes como vosotros; trabajo, decoro y pan para
vuestros hijos, y también las alegrías verbeneras de la música, que
no sólo a llorar hemos venido a este mundo.
"Sólo los fuertes pueden llorar como aquí se lloró en los
funerales de mi padre; sin que las lágrimas parezcan concesión a la
feminidad ni a la cobardía."
Galicia, de Orense, 5 de septiembre de 1930.
La Región, de Orense, 20 de noviembre de 1938.